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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

FEVER TREE - Live at Lake Charles 1978 (1978 - 1998 / Shroom Productions)

Fever Tree es conocida como una banda de Texas esencialmente psicodélica,  con preferencias barrocas, y escultores libres en llevar sus versiones a su particular terreno. En la línea de Vanilla Fudge. Del 68 al 71 grabaron cuatro discos bajo éstas condiciones.


Radicados ya en Hollywood y totalmente mangoneados por sus managers, decidieron poner fin  a lo que ya no sentían.  Hasta 1978. Entonces editan "Reunion" con unos planteamientos puestos al día y muy bien entendidos. Ahora cabe el jazz rock, soft,  prog, hard y actualizaciones de algunos de sus clásicos. El infaltable Michael Knust (guitarras), Pat Brennan (voz, teclados), Kenneth Blanchet (bajo) y un chaval de 19 años, Robbie Parrish, que se maneja en la batería como un consumado veterano. Éste directo, editado 20 años después  por el sello tejano Shroom, corresponde a aquella gira de reunión,  siendo el último concierto que dieron. Se quitaron aquí unas cuántas espinas estilísticas,  que en sus días psicodélicos no les dejaron desfogarse  aquellos tiranos managers. 

Al comienzo de "Taft Street Strut" ya observamos un cambio radical hacia un southern jazz rock de la liga Sea LevelDixie Dregs o los mismos Allman Brothers. Rhodes pasando la pelota a un Knust con un sonido que recrea a Santana, Dickey Betts o Jeff Beck. "Mama Hang Around" no esconde precisamente influencia de Beck, Bogert & Appice, la voz de Pat Brennan es muy agradable y se presta al juego jazz rock. Ataca el clavinet como un Wonder de los nervios, y el wah wah se desboca por la pradera, con fiereza berseerker hendrixiana a todo gas. Los del ritmo enloquecen a gusto. De la vieja cosecha, "San Francisco Girls" (6'56), alejada del baroque psych, se actualiza con hard jazz rock más propio de Tommy Bolin,  Larry Coryell o Jukka Tolonen. Knust confiesa que ésta  es la música que siempre quiso hacer, y la verdad es que se les ve cómodos y felices en su ejecución. 

Para "Don't It Burn" (5'39) se lanzan a un WestCoast feel de proximidad Maxus / Toto, acorde con 1978.  Estaban en la onda y lugar correcto, así que no entiendo que su reunión no fructificara. El trabajo de Michael Knust implosiona en el Whisky Still de Lake Charles, L. A. Al mismo nivel que un Carlton, Lukather o Landau. Mientras que "The Man Who Paints the Pictures" suena aquí  como una reciente y flamante incorporación  de un Eric Johnson o Glenn Philips. Nada que ver con su crudo origen garage-psych. Su cambio al prog-jazz rock impresiona, si se las compara. Nivel altísimo para "Cruzzin", otra en onda Jeff Beck del "Live with Jan Hammer". Que la mutilen con un despiadado fader es sacrilegio imperdonable. 

Knust se luce sin descanso, y en piezas relajadas como "Puppetmaster", el soft -jazzy toma posesión  del uniforme de lujo musical como unos Pages, Gino Vannelli, Steely Dan o Strands. La unen muy sutilmente a la soberbia "Angeline" (9'05), (digna para la Jolie), con brisa Hendrix y arrebato Trower, con un parecido vocal de Brennan al gran James Dewar. Enseguida torna al jazz rock que abrazan en ésta nueva etapa, no sin pleno acierto. Los duelos moog - guitar son más de sensibilidad, que de furia retadora. Estimulan y masajean ésa parte del cerebro con la que disfrutas del arte hasta extremos pornográficos. De lo mejor, señores.

"Party Time Anytime" guarda un delicioso sabor a roc catalá......Iceberg, Secta Sónica o Esquixada Sniff me vienen a la mente ipso-facto. El joven batería se luce a conciencia en "Know i Care", en un gran tema que mezcla a Toto con Brand X, y funciona de maravilla. Una versión de Al Jarreau, "Spirit", pone fin al asunto adelantándose unas décadas a Aquarian Rescue Unit.


Ignoro porqué no siguieron estos revitalizados Fever Tree, porque pocas bandas psicodelicas he visto tan bien adaptadas a los nuevos tiempos. Reinventándose completamente y sin vivir de añejos "viejos tiempos". No sólo tan válidos como en los 60.....probablemente los mejoraron.
J.J. IGLESIAS


 





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