Volver a retomar aquella senda me ha costado, siento que el tiempo se ha ido de mis manos y que aquellos días mozos están más lejos de lo que puedo recordar, el sabor agrio de este álbum mezcla de krautrock, Jazz/fusión y un “noséqué” me deja corto, tanto tiempo ha pasado desde la última vez que me senté a escucharlo que los recuerdos de este casi no existen, se han perdido en aquella vieja habitación. Volver a él ha sido duro, ¡DURISIMO!, retornar a la senda, llevarlo a la vida -así lo he sentido-, sentarme a escucharlo de cabo a rabo y luego llevarlo al día a día, es decir curtirme de su sonido, de lo que plasma , y alcanzar el punto máximo para decir “QUE GRAN DISCO” es poco. Pude digerir el álbum y he podido sacarle el jugo, pero el camino ha sido algo trunco, es una obra que peca con algunas cosas, falla en otras y consigue aciertos, es algo irregular, al menos para mi gusto no cubre esa cuota que suelo buscar en una banda de naturaleza Krautrock. Pero OJO eso no signific
Obtener enlace
Facebook
Twitter
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
BARRABÁS - Barrabás (1972, RCA)
Obtener enlace
Facebook
Twitter
Pinterest
Correo electrónico
Otras aplicaciones
Caliente. Palabra que casa en meritorio maridaje con lo que Fernando Arbex soñó para sus Barrabás, pues el proyecto era un pequeño universo creado para ser dirigido por sus expertas manos. Está el que intuye las visiones en lo que fue el último trabajo de Brincos, ya sin el artículo delante para internacionalizarlos. Sólo quedaban Arbex y Manolo González de la vieja guardia, siendo World, Devil, Body un querer acercarse más a Iron Butterfly que a Malo, que es a lo que recordaría el primer LP de Barrabás. Entremedias quedaba la apuesta Alacrán en la que Fernando sí tanteó el asentamiento definitivo entre un guirigay de influencias que le apasionaban. Junto a Joao Antonio Vidal, Tito Duarte, Iñaki Egaña y, ante todo, los viejos conocidos Ricky y Miguel Morales (hermanos de Junior que entraron en Los Brincos tras su salida), el asunto toma un cariz apasionante que va más allá del capricho de estudio.
El rock fusión que le sale al líder de la banda en canciones como “Wild Safari”, “Try And Try” o “Woman” es tan latino como danzón, pasando de Santana a Osibisa y a unos bajos funk que se meten en el sistema nervioso central del oyente poseyéndolo sin remisión. Enrique “Ricky” Morales le sigue la corriente escribiendo cosas como “Cheer Up”, entre José Feliciano y los America en bote de melaza, o “Chicco”, mestizaje neoyorquino de pleno Hell’s Kitchen para hermanos del barrio. Duarte a las percusiones delira un colchón que en otras formaciones suena estricto y lineal, mientras que Tito aporta imaginación y recursos como ejecutor de las notas en el pentagrama; la flauta de Joao termina de darle el toque original de un artista que lo mismo se enfrenta a las teclas como ataca instrumentos de viento.
Para 1981 ya habrían metido la cabeza en un funk de embelesamiento disco, teniendo desde el segundo vinilo de Barrabás a Arbex como mandamás en la sombra y sin formar parte de las grabaciones como ejecutor frente a su batería.
Comentarios
Publicar un comentario