Ya hablé en diferentes ocasiones y artículos sobre este músico británico nacido en Gales y de sus diferentes proyectos que van desde sus bandas progresivas como Cyan o Magenta hasta sus incursiones en cine y publicidad, así como sus numerosas colaboraciones con otras gentes en líneas musicales un tanto dispares. El señor Reed es un multistrumentista y compositor inquieto. Un verdadero amante de su oficio. Prácticamente de los que ya apenas quedan en el mundo de la música. Creo recordar ya hará unos 8 años que me enzarcé en una discusión con algún fan acérrimo del señor Mike Oldfield todo por cargarme el “Return To Ommadawn” y decir simplemente que los “Sanctuary” del señor Reed eran superiores a la falta de ganas compositivas del famoso compositor de Reading. Ni que decir tiene que la cosa acabó bastante tensa y no hay nada peor que llevarle la corriente a un fan iluminado de cualquier cosa porque al final todo acaba en el insulto personal y en perder los papeles. Hoy ya no ...
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DILLINGER - Dillinger (1974 / Daffodil)
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Date una vuelta rápida por Canadá en los 70, si no sabes qué hacer en estos días de reclusión, eso quita todas las penas. No habrá que rascar mucho para que te salgan bandas de un nivel progresivo insultante. Casi anónimas, pero deliciosas.
Si Dillinger hubieran sido británicos otro gallo les hubiera cantado. Ahora estarían al lado de Gentle Giant, Spooky Tooth o Family. Pero en Toronto durante un frío 1973, las posibilidades de fama no eran más que una aspiración a nivel local. Cosa de los hermanos Jacques Harrison (teclados, voz, saxo, flauta, acordeón) y Robert Harrison (batería y percusión). A ellos se añadió Paul Cockburn (guitarras) y Terry Bramhall (bajo). Al año siguiente fichan con Daffodil y lanzan su homónimo primer trabajo. Al que le daremos un repaso en breves. El mismo equipo técnico que se encargó del primero de Klaatu, grabarán su segundo, "Don't Lie to the Band", en 1975. Y allí estaba, como no, Terry Brown. Si en el debut se enfrentan a una versión de Spirit, en su continuación lo harán con una de Spooky Tooth y otra de Beatles. Pero a Dillinger les va eso tan sano de metamorfosear canciones ajenas. Y con su laberíntico estilo progresivo, les sale de miedo.
"People" (6'20) inaugura su primer intento discográfico. Es una extraña y mágica poción ésta, con saxo a la VDGG y pomp overtones que saludan a Kansas.....Y éstos aún no se habían estrenado! Hammond dando espectáculo bajo un manto rítmico poderoso, guitarra tan hard como Kerry Livgren y corales no alejadas de su banda. La flauta entra en acción como en Bloodrock lo hacía Warren Ham, (un tipo que acabó en los AD de Livgren, por cierto). En ésa misma tesitura de voces armonizadas con la energía CSNY y hard rock prog de gimnasio, tenemos "City Man" (4'30). El break instrumental lo protagoniza el saxo de Jacques Harrison, que en éste momento jazzistico recuerda a Ian McDonald en el monstruoso "In the Court....". Imagina "21st Century Schizoid Man" con "Carry On Wayward Son". Fuerte eh?
"Nature's Way" (3'18) de Spirit, se adapta al repertorio propio de Dillinger como una más. Sin embargo, no abandona ése regusto early-Crimson. Mientras que las voces son aquí algo muy pronderante, con guiños Moody Blues / Klaatu en la jugada. Una primera cara realmente corta (14 minutos), que da paso en su reverso a una única pieza : "Live and Return" (17'04). Todo lo expuesto antes, aquí va aumentado a la enésima potencia. Destaca en primer lugar una sección rítmica que ejerce de Vórtice aspira-todo. No se lleva a todos por delante porque son músicos fuera de serie. Una brisa jazzy perfuma la melodía vocal, adornada por voces acompañantes supremas. La guitarra se debate entre el progresivo más ortodoxo, y el hard rock más 70s. Ellos no lo saben, pero es Pomp de Liga de Campeones. Porque el órgano sopesa a éste tren de locomotora desbocada, que arrasa con todo a su paso. Ahora retoman a los CSNY de "Almost Cut Hair" con la pericia compositiva inherente en Dillinger. Y crean una macro-jam semi-compuesta con momentos cegadores a cada cambio. La parte ELP tiene su sitio estelar, y como cabía esperar, lo hacen tan bien como los mentados. Lo de Robert Harrison a los parches dudo que lo mejore Carl Palmer. Un tsunami rítmico que deja el pabellón en los albores cósmicos. Éste tío fue el que derribó las Puertas de Tannhauser con sus baquetas. Su hermano pone el turbo-Leslie al Hammond, y el resto atacan el final como demonios con tabasco en la polla. Imagina. La continuación, al año siguiente, sigue parecidas pautas, (con un pellizco comercial que no les afecta). En realidad es un doble perfecto.
Como la cosa no fructifica, (y es una lástima), Robert Harrison se va con los hard rockers Offenbach. Su hermano y Paul Cockburn montan The Hunt con gente de Max Webster, Bullrush y Bond. Pero eso ya es otra historia. Lo que hoy nos interesa es que Dillinger fueron enormes. Compruébalo.
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