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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

ÑU - El Mensaje Del Mago (1987, Discos Barrabás)

 “El mensaje del mago estaba muy cuidado de producción y arreglos. Eran temas muy personales. “Amor en el cielo” surgió porque en aquella época estaba muy colgado con Steve Perry e iba a hacer todo el disco en esa onda”, explicaba José Carlos Molina, líder de Ñu, al periodista musical Pedro Giner para su libro Ñu. Veinte Años De Resistencia (1995).  


El 16 de febrero de 1975 José Carlos Molina y su banda se enfrentan a la primera de una serie de actuaciones en el reconocido Teatro Monumental. Todo se debe a un concurso, el Trofeo Festivales Pop, organizado por el Ministerio de Información y Turismo –premio que se llevan de calle–. Once años después, con cuatro elepés de estudio en su haber y ya establecidos como uno de los nombres fundamentales del rock nacional, Ñu edita junto a Discos Barrabás su obra en directo No hay ningún loco. Era este lanzamiento el primero junto al citado sello, una vez liberada la banda de su atadura contractual con Zafiro. 

Celebrando su ya larga trayectoria, José Carlos monta dos espectáculos especiales en la madrileña sala Canciller para las noches del 7 y 8 de febrero de 1986. De estas descargas musicales se tomaría la base para No hay ningún loco, grabaciones en directo por las que pasarían casi todos los instrumentistas que habían formado parte de la carrera de Ñu. La vieja guardia de acólitos echó en falta la aparición de Rosendo Mercado, miembro fundador junto a Molina de la inicial formación. 


“Después de hacer un disco en directo, es difícil publicar algo tan duro y potente. Entendimos que era mejor apostar por la calidad. Lo hicimos con todas las de la ley, estoy muy contento con la música de ese disco”, seguía aclarando José Carlos. Lo cierto es que el cantante y multiinstrumentista tenía en mente que, de acercarse al rock melódico, lo haría bajo su nombre, cual solista, obviando cualquier tipo de explicación. Sin embargo, Discos Barrabás espera que su nuevo contratado le entregue un redondo de Ñu. Molina debe adaptarlo todo con la idea de poder contentar a ambas partes: por un lado, a la discográfica, y por el otro, a sus inquietudes personales. 



Los Ñu de siempre aparecen en canciones como “Robin Hood” o “Condenado a vivir”, mientras que la cara más AOR se esconde tras la irresistible “Manicomio” o dentro del single “Amor en el cielo”, en el que incluso mete a los coros a las mellizas Vicky y Luisi B. Estévez del grupo Jerusalem –años después fundarían con su también hermana Susi el trío Las Supremas De Móstoles–; aun así, el tratamiento musical y los arreglos ponen a sonar los temas más épicos en la línea de esas producciones con miras comerciales que se estaban haciendo en la segunda mitad de década. 


También hay lugar en El mensaje del mago para dos piezas de corte blues: “Piratas del éxito”, rockera en su garbo, y la maravillosa balada “Una copa por un viejo amigo”, tonada que desde su presentación se haría muy querida en sus actuaciones en directo. Y aunque en los créditos del disco sale el propio José Carlos como único artífice de las partes de teclado, está más que clara la influencia que José Barta –por entonces miembro oficial de los rock melódicos Júpiter– había tenido sobre el cantante; de hecho, Barta, que había entrado en Ñu como músico de gira tras la salida de No hay ningún loco, aparece nombrado en los agradecimientos del álbum. 

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com











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Comentarios

  1. Bueno en realidad ,primera vez que escucho esta banda y saber de Juan Carlos Salinas perdonen mi ignorancia y su grupo ÑU CON EL SELLO barrabas en el año 86 me hace soñar con una banda que teníamos aqui en San Antonio de los Altos tierra de intelectuales ,músicos etc. estado Miranda Venezuela de una Banda que teníamos Algo Mas se llamaba y andábamos en esa búsqueda de tener un estilo solido que para ese momento era muy importante para nosotros no se dio y bueno hoy escuchando ese disco me doy cuenta que las cosas se pueden dar felicitaciones a ustedes por continuar dándonos esos buenos ratos de música

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