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Carpet - Collision (2024)

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  No soy muy proclive al prog moderno, aunque reconozco que a veces hay cosas interesantes. Una de las peculiaridades del estilo es que con los años se ha ido abriendo cada vez más por cauces más variados, eso que llamamos ecléctico que bien puede acabar en un puzzle indefinido o en un nuevo resultado de la química sonora. Como ya dije la semana pasada en los tiempos distópicos y desagradables que por desgracia nos tocan vivir, es fácil encontrarnos con músicas que así lo reflejan. Cada vez la música es más áspera y más infeliz y uno que contempla la degradación humana a diario y el camino hacia la locura que tanto por  la política deshumanizada del negocio y poder, así como por la disminución de inteligencia global y aumento de la maldad en el planeta se da cuenta que ya no hay vuelta atrás. Cada día será peor que el anterior, bien sea por el clima y cambios naturales o por guerras en todos los frentes. No me toca decir a mí si la inteligencia artificial será algo mejor o peo...

ÑU - El Mensaje Del Mago (1987, Discos Barrabás)

 “El mensaje del mago estaba muy cuidado de producción y arreglos. Eran temas muy personales. “Amor en el cielo” surgió porque en aquella época estaba muy colgado con Steve Perry e iba a hacer todo el disco en esa onda”, explicaba José Carlos Molina, líder de Ñu, al periodista musical Pedro Giner para su libro Ñu. Veinte Años De Resistencia (1995).  


El 16 de febrero de 1975 José Carlos Molina y su banda se enfrentan a la primera de una serie de actuaciones en el reconocido Teatro Monumental. Todo se debe a un concurso, el Trofeo Festivales Pop, organizado por el Ministerio de Información y Turismo –premio que se llevan de calle–. Once años después, con cuatro elepés de estudio en su haber y ya establecidos como uno de los nombres fundamentales del rock nacional, Ñu edita junto a Discos Barrabás su obra en directo No hay ningún loco. Era este lanzamiento el primero junto al citado sello, una vez liberada la banda de su atadura contractual con Zafiro. 

Celebrando su ya larga trayectoria, José Carlos monta dos espectáculos especiales en la madrileña sala Canciller para las noches del 7 y 8 de febrero de 1986. De estas descargas musicales se tomaría la base para No hay ningún loco, grabaciones en directo por las que pasarían casi todos los instrumentistas que habían formado parte de la carrera de Ñu. La vieja guardia de acólitos echó en falta la aparición de Rosendo Mercado, miembro fundador junto a Molina de la inicial formación. 


“Después de hacer un disco en directo, es difícil publicar algo tan duro y potente. Entendimos que era mejor apostar por la calidad. Lo hicimos con todas las de la ley, estoy muy contento con la música de ese disco”, seguía aclarando José Carlos. Lo cierto es que el cantante y multiinstrumentista tenía en mente que, de acercarse al rock melódico, lo haría bajo su nombre, cual solista, obviando cualquier tipo de explicación. Sin embargo, Discos Barrabás espera que su nuevo contratado le entregue un redondo de Ñu. Molina debe adaptarlo todo con la idea de poder contentar a ambas partes: por un lado, a la discográfica, y por el otro, a sus inquietudes personales. 



Los Ñu de siempre aparecen en canciones como “Robin Hood” o “Condenado a vivir”, mientras que la cara más AOR se esconde tras la irresistible “Manicomio” o dentro del single “Amor en el cielo”, en el que incluso mete a los coros a las mellizas Vicky y Luisi B. Estévez del grupo Jerusalem –años después fundarían con su también hermana Susi el trío Las Supremas De Móstoles–; aun así, el tratamiento musical y los arreglos ponen a sonar los temas más épicos en la línea de esas producciones con miras comerciales que se estaban haciendo en la segunda mitad de década. 


También hay lugar en El mensaje del mago para dos piezas de corte blues: “Piratas del éxito”, rockera en su garbo, y la maravillosa balada “Una copa por un viejo amigo”, tonada que desde su presentación se haría muy querida en sus actuaciones en directo. Y aunque en los créditos del disco sale el propio José Carlos como único artífice de las partes de teclado, está más que clara la influencia que José Barta –por entonces miembro oficial de los rock melódicos Júpiter– había tenido sobre el cantante; de hecho, Barta, que había entrado en Ñu como músico de gira tras la salida de No hay ningún loco, aparece nombrado en los agradecimientos del álbum. 

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com











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Comentarios

  1. Bueno en realidad ,primera vez que escucho esta banda y saber de Juan Carlos Salinas perdonen mi ignorancia y su grupo ÑU CON EL SELLO barrabas en el año 86 me hace soñar con una banda que teníamos aqui en San Antonio de los Altos tierra de intelectuales ,músicos etc. estado Miranda Venezuela de una Banda que teníamos Algo Mas se llamaba y andábamos en esa búsqueda de tener un estilo solido que para ese momento era muy importante para nosotros no se dio y bueno hoy escuchando ese disco me doy cuenta que las cosas se pueden dar felicitaciones a ustedes por continuar dándonos esos buenos ratos de música

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