No soy muy proclive al prog moderno, aunque reconozco que a veces hay cosas interesantes. Una de las peculiaridades del estilo es que con los años se ha ido abriendo cada vez más por cauces más variados, eso que llamamos ecléctico que bien puede acabar en un puzzle indefinido o en un nuevo resultado de la química sonora. Como ya dije la semana pasada en los tiempos distópicos y desagradables que por desgracia nos tocan vivir, es fácil encontrarnos con músicas que así lo reflejan. Cada vez la música es más áspera y más infeliz y uno que contempla la degradación humana a diario y el camino hacia la locura que tanto por la política deshumanizada del negocio y poder, así como por la disminución de inteligencia global y aumento de la maldad en el planeta se da cuenta que ya no hay vuelta atrás. Cada día será peor que el anterior, bien sea por el clima y cambios naturales o por guerras en todos los frentes. No me toca decir a mí si la inteligencia artificial será algo mejor o peo...
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GROUP 309: Dreams Of Sea” (2010) - The Keeper Of An Ourglass (2014)
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Una actual banda rusa con nombre algo vintage a los 60´s y pocos datos biográficos. Algo bastante habitual conforme nos alejamos de los terrenos conocidos del rock progresivo.
No es algo importante saber de la vida y milagros de los músicos algo que generalmente nunca me ha interesado y es más propio de fanáticos, melómanos y asociaciones de fans, algo que siempre me ha producido sarpullido. Jamás tuve un poster de nadie en mi habitación ni merchandising de ninguna clase. Libros y biografías sí. Pero generalmente de compositores clásicos. La vida de los músicos de rock famosos se reduce a mi modo de ver en sexo, drogas, alcohol, fiestas y otros excesos o en el lado más cool insufribles pseudo-intelectualismos pedantes a lo Robert Fripp. No es que en el mundo académico y clásico no exista eso, que también y a veces bien rarito y patológico, pero normalmente en el mundo del rock todo es más superficial y mundano por lo cual carece de interés para mí. Otra cosa es la música, porque generalmente ahí aparecen de alguna forma las personalidades ocultas de cada uno de nosotros. De todas formas, no se escucha de la misma manera a los 20 años que a los 60. De joven tienes la capacidad de sorprenderte. De emocionarte. De mayor te invade un pragmatismo analítico porque lo previsible está a la vuelta de la esquina en cada grabación que escuchas.
El grupo 309 se forman en 2007 de la mano del teclista Andrey Pishchulov y tienen tan solo dos trabajos en su haber. Los textos están cantados en ruso sobre poemas de la escritora Dasha Yashenko. La voz de Andrey es agradable pero puede que resulte peculiar para la mentalidad occidental por la forma melódica. Como todo hay que acostumbrarse. Yo lo hice con las cantantes japonesas que todavía es más chocante y difícil de asimilar, así que paciencia.
“Dreams Of Sea” aparece en 2010 la crítica los denomina como “crossover prog” que es lo que hacen cuando se mezclan ingredientes. La portada es maja y despreocupada a la vez al modo cubista pero sin llegar a los horrores de Picasso, incomprensiblemente el pintor más famoso del siglo XX y también de los más desagradables. Las 11 piezas que componen los sueños del mar es el paseo por el prog melódico agradable y bien tocado, un poco a lo Camel más ligero, algo pop rock, algo neo, algo funky-light santanero casi imperceptible pero generoso. La bonita “Clouds” con su piano de apertura Genesis-Marillionero pero no tan superficial y brusco como la época Fish. Rítmica prog previsible y fácil pero alegre y pulsante. A veces debemos relajar el esfínter intelectual recalcitrante para disfrutar de cosas simples pero bien hechas. El ruso cantado no resulta tan brutal como el alemán, ni tan afectado y pedante como el francés, ni tan cursi como el español, ni tan previsible como el inglés. Tengo que reconocer que mi idioma favorito para la música cantada es el italiano. El más agradable. He dicho ya en infinidad de ocasiones que prefiero siempre la música instrumental a las canciones en cualquier estilo de música. Hay una excepción a la regla y es Peter Hammill. La única voz masculina en el mundo que realmente me estremece. En caso contrario prefiero mil veces a la mujer cantando siempre y cuando no sean gritonas, cosa que solo aguanto a la Kate Bush y a las japonesas porque es su rasgo cultural y tampoco voces cazallosas o ásperas afines al rock al blues, al soul o al flamenco de las cuales soy completamente alérgico y del “bell canto” académico solo algunas. Las femeninas folkies me encantan claro. Lo natural antes que lo forzado. Bueno que estamos hablando de rusos y me voy del tema como siempre.
”The Keeper of an Ourglass” de 2014 es un trabajo más maduro y más progresivo sinfónico que el anterior. Como buenos eslavos el sonido y la composición tira a lo nostálgico y a la tristeza melódica pero no llegan a oscuridades y la música mantiene un pulso anímico que evita caer en depresiones sonoras. Sigue un poco la estructura neo-ligera pero la forma de tocar no cae en esas simplezas y hay un fuerte carácter en la composición. Muy buena guitarra solista de Igor Inshakov que conoce los secretos de los Latimer y cía y de alguno más potente pero fino. “La confesión de una Bruja” es un buen ejemplo de composición prog bien definida dentro de los cánones clásicos del género: variedad y la voz femenina ocasional casi céltica de Irina Surina que yo agradezco sinceramente. Irina volverá a repetir en la canción “Tranquila e inquieta”, una animada y festiva pieza. Ninguna de las composiciones de este álbum van mucho más allá de los 7 mtos pero es una banda muy competente de música atractiva, variada y perfectamente bien tocada.
Buena reseña, pero loco, que me importa a mi que no te guste picasso o la vida de los musicos, dios mio que relleno.
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