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SUNDAY - Sunday (1972/ Bellaphon)

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 Banda de Glasgow, que graba su único álbum en Londres, pero sale solo editado en Alemania, vía Bellaphon Records. Eran Sunday. Con un equipo de producción insuperable por entonces. Shel Talmy / Hugh Murphy (Gracious, Diabolus, Jody Grind), en los londinenses Sound Techniques Studios. Todo perfecto. Excepto la suerte. Porque la banda también era de órdago.  Davey Pattison, extraordinario cantante y bajista. Luego sustituto nada menos que de James Dewar en la banda de Robin Trower. Y miembro de los Gamma de Ronnie Montrose. Pues está aquí.  Pete Gavin en la batería,  también de ilustres combos como Jody Grind, Bluesology o Heads, Hands & Feet. John Barclay (guitarra, voz) y Jimmy Forest (piano, órgano,  voz) cerraban el cuarteto.  La música de Sunday tenía poco de "dominguera".  Gavin entra ametrallando ritmos en "Love is Life" (6'09), con organada levanta-flequillos e inmediato recuerdo hacia el primer Deep Purple o Atomic Rooster.  Ni que decir tiene que Pa

IZZ ‎– My River Flows (2005)

Me he saltado adrede su tercer disco “Ampersand vol 1” porque solo son outtakes y temas en vivo y no lo considero relevante. En “My River Flows” la banda ya está más coexionada con dos cantantes femeninas y el quinteto de los dos hermanos Galgano. 



Este fue el primer disco que escuché de esta banda norteamericana. En principio no le preste demasiada atención porque lo vi como progresivo “moderno” alejado de las estructuras clásicas del estilo de las que soy adicto, pero aun así, me atrajo el nivel instrumental y la complejidad un tanto esquizoide de algunas piezas como la inicial homónima o esa corriente desbocada de los 12 mtos de “Late Night Salvation” la guitarra de Paul Bremner es brutal rozando a veces lo metalero pero tiene recursos inteligentes y una amplia formación con su instrumento. Esta pieza es sorprendente por sus cambios. Cuando cantan parecen un cruce entre los Beatles, Yes o CSNY y en lo instrumental una banda de fusión crimsonizada y cruzada con Steve Vai. Pero hay contrastes con buenos sintes y guitarras acústicas. Música infectada a veces de espectacularidad con solo de drums incluido quizás demasiado largo. Suena original. 

“Rose Colored Lenses” y “Abby´s Song” son sendos ejemplos de pequeñas composiciones a modo de canción que buscan lo agradable y directo. Ninguno de sus discos sigue una temática sonora determinada. Son piezas muy diferentes entre sí. Como quizás buscando un equilibrio entro lo complejo y lo sencillo. Lo largo y lo breve. Lo cómodo y lo tumultuoso. 

“Decepción” sorprende por su sofisticación o su épica lírica de sinfonismo a lo grande cruzado de guiños Gentle Giant en las guitarras. La siguiente “Crossfire” es una buena compañera de viaje de la anterior con ese trasfondo lírico beat que nos retrotrae la memoria constantemente. La guitarra solista sigue con un importante protagonismo que se desarrolla a través de todo el trabajo. Es una forma de hacer música progresiva un tanto original y muy equilibrada entre lo fuerte y lo delicado y lo mejor de todo es que es muy variada y no incluyen pasajes tediosos en ningún momento ni la confusión laberíntica del sinsentido de mucho prog moderno. En “Anything I Can Dream” me recuerdan un poco a las baladas de los Chicago pero sin ese pestuzo poppy del Peter Cetera. 


El programa fuerte lo dejan para el final con una generosa suite de 21 mts: “Deafening Silence” subdividida a su vez en seis partes. Entramos en conceptos más angulosos y sinfónicos con una hermosa introducción de piano bajo y batería donde los sintes toman el relevo y las orquestaciones acolchadas permiten al guitarrista lucirse a gusto hacia una épica pieza llena de variaciones sonoras y entretenimiento que es lo que todo prog necesita como medicación diaria. Una elegante base académica lo domina todo hasta la entrada de las voces femeninas que estaban pidiendo a gritos protagonismo. Las suaves voces de los hermanos Galgano están perfectamente acopladas a las hermosas voces de las chicas. Esta maravillosa pieza la encuentro muy superior al menos emocionalmente a todo lo anterior. Los vericuetos instrumentales no cesan y nos llevan por diferentes pasajes. Los solos de moog a la vieja usanza nos reconcilian mientras la guitarra nos inquieta constantemente hasta que el piano nos tranquiliza de nuevo. Una composición de altos vuelos, lírica y hermosa en su trasfondo folk rock vocal y a su vez en su acentuada luminosidad épica y escenas paradisíacas de película fantástica en los tramos finales con recuerdos Yes al fondo. Un disco muy superior a los anteriores.
Alberto Torró









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