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Epidaurus – Earthly Paradise (1977)

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 Epidaurus se fundaron en la localidad de Bochum, Alemania del este y tan solo tienen este álbum setentero más un fallido intento en los 90 que no merece la pena reseñarse pero que les permitió formar parte de los buscadores de rarezas prog. No hay demasiada información sobre ellos. Chica a la voz que me recuerda mucho a Jane Relf de los primeros Renaissance aunque con bastante distancia de calidad. No es la voz lo que me atrae de este disco y tampoco canta demasiado, es el excelente trabajo de sus dos teclistas Gunter Henne y Gerd Linke que mano a mano despliegan todo el arsenal de ensueño teclístico analógico de los 70´s. Cierto es que en 1977 el asunto de hacer música con un poco de interés ya empezaba a oscurecerse. La mitad de las bandas progresivas en el panorama internacional ya empezaron a editar discos malos o mediocres o simplemente cambiaban al bando del AOR o territorios formula radio. Los más honestos optaron por desaparecer, aunque muchos de los que continuaron no tuviero

ZYTOSPACE - Wusteland (2019 / VERLAG SYSTEM)

Desde que comenzamos hace seis años con ésta sección,  "Ensayos para un Sonido", sólo había aparecido por aquí un nombre español (y no del todo), Neuronium. No será porque no haya sintenautas experimentados en nuestro panorama, precisamente. Así que para ponerle remedio comenzamos hoy con un nuevo nombre, Zytospace,  que no músicos primerizos. Éste dúo de Valencia está compuesto por Tomás F. Girón,  multiinstrumentista y compositor con su propio proyecto, Girón,  y tres cds + un dvd en su haber. También ocupa el puesto de bajista en la banda de rock progresivo, El Círculo de Willis.  Miguel A. Ruiz lleva desde mitad de los 80, que se dice pronto, con su proyecto Orfeón Gagarin. Publicó un vinilo en 1992 en Alemania, "Encuentros en la Tercera Edad".


Ahora se juntan para dar vida a Zytospace con su "Wusteland", de clara pretensión revisionista hacia la electrónica berlinesa. Su vasto equipo tecnológico puede que sea de última generación,  pero sus sonidos y texturas retrotraen con absoluta convicción a los 70. Así que se ponen sus mejores galas alemanas (hasta en los títulos) y nos invitan a conocerlos con dos largas piezas rebosantes de ensoñación teutona en la mejor tradición. 

"Das Totenamt / Sermon Des Feuers" (33'25), es una inicial maraña drónica con atrayente e inquietante dramatismo schulziano ideal para una peli tipo "Interstellar". No creo que tuvieran mucho problema en embarcarse en un proyecto cinematográfico,  de proponérselo. Poseen predisposición melódica suficiente, y saben cómo adornarla con un sinfín de enjambres electrónicos,  de hipnótico efectismo lleno de belleza surrealista plástica. Los combinados secuenciales se "suben a la cabeza" tal y como debieran, y sin darte cuenta, estás en un agujero negro sensorial en el que todo puede suceder, y lo saben. El despegue secuenciado sobre el minuto diez, nos propone un serio viaje por sus riachuelos de información digital, en analog disguise. Podríamos decir que como Tangerine Dream en la mitad de los 70, pero resulta que, felizmente, también cómo éstos mismos en su versión actual. 



Las espirales cíclicas secuenciales van mutando lentamente,  mientras que continúa el trip melódico con rico lirismo de casi índole progresiva. Para el minuto quince asistimos a una regresión de la gira de "Encore", reconstruida con vívidos y convincentes paisajes de naturaleza TD. Pero con una propia huella actual que hace de Zytospace unos recuperadores de emociones con algo que aportar de su propia experiencia,  como sintenautas veteranos y avezados cadetes espaciales en mil y una incursiones sideralmente musicadas. El trabajo secuencial es de manual, bien entremezclado con melódica cibernética de poesía cósmica elegante y muy digerible, agradable, pero no edulcorada ni empalagosa. Cuando faltan unos diez minutos para su final de trayecto, su aterrizaje se produce con los mayores momentos de experimentación, de sonoridad industrial, como en un hangar lleno de actividad laboral. De nuevo un acertado secuenciador presta la base resolutiva retro, a la Tim Blake, para un nuevo amanecer sentimentalmente robótico. Da la sensación de un final feliz, y desde luego es lo que parece dada su intrínseca calidad. 

La segunda y final, "Chroniken des Lichts / Was der Donner Sagte (30'27), se inicia con planteamientos de puro Schulze / Froese, en liderazgo secuencial cubista,  que lentamente va limando sus aristas rítmicas con la ayuda de sinuosas ondas de síntesis. Melancolía vangeliana toma protagonismo en otro momento inevitablemente fílmico,  que juega y teje bonitas telas de araña secuenciales donde caes ensimismado. Todo se torna más oscuro, algo está pasando. Los momentos felices dan miedo, porque tras ellos algo funesto va inequívocamente enlazado. Y la electrónica de negros nubarrones toma el relevo, con sabia medida de la temperatura emocional. Sin llegar al siniestrismo fácil.  Más bien rediseñando patrones negativos, con música re (tro)frescante, que nos hace una parada para visitar el "Museo Crystal Machine"...... Sumo placer en el enigma de arcaica raíz.  Hay cosas que mejor están sin resolver. Evitas decepciones.


La armonía de las máquinas te acoge con sus cálidos mantos analógicos y protege de peligros adversos, en la crueldad de la mal llamada "realidad". El sueño transcurre plácidamente,  sin sobresaltos, en un total nirvana neuronal. Sin embargo, hay algo ominoso en el ambiente, siempre lo hay, y se siente. Pero el placer de flotar ingrávido en el multiverso se hace más fuerte que nada. Se acercan drones rítmicos amigos, que avisan de posibles peligros materiales. Se encargan de alejarte de ésos pútridos manipuladores del alma, y te conducen hacia un oasis cósmico que impregna la consciencia con eterna libertad individual. No lo olvides, eres ÚNICO. Algunos, los pútridos e ignorantes, lo llaman "cielo", para comprender lo incomprensible. Es más "sagrado" que éso. La anárquica armonía de las esferas, el fractal caprichoso del cosmos, en su raíz más pura y limpia. De donde perteneces y adonde tienes obligación natural de volver.



Y Zytospace cumple con su misión proyectándolo todo en tu mente, revelándote la verdadera realidad.
Uno de los discos del año.
J.J. IGLESIAS






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