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Irene Ketikidi - Live at Piraeus Club Academy (2024)

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 Piraeus Club Academy es un local situado en la zona costera de Atenas, cerca del puerto histórico del Pireo. Este club ateniense ha tenido una intensa actividad de conciertos en los últimos cinco años. Por su escenario han pasado Patti Smith, John Carpenter, The Waterboys, Megadeth, Ministry y  Monster Magnet entre otros muchos. Hoy tendremos la oportunidad de escuchar a una de sus hijas predilectas, Irene Ketikidi. Irene Ketikidi procede de Ioannina, Grecia. A los quince años se inicia en la guitarra de forma autodidacta y tomando clases de un profesor local. En 2001 entra en el Conservatorio Philippos Nakas en Atenas. En 2007 pone rumbo al Reino Unido para seguir formándose en el Guitar Institute (ICMP). Ese mismo año deja boquiabierto al mismísimo Stevie Vai en una masterclass. Con su  licenciatura de nivel 6 en enseñanza de música bajo el brazo colabora con diversos artistas de la escena londinense (Red N Pink, Cherry Lee Mewis, Ruchelle Scott entre otros). Paralelamente se involu

Testaferros - Testaferros (2023)

 La primera muestra discográfica de Testaferros se nutre de un concepto basado en la efervescencia dinámica, directa y tan precisa como concisa para exponer un formato audiovisual tan breve como demoledor. La formula empleada por el baterista Kiki Dee y el guitarrista Pablo Jonte, no está exenta del riesgo a pesar de la clara transparencia del contexto de un combate de entre dos inquietos púgiles que sustentan a mero pulso. Desde hace años, ambos músicos vienen militando en diversos proyectos guardando lealtad al Rock sin rodear fronteras, compartiendo disciplinas en las que la pasión por el ruido entre otros ingredientes aplicados a su concesión electro-acústica, les ha impulsado a la gestación de Testaferros para elaborar con acierto un EP destinado a los escenarios en toda su complexión de intensidad. Kiki y Pablo saben perfectamente aquello que la inquietud de la curiosidad demanda en directo, y servir en bandeja vatios sin tregua es la mejor forma de prevenir desidias de contrabando. 



Este primer esfuerzo presenta seis piezas que al igual que la vida misma, o que ese cigarro del ansia fumado por los propios dedos de la impaciencia, transitan por el tiempo con brevedad pero con la ventaja de concederle al placer cuantas oportunidades de escucha estimemos oportuno brindarle a esta efímera bocanada de Hard Rock de alto octanaje, que sin el menor de los complejos se sustenta en secuencias que contribuyen a la cómoda fluidez de estos dos músicos que inclusive, manifiestan un enternecedor carácter bizarro ajeno a numerosas bagatelas arrinconadas contra las cuerdas del Ring en el que dormita la cada vez más abundante represión creativa. Kiki y Pablo no buscan la pose ni el esbozo de mueca que sustituye a la sonrisa espontánea porque sostienen a pulso un acertado combate que presume de humildad, carácter, y un amplio mosaico de referentes musicales que les convierte en un formato respetado, demandado y de gran eficacia para sosegar egos y otros trastornos que deambulan por la vía estrecha de la consagrada obesidad mental. Acuñados a la dureza en la práctica de un diálogo trasversal avalado por el Groove y un gusto exquisito por la uniforme limpieza en ejecución y su coherente resolución, Testaferros van un paso por delante de cuantos combates ofrecen otros formatos similares que se encuentran actualmente en pleno auge dentro y fuera de nuestras fronteras. Los tres primeros asaltos del Ep son la prueba más evidente, a los que hay que sumar la sana ironía que depositan en la vanguardista pieza: The After Party, o el tema que cierra la obra: Final Round que resume este tránsito conceptual que incita a repetir reiteradas ocasiones la escucha íntegra de esta breve y arrolladora rodaja.

Testaferros son lo que escuchas, lo que ves, lo que sientes y disfrutas en tan solo un segundo en el reloj de Dios, porque precisamente no ha sido él quien los ha unido en el destino del arte sonoro. Se fundamentan sencillamente en la conmoción que genera la propia fuerza de su contexto musical, en la nobleza que les caracteriza como personas, en la disciplina arraigada a la pasión, en el esfuerzo, el entusiasmo y la actitud. No usurpan parcelas ajenas ni alardean de originalidad en la esquina de la calle del sempiterno egocentrismo. Y eso es lo que marca las diferencias de quienes saben transitar por la vida en sigilo predicando con el ruido. Por lo tanto señorías, respetar a quien respeta ofreciendo la mejor de las alternativas para combatir el tedio, debería de ser una obligada asignatura cuyo suspenso tendría que tener cabida en el código penal, no aquel por el que desfilan en caravana las novias de los penes, sino por el que debería de asociarse a la ley aplicada en consecuencia a la sublime aberración impulsada por la ignorancia que desde tiempos inmemoriales, cuenta con el apoyo del imperioso atrevimiento.

Obviamente no es necesaria tanta extensión verbal para definir con una sola frase a Testaferros, y la más adecuada y menos vulgar es más que evidente; Con cuatro cojones. 

Estos músicos no tienen que rendir cuentas a nadie de su potente exposición de electrizante doctrina convulsa, ni le deben disculpas a la transparente humildad que habita en sus personalidades porque saben que sin actitud, la vida sería un viaje denso, naufragando por las gélidas aguas de la cobardía ritualista.



La primera obra de Testaferros se puede adquirir en CD y merece ser reproducida en Hi-Fi, porque los móviles y demás sustancias nocivas para el consumo de poderosa enjundia de uniforme solidez no hacen justicia a la precisión directa confeccionada para nutrir a las entrañas de la dignidad.

Que la buena gente siga manifestando talento, inquietud y fe en la parcela artística por la que transcurre su orden al servicio de la creación, es sinónimo de que lo bueno si es breve, es mil veces mejor.

Luis Arnaldo Álvarez (Baterista  y Locutor profesional independiente





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