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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

GREEN DESERT WATER - Black Harvest (2021/ Small Stone)

 Compruebo que escribí con euforia, (no era para menos!), sobre el segundo de los asturianos Green Desert Water, "Solar Plexus" (2018). Su continuación es "Black Harvest", y realmente se lo pone difícil al anterior.cHay cambio de batería,  siendo ahora Dani Barcena el nuevo rompe-parches. Siguen Juan Arias (bajo) y Kike Sanchis (guitarra y voz solista). Y su arrasador heavy psych se expande imparable desde Oviedo a todo el mundo.



"Sacred Tree" (3'55), con efectos de guitarra al revés,  da visos de prog-psicodelia dura. Se confirman poco después,  con cuidado vocal, armonías y melodiosa construcción de cemento armado. Magma incandescente en notas al rojo que se desparraman despiadadas por los virginales oídos del indefenso oyente. Crean adicción rápida,  aviso. Como una continuación,  "Dead Sacred Tree" (4'21) sabbathiza impresiones, en venenoso planteamiento pleno de peligro y amenaza, a la vieja usanza. Mala baba que todos deseamos. Ácido blues rock con exagerada actitud (nunca lo bastante!) y ganas de sacar las garras de adamantium.

Bastante más pesado que un Zeppelin de plomo es "Too Many Wizards" (3'36). Sincero feel 70s y decidido stoner 90s en impía comunión satánica, sucia y lujuriosa. Andanada de ostias decibélicas, como si Mike Tyson cantara hard blues con sus puños en acción.  Éste trío es una mole de buena música. Un demoledor bajo da entrada a la apisonadora "Black Harvest" (7'10). Con la guitarra invitada de Kent Stump, de los asalvajizados tejanos Wo-Fat. Y claro, aquí se monta la marimorena del Hulk-blues. Tremenda clase y armazón de watios disparados con la pericia de francotiradores de élite. Como si pones a Mick Box en el primero de Dirty Tricks. A Tommy Iommi en el de Elias Hulk. GDW tienen la llave maestra de la inmortalidad sónica en bruto. Dentro de un siglo se seguirán escuchando.

En la segunda cara, "The Whale" (5'03) simboliza y describe musicalmente su arte de portada. Algo tremendo fuera de sitio en surrealista maraña forestal atemorizante,  de crudo salvajismo blues. Mahogany Rush en pantanosas tierras badlands cajun.

"Shelter of Guru" (8'06) derrocha elegancia en un nada amable entramado. Poca broma aquí. Killer heavy psych paquidermo de aplastante pegada y profunda sensibilidad bluesy. Herencia de los dos Randy, Holden & Hansen. Ergo, San Jimi Hendrix da su grasienta y libidinosa bendición. Y besa al cielo. La recta final del tema aprieta el acelerador y los amplis entran en ignición. Combustión nada espontánea. 



Terminan con "Soul Blind" (6'41) como en una ouija sonora maldita de Band of Gypsies. Sacrifican almas al dios Trower. Heredan voodoo ancestral de Thunder & Roses, John Nitzinger, Budgie, Three Man Army, Bang, Third Power y la biblia negra de los seis primeros de Black Sabbath.

Tremendos. Éstos tíos no defraudan. Como agua en el desierto.

J.J. IGLESIAS


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