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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

KORNMO- Fimbulvinter (2021/ Apollon)

 Érase una banda noruega disuelta en 2014, llamada Morild. Dos de sus integrantes, Nils Larsen (bajo) y Odd-Roar Bakken (teclados y guitarra), se aventuran en un nuevo proyecto al año siguiente. Se llamará Kornmo. Progresivo instrumental retro con la vista puesta en los grandes nombres 70s de Escandinavia. Para la batería,  entra el hijo del bajista, Anton JR Larsen. Y ya está el trío completo, que se estrena en 2017 con "Svartisen" y continúan con "Vandrig" (2019). Apollon Records no podía dejar escapar su tercero,  titulado ahora "Fimbulvinter". 



Precisamente como el tema que lo abre con sus 8'13 mts. De acústica textura y moog de pleno romanticismo norteño, aquí ya se siente la delicadeza sinfo cercana a unos Kaipa o Kerrs Pink. Todo huele a clásico prog aquí.  Bajo de sonoridad preponderante  (Rickenbaker?), solemnidad rítmica y analogía dominante en maravillosa teclística. No exenta de poesía instrumental en sus seis cuerdas. Que Bakken se doble en teclados y guitarra no es ningún problema para una banda que pasa del directo. El viaje retroactivo continúa en "Jutulhogget" (7'10), en mellotrónica solemnidad de cuerdas que simulan un "downer rock medieval" de encantadores planos descriptivos. Pueden recordar a los suecos Ragnarök o a sus paisanos Atlas, en ráfagas hard no muy acusadas.

"Dovre  Faller" (19'10), en sus tres partes, es una de las largas suites del álbum. Otra comilona sinfo-progresiva llena de manjares de solemnidad lírica y finísima línea en desarrollo. Inevitable no nombrar a Camel, sobre todo por lo que toca a la guitarra. Los teclados, de esplendor vintage reluciente, nos llevan a Bo Hansson sin problemas. Con un arsenal que abarca todo el armamento analógico deseado. Siempre utilizado con esa majestuosidad inherente en Kornmo, realmente marca de la casa. 

Por si no teníamos suficiente, se enlaza con "Kjempene Vakner" (26'17). Éste tema ya podría haber sido un álbum por sí sólo. Cuatro partes lo construyen en la misma línea sinfónica de todo el álbum. Barroco prog norteño de inspiración preciosista en la línea del alemán Lanvall. Y en los momentos más organísticos, cercano a Par Lindh Project. Recomiendo escuchar ésta pieza aparte del álbum.



Pues aún nos queda "Mega Annum" (10'31) de espesura similar. En líneas generales, es un disco muy disfrutable. .....en pequeñas dosis. Ya que su duración nos lleva a aquellos interminables cds de los 90. En éste caso todo aquí es bueno, pero puede dispersar la audición su extensa grabación. Mejor en dos escuchas.

J.J. IGLESIAS


 








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