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Ardo Dombec – Ardo Dombec (1972)

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 Olvídate del krautrock galáctico, los sintetizadores voladores y las odiseas en LSD. Esto no es Tangerine Dream, esto es una pelea de borrachos en una cervecería de Hamburgo con saxofón afilado y batería que suena como si patearan un motor diésel.  Ardo Dombec no hace música para flotar: hace música para tropezarte con un adoquín, abrirte la ceja, y que el ritmo siga sangrando por ti. Su único disco es una anomalía: demasiado sucio para los puristas del jazz, demasiado técnico para los salvajes del garage, y demasiado alemán como para importarle todo lo anterior. Suena como si Zappa se hubiese cruzado con Can en un taller mecánico y hubieran grabado con resaca. Guitarras que escupen aceite, saxos con mala intención, y una batería que parece haber aprendido a tocar en medio de una huelga de transportistas. Cada tema es una curva cerrada en una carretera sin señalización, con humo negro saliendo del capó y un loco gritando indicaciones desde el asiento trasero. No es bonito. No...

STACIE COLLINS - Shinin’ Live (2013, Blue Rose Records)

 ¿Qué pasaría si un vendaval yanqui, un tornado de fuerza 5, tocase tierra en una pequeña sala de conciertos de la británica Kendal? ¿Qué sucedería si con su bravura azotara las paredes del local, si con su desboque natural hiciese temblar hasta el último de sus ladrillos? Pues, ni más ni menos, que todo ello se grabaría y se editaría, tanto en formato de audio como en el de vídeo, en un artefacto al que se le escogería cual título Shinin’ Live.

 


Exacto, Stacie Collins, todo voz y armónica, es el vórtice, mientras que su banda ejerce la fuerza de los vientos, ayudando a que se materialice el tubo perfecto, la succión de la que nadie escapa. Esta artista asentada en Nashville, un talento con tantos ovarios que podría ser considerada la versión femenina –y con algunos centímetros de más– del Rose Tattoo Angry Anderson, posee la encomiable capacidad de dar espectáculo continuo mientras interpreta, una tras otra, las canciones que ya la están haciendo un nombre de culto en la escena. Estilo sudista, rock and roll, actitud, buenas maneras y ganas de salir a los escenarios del mundo alzando la bandera del matar o morir, del ir más allá, hasta las últimas consecuencias; incluso sobradamente preparados para sacar del baúl de los recuerdos una pieza de AC/DC.

 


Shinin’ Live es un trabajo en directo con el que, si jamás has escuchado a Stacie y a su banda, te podrás hacer una perfecta situación de lugar, sacar el calco real de lo que un conjunto con tablas puede ofrecer al rockero sediento de riffs, estribillos ardientes y mucho sentimiento.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



 







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