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Elonkorjuu – Harvest Time (1972)

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 La década dorada de los setenta. Sí, considero que los setenta fueron la década más prolífica; la abundancia de bandas era evidente, visible tanto para los oídos como para el alma.  Sus comienzos, con estilos embrionarios, fueron adquiriendo sustancia con el paso de los años, dando lugar a una gran cantidad de bandas que deleitaron a aquellos ávidos de un sonido nuevo; una juventud descarriada y marginal, sin perspectivas de una vida buena y plena, buscaba en esta revolución sonora que irrumpió en aquellos años lejanos, su alimento, su fuerza emocional, mucho antes del punk rock, amigos míos.  Muchas bandas alcanzaron el éxito, popularizando el concepto de rock de estadio, conciertos faraónicos, estadios y gimnasios; el rock entrelazado con el mundo del espectáculo. Pero también existen bandas relegadas y olvidadas que cayeron en el olvido del rock. Sin embargo, no se equivoquen, no interpreten esto como incompetencia, como si las bandas hubieran fracasado en el seductor...

STACIE COLLINS - Shinin’ Live (2013, Blue Rose Records)

 ¿Qué pasaría si un vendaval yanqui, un tornado de fuerza 5, tocase tierra en una pequeña sala de conciertos de la británica Kendal? ¿Qué sucedería si con su bravura azotara las paredes del local, si con su desboque natural hiciese temblar hasta el último de sus ladrillos? Pues, ni más ni menos, que todo ello se grabaría y se editaría, tanto en formato de audio como en el de vídeo, en un artefacto al que se le escogería cual título Shinin’ Live.

 


Exacto, Stacie Collins, todo voz y armónica, es el vórtice, mientras que su banda ejerce la fuerza de los vientos, ayudando a que se materialice el tubo perfecto, la succión de la que nadie escapa. Esta artista asentada en Nashville, un talento con tantos ovarios que podría ser considerada la versión femenina –y con algunos centímetros de más– del Rose Tattoo Angry Anderson, posee la encomiable capacidad de dar espectáculo continuo mientras interpreta, una tras otra, las canciones que ya la están haciendo un nombre de culto en la escena. Estilo sudista, rock and roll, actitud, buenas maneras y ganas de salir a los escenarios del mundo alzando la bandera del matar o morir, del ir más allá, hasta las últimas consecuencias; incluso sobradamente preparados para sacar del baúl de los recuerdos una pieza de AC/DC.

 


Shinin’ Live es un trabajo en directo con el que, si jamás has escuchado a Stacie y a su banda, te podrás hacer una perfecta situación de lugar, sacar el calco real de lo que un conjunto con tablas puede ofrecer al rockero sediento de riffs, estribillos ardientes y mucho sentimiento.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



 







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