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SUPERNOVA 75 - Suite Supernova (2017 / Viajero Inmóvil)
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La historia del rock, como cualquier otra historia, está llena de frustraciones e injusticias. Gente capacitada que nunca lo consigue y completos ineptos que triunfan ante otros completos ineptos. Hasta en el poder podemos verlo.
Supernova 75 se formó a mediados de los 70, como reza su nombre, en una Argentina llena de problemas políticos. Pero también de genios artísticos. Puede que una cosa, lleve a la otra. Así que algunos no tuvieron oportunidad de dejar constancia en el momento de su tremenda valía. Por entonces, la banda era Fernando Peña Pérez (bajo, guitarra acústica), Rodolfo Planes (guitarras, teclados, efectos), Ricardo Vricella (batería) y Eduardo Galimany (guitarras, efectos). Por las razones que fueran, Supernova 75 nunca pudo dejar constancia de su paso por el prog argentino. Hasta que hace tres años, uno de sus miembros puso solución a aquel mayúsculo despiste. Rodolfo Planes se hizo cargo de todo, (guitarras, bajo, sintes, mellotron y batería programada), y dio salida en el salvador sello Viajero Inmóvil, a material de sus tiempos de actividad. "Suite Supernova" refleja lo que pudo ser y no fue. En todo su esplendor.
Ésa suite, en 35 mts aproximados, nos transporta a los buenos viejos tiempos del symphonic rock 70s. Con toda su arrolladora elegancia y delicadeza. Su "Evolución Parte 1" (3'30) tiene todos los rasgos de los Genesis / Camel en sus más aclamados álbumes. Todo suena fantástico. Sí, hasta la batería programada. Pasa por disco de grupo perfectamente. Sigue potente en "Parte 2" de "Evolución"(2'24), siempre dentro de la "Suite Supernova" tan felizmente rescatada. Música instrumental que nos lleva a los vetustos sonidos de inolvidables bandas escandinavas como Kaipa, Kerrs Pink o Atlas. Fantasía que ha sido nuevamente captada por Rodolfo Planes. Está claro que le marcó en su juventud. Imposible olvidar un material que se hizo de adolescente, y todo eso que ganamos nosotros ahora.
"Almas Lejanas" (5'24) continúa la suite con más reflexión y preciosistas arreglos. Sintetizadores que explotan en solos magníficos, dignos de la década gloriosa. Tonadas cercanas al primer Anthony Phillips, Steve Hackett o Jan Akkerman en solitario. Con acústicas dominantes sobre mantos eléctricos, de oleaje sinfónico altamente poético. Lírica instrumental de una riqueza insospechada. Como en "Thames " (4'11) o "Magia del Sur" (9'52), una torrencial cascada de notas vigorosas, con nervio, lanzadas desde todos los instrumentos, que recuerdan a lo más florido del progresivo italiano (conexión clara con el argentino). En indispensables líneas melódicas sin un segundo de relleno. Cargadas de sentimiento, con pasajes que se suceden en diferentes formas y espacios. Como un "Close to the Edge" instrumental todavía no descubierto. Como un "Hamburguer Concerto" sin desenterrar, esperando su momento en el silencio de una tumba de la calidad no reconocida. La parte final de ésta santa suite, "Sonata de la Tierra del Sol" (5'38) posee refinada clase digna de grandes de la escena. Ya fuera de la suite, "Uno" (8'52) contiene más Yes-inspiración con bonitos toques casi mediterráneos. Podría ser obra de Santi Picó, Mediterráneo (ejem) o Iceberg. Gran trabajo de guitarra solista, mientras amuebla todo lo demás con precisión de ingeniero/arquitecto. Qué buen músico, éste Planes.
Finalmente "Dos" (5'19) continúa ese aire de fiesta que tan bien se le daba a la PFM, para levantar el ánimo. Éste antiguo miembro de Supernova 75 ha conseguido algo que quizá no hubiera funcionado con toda la banda reunida. Capturar el tiempo y el espacio, el esencial sonido de su original formación. Al menos yo me lo imagino así. Porque esto suena genuino. Y es una total maravilla.
J.J. IGLESIAS
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