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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

GEORGE HARRISON - Electronic Sound (1969 / Zapple) (SERIE PIONEROS )

 Para un hater de los Beatles como un servidor,  cargarse éste álbum sería muy fácil. "Beatle caprichoso se agencia un Moog modular, - al alcance de unos pocos-, y se apunta al rollo sintetista porque él lo vale". Y hasta cierto punto, así es. 



Pero estamos hablando del miembro beatle que más respeto me merece. El más espiritual y músico de los cuatro,  siempre en mi opinión (de hater). Además,  No era tonto. Y se hizo acompañar y dirigir por un experto en éstas materias como Bernie Krause. Coleccionista de  primeros prototipos electrónicos y parte del dúo Beaver and Krause. Los cuales editaron ya en 1966, "The Nonesuch Guide to Electronic Music" (comentado en ésta sección). A su vez, The Beatles ya habían experimentado en ése mismo año 66 con tape loops, cintas al revés y otros socorridos efectos de estudio para su álbum "Revolver". En temas como "Tomorrow Never Knows" casi adelantan el motorik kraut, en un pandemonium proto - electrónico adelantado a su tiempo. Así que ésta unión para el segundo álbum de George Harrison, (que debió de salir como Krause & Harrison), se conforma como evolución natural. Que va a formar parte de su efímero sello Zapple, para editar las voladas que se les ocurran. Tan sólo dos referencias saldrán ahí.  El infumable "Unfinished Music Vol 2", de John Lennon y Yoko Ono, y éste "Electronic Sound" de Harrison. Puede que un "entrenamiento" cara al uso del Moog con más conocimiento (y mesura), para "Abbey Road". 

Dos largos temas lo forman. "Under The Mersey Wall" (18'44), grabado en su casa de Surrey, y "No Time Or Space" (25'06) grabado en California. Pura electrónica de anticipo krautie, que pasaría como hecha por algún explorador cósmico teutón sin ningún problema. En la primera pieza se utilizaron dos sintes superpuestos. Y no me extrañaría que Krause fuera uno de ellos (si no los dos, como luego veremos). Intentando completar huecos dejados por Harrison en sus improvisaciones. Tienen su sentido, aún a pesar de ser hechas en modo libre, respetando silencios, y atreviendose con sonidos, juegos de stereo, cadencias y texturas muy avanzadas para 1969. Es difícil encontrar un caso similar en la electronica de la contracultura alemana de ése mismo año. Limbus 3 y su "New Atlantis"? "Psychedelic Underground" de Amón Duul? No son puramente electrónicos,  en cualquier caso. La mayoría de pioneros alemanes comenzaron a lanzar en 1970. Y éste disco se grabó en 1968. Su faceta cósmica es verosímil y conecta con visionarios del gremio como Jean Jacques Perrey, Raymond Scott, Pierre Henry o Mort Garson. 

Con un título como "No Time Or Space", la segunda cara ofrece vanguardismo en anticipación por lo que está por venir en ésa próxima década. Ruido blanco, modulación extrema y mucha más experimentación que en la anterior. Improvisación casi  ocho minutos más larga que la anterior. E imagino que recortada para que entrara en un  vinilo.  No creo que los fans de The Beatles se maravillaran con esto, pero como suelo decir, la electrónica de riesgo es como el abstraccionismo en pintura. Cada uno le encuentra un sentido, y hay gustos para todo. Con el tiempo, mi inicial percepción ha cambiado. De parecerme "una tomadura de pelo", ha pasado a una expresión del tiempo en que fue ideado. Otra forma de inconformismo propia del universo beatle y el momento en que se hizo. Un estado de ánimo experimentador acorde con los tiempos de ruptura de reglas. A ningún otro beatle se le hubiera ocurrido, como así fue. Eso lo tengo claro. El nivel avant llega al ruidismo dodecafonico. .....o al gamberrismo cibernético,  dependiendo de quien lo escuche.  Pero no lo veo de más en una colección  de pionera electrónica. 



Curiosidad clave que da que pensar : Bernie Krause pidió posteriormente que se retirara su nombre de créditos. Disconforme con el resultado? Presión por el protagonismo por parte de Harrison? Krause aseguró ser el autor del disco. Tomen la versión que más les cuadre. A mí ésta última no me parece descabellada. No acaban ahí las polémicas. Reeditado en cd en 1996, los temas aparecen invertidos y con los títulos  erróneamente escritos. Forma parte del propio "karma" del disco. De cualquier modo, y mal que me pese, The Beatles también tuvieron su sintetista. Y menos mal que fue George Harrison.

J.J. IGLESIAS









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