Ya hablé en diferentes ocasiones y artículos sobre este músico británico nacido en Gales y de sus diferentes proyectos que van desde sus bandas progresivas como Cyan o Magenta hasta sus incursiones en cine y publicidad, así como sus numerosas colaboraciones con otras gentes en líneas musicales un tanto dispares. El señor Reed es un multistrumentista y compositor inquieto. Un verdadero amante de su oficio. Prácticamente de los que ya apenas quedan en el mundo de la música. Creo recordar ya hará unos 8 años que me enzarcé en una discusión con algún fan acérrimo del señor Mike Oldfield todo por cargarme el “Return To Ommadawn” y decir simplemente que los “Sanctuary” del señor Reed eran superiores a la falta de ganas compositivas del famoso compositor de Reading. Ni que decir tiene que la cosa acabó bastante tensa y no hay nada peor que llevarle la corriente a un fan iluminado de cualquier cosa porque al final todo acaba en el insulto personal y en perder los papeles. Hoy ya no ...
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TEDDY LASRY: - E = MC2 (1976)
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El que fuera saxofonista y vientos variados de Magma tiene una buena cosecha de discos editados entre 1969 y finales de los 80´s en una onda de electrónica francesa setentera que va de lo abstracto al electro pop en un estilo difícil de clasificar. No hay que olvidar que tuvo una activa participación en el sonido zeuhl primigenio. Lasry también compuso música clásica contemporánea y partituras para teatro entre esa bohemia intelectualoide francesa y demás ocurrencias avantgarde tan queridas en nuestros vecinos galos.
Teddy Lasry nace en 1947 entre familia de músicos en la ciudad de Niza y realiza estudios académicos en clarinete y composición. Pronto se amplía como multinstrumentista compositor y arreglista. Fue cofundador de Magma junto a Christian Vander. Lo veremos en los primeros discos de la banda y a él se deben la mayoría de arreglos de viento de las primarias y jazz-estrambóticas estructuras de la banda. Durante su andadura no hizo ascos en componer para anuncios comerciales y televisión así como música para películas. Mediados los años 70 realizó varios discos en una onda espacial cósmica apuntándose al llamado “rock cósmico” con clara influencia de escuela germana de Berlín y demás acólitos enganchados a los juguetes electrónicos y a los sonidos radiactivos. Muchos se encariñaron de los sintetizadores analógicos y no era para menos siempre y cuando la economía personal lo permitiera.
De su amplia discografía solo conocida en sectores muy interesados he seleccionado este “E=MC2” de 1976 que gustará bastante a los amantes de las músicas frías y planeadoras. La portada es simplona como si un niño hubiese pintado planetas. El piano eléctrico inicial suena casi naiff hasta que diferentes secuencias tejidas con varios pianos más van desarrollando una rueda sonora creciente. Los títulos son evidentes: quasar, heart, nebula, Galaxy, space, nonsense y life y así no se complica la vida. El sonido cíclico y vibrante y poco a poco se va acoplando el bajo de Janick Top y batería. Es difícil tocar una batería con un secuenciador porque tienes que ser un metrónomo y lo suficientemente hábil para hacer dibujos rítmicos variados sin salirte del implacable tempo. Como suele suceder en la electrónica cósmica las piezas pueden ser cortas y concretas o un cara entera de trance sintético.
Lasry opta por piezas más pequeñas elaboradas melódicamente y con sutiles detalles lejos de darle al botón del secuenciador y girar los potenciómetros hasta la abulia monótona más proclive de los alemanes. Aparecen flautas y pinceladas de ecos cósmicos con otros sonidos de viento de jazz etéreo que incitan al relax pero tampoco a dormirte. Los Soft Machine del Six en su cara de estudio podría ser una referencia. La concepción en general es bastante artesanal y no domina el sonido robótico o maquinal en ningún momento. La escucha acaba atrapándote casi en un aspecto Oldfield hacia el minuto veinte del disco y la base tintineante tiene mucho de clásico a pesar de considerarlo música repetitiva por sus numerosos detalles finamente expuestos. No pueden faltar aves y pajaritos en “Birds of Space” y sonidos de gamelán claro. Esto gustaba mucho por entonces y resultaba tremendamente exótico y porrero. Después de un largo paseo de pianos eléctricos el disco el disco se funde en sonidos tribales africanos y breves retazos jazz a la Coltrane. Curioso y agradable de escuchar.
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