Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...
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ATOLL - Musiciens – Magiciens (1974)
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Siguiendo por las tierras de la ilustración la libertad, la igualdad y la fraternidad y demás lindezas que a día de hoy van arreglando la convivencia a hostias que es como se arreglan siempre todas las cosas en este maravilloso mundo, hablaremos de otra banda clásica del prog francés bastante menos conocida que Ange, quizás no tan originales como éstos, pero a mi juicio con propiedades técnicas y composiciones superiores. Otra cuestión es la música y la facilidad que tenga de penetración en el oyente.
Atoll nacen el Metz en la región de Lorena en torno a 1972 con la siguiente formación: André Balzer / voz principal. Luc Serra / guitarras, sintetizador, percusión, voz. Michel Taillet / Sintetizador, órgano, clavinet, percusión, voz. Jean-Luc Thillot / bajo, guitarra acústica de 12 cuerdas, voz. Laurent Gianez / saxo tenor y soprano, flauta, flautín, voz y Alain Gozzo / batería, percusión. Durante esa época forman parte del movimiento de rock progresivo de su país con unas bandas muy concretas y de alta calidad. Sus discos en vinilo al igual que el de sus colegas de otras bandas fueron motivo de viajes a la vecina Andorra pirenáica por aquellos tiempos que ya en alguna ocasión he comentado. La música es completamente diferente al estilo teatral de Ange o Mona Lisa pero no está exenta de las influencias anglosajonas en ningún momento y podrían pasar por cualquier grupo británico si no cantasen en francés evidentemente. La principal diferencia con sus compatriotas es el empleo vocal y las armonías vocales un poco al estilo folk-rock de la costa oeste o incluso de los primeros Yes y por supuesto nada del ramalazo teatrero de la “chanson” francesa que lo cambian por una inclinación a la fusión jazz-rock en muchos momentos, lo que hace que la escucha sea más entretenida, activa y agradable y alejado de tormentos dramáticos. A la vez suenan muy sinfónicos y frescos un poco a veces a la Camel - Caravan con bonitas melodías y pasajes instrumentales.
Su primer álbum “Músicos- Magos” aparece en 1974 y se trata de un trabajo encantador que entra sin forzar y a la primera. La música es elegante, hermosa, más sinfónica que la de Ange y a la vez mucho más desarrollada que la de estos. El ligero toque jazz-funk-fusión-rock envuelto en sugerentes vuelos de teclado y las armonías vocales no los hacen pesados ni aburridos en ningún momento. No hay puntos muertos, ni vacíos, ni prólogos abúlicos. Es todo música con bellas melodías y entretenidos cambios que fluyen amigablemente. Hay buenas estructuras épicas y fantasiosas como “Le Baladin du temps” o “Je Suis D´ailleurs”. Siete temas en el vinilo original y cuatro bonus live en la versión CD que se podrían haber ahorrado por su mal sonido que contrasta brutalmente con el estudio.
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