Después de un soberbio Stone Crazy del 81 casi nada podemos rescatar de este formidable bluesman hasta bien entrada la década de los noventa. El hombre que adoctrinado por sus padres, había caído en el olvido por todos ,salvo una excepción, que vendría cruzando el gran charco. Clapton se disponía a realizar una maratónica serie de conciertos en el Royal Albert Hall y como devolución a su ferviente devoción por el de Chicago lo contrata, por espacio de dos años. La Silvertone Records echa sus ojos en la luminaria en desgracia y estampa "Damn Right, I've Got The Blues" su éxito mas comercial hasta la fecha junto a Jeff Beck, Mark Knopfler, Memphis Horns y Mano Lenta. Después llegaron "Feels Like Rain" y "Slippin' In" en donde galanteaba con el pop y en mayor medida con el R&B; estos eventos le produjeron que una gran parte de sus seguidores se distancien de su obra. Sabiendo de antemano las consecuencias, Guy tendría que volver a las raíces, a e...
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KHAND - The Sage of Witherthorn (2020 / K7)
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Todo muy extraño. Desde USA un tipo misteriosamente llamado Arillius, que comenzó en 1998 aproximadamente, y del que desconozco toda su obra. Su debut fue creado entre el 2003-2005, y se llamó "Interstellar Dominions". Ignoro en qué formato lo hizo, porque el que acaba de editar, "The Sage of Witherthorn", lo ha sacado sólo en....cassette!!! Si, como en los 70 - 80. Juro que no me lo invento. Además, el tipo se toma su tiempo para hacer un album (o cinta). Éste nuevo le tomó del 2013 al 2019.
Define su música como medieval - space - fantasy, y tiene todo el aspecto de ser un conceptual álbum de "Dragones y Mazmorras". Trece temas enlazados en una imaginaria historia que deja bastante margen descriptivo para el oyente predispuesto. "An Unexpected Arrival" posee la ampulosidad elegante del clásico Vangelis. Un sonido "señorial y noble" que prosigue en "Beyond the Palace of Witherthorn". En efecto las melodías parecen seguir una influencia medieval y hasta del sinfo-prog de los 70. Casi Wakeman en ocasiones, pero acaso no fue el inventor de todo esto? Momentos cinematográficos "de peligro", se dan en "Rhaumfin's Quest" como un perdido outtake de "Blade Runner", (primera o segunda parte, la música de ambas no difiere mucho, una por original, otra por copia).
Khand parece escoger en otros pasajes influencias de los grandes orquestadores de blockbusters hollywoodienses. Como en "Scroll of Gransu", que en "The Mummy" hubiera quedado perfecta. Las percusiones, (ignoro si reales o sampleadas), proceden de timbales y otros artefactos de amplio registro orquestal. Para la ambientación de "The Siege of Bancroft Tower" repasa el arsenal melódico de Goblin, pero lo lleva a su terreno épico y caballeresco, con atino. Siniestras sombras acechan en "Dance of the Dryads", como una oscura esperanza en un horizonte ya dibujado por un pesimista Jean-Michel Jarre. Excelente recreación para musicar nuestro entorno. "Ancient Knowledge Cosmic Arcana" vuelve a su electrónica medieval de cámara, mezclando cibernética con humanidad. Algo que Mike Oldfield no conseguirá hacer ya nunca más. Y es que "Legacy Etched in Ice" puede recordarnos algo al antiguo talento del de "Tubular Bells", igual que a The Enid, Nick Magnus o Jean-Pascal Boffo.
"The Gnome's Workshop" es prodigiosamente retratista y bien articulada en la partitura. Hiperrealismo electrónico de fantasía, el de Khand. ".....As The River Flows" no pierde carácter sinfónico, un fuerte arraigo en el alquimista Arillius, que le hace un digno competidor con el Vangelis más omnipotente. Un modesto Silver Surfer, mirando retador a su inmenso jefe, Galactus. De hecho, se atisban pinceladas cósmicas al final de la pieza. Vuelve la fétida negritud de lo desconocido en "Ancient Knowledge Necromancy". Pero todo torna en una demente e imparable danza derviche de otro planeta. Donde hay cabida para polos tan opuestos como Peter Frohmader y el Dave Greenslade del "Pentateuch of the Cosmogony".
Magnitudes impresionantes de naturaleza fantástica dibujan "Wanderer of the Twilight Moon". Mundos imposibles que seguramente, existirán en algún rincón del multiverso. Mientras que "Monuments of a Bygone Era" vuelve a e- vangelis - zar, con supremos resultados de cosmogonía mental inabarcable. Si el griego se nos marca éste disco, le ponen una plaza en lo más céntrico de Atenas. Pero como Arillius / Khand no es nadie, no le pondrán ni una triste rotonda. Y menos con un cassette.
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