El caso de Kurt Vanderhoof es especialmente único. Viniendo de los USA thrashers 80s, Metal Church, sabe perfectamente cómo discernir y separar su otro gran amor, el classic prog rock. No todos saben. La mayoría caerían en la fácil trampa del metal pro-agresivo. Con los años, he llegado a la conclusión de que es metal de calidad, con algún elemento prog. Dependiendo bandas. Pero no pura sangres. Presto Ballet es un instrumento eficaz para su dueño, desde el 2005. Veinte años después, "Dreamentia" es su sexto álbum. En los 70 había bandas que podían editar más de 10 discos en una década. El ritmo productivo ha bajado porque son otros (jodidos) tiempos. Nunca ha bajado el listón éste grupo. Que se mueve entre el hard prog y el pomp, como pez en el agua. A la guitarra de Vanderhoof, poco solista pero muy, muy rítmica, se le suma en protagonismo la voz de Scott Albright, (a veces con Savatage). Los teclados de Kerry Shacklett tampoco dejan indiferente, si...
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KHAND - The Sage of Witherthorn (2020 / K7)
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Todo muy extraño. Desde USA un tipo misteriosamente llamado Arillius, que comenzó en 1998 aproximadamente, y del que desconozco toda su obra. Su debut fue creado entre el 2003-2005, y se llamó "Interstellar Dominions". Ignoro en qué formato lo hizo, porque el que acaba de editar, "The Sage of Witherthorn", lo ha sacado sólo en....cassette!!! Si, como en los 70 - 80. Juro que no me lo invento. Además, el tipo se toma su tiempo para hacer un album (o cinta). Éste nuevo le tomó del 2013 al 2019.
Define su música como medieval - space - fantasy, y tiene todo el aspecto de ser un conceptual álbum de "Dragones y Mazmorras". Trece temas enlazados en una imaginaria historia que deja bastante margen descriptivo para el oyente predispuesto. "An Unexpected Arrival" posee la ampulosidad elegante del clásico Vangelis. Un sonido "señorial y noble" que prosigue en "Beyond the Palace of Witherthorn". En efecto las melodías parecen seguir una influencia medieval y hasta del sinfo-prog de los 70. Casi Wakeman en ocasiones, pero acaso no fue el inventor de todo esto? Momentos cinematográficos "de peligro", se dan en "Rhaumfin's Quest" como un perdido outtake de "Blade Runner", (primera o segunda parte, la música de ambas no difiere mucho, una por original, otra por copia).
Khand parece escoger en otros pasajes influencias de los grandes orquestadores de blockbusters hollywoodienses. Como en "Scroll of Gransu", que en "The Mummy" hubiera quedado perfecta. Las percusiones, (ignoro si reales o sampleadas), proceden de timbales y otros artefactos de amplio registro orquestal. Para la ambientación de "The Siege of Bancroft Tower" repasa el arsenal melódico de Goblin, pero lo lleva a su terreno épico y caballeresco, con atino. Siniestras sombras acechan en "Dance of the Dryads", como una oscura esperanza en un horizonte ya dibujado por un pesimista Jean-Michel Jarre. Excelente recreación para musicar nuestro entorno. "Ancient Knowledge Cosmic Arcana" vuelve a su electrónica medieval de cámara, mezclando cibernética con humanidad. Algo que Mike Oldfield no conseguirá hacer ya nunca más. Y es que "Legacy Etched in Ice" puede recordarnos algo al antiguo talento del de "Tubular Bells", igual que a The Enid, Nick Magnus o Jean-Pascal Boffo.
"The Gnome's Workshop" es prodigiosamente retratista y bien articulada en la partitura. Hiperrealismo electrónico de fantasía, el de Khand. ".....As The River Flows" no pierde carácter sinfónico, un fuerte arraigo en el alquimista Arillius, que le hace un digno competidor con el Vangelis más omnipotente. Un modesto Silver Surfer, mirando retador a su inmenso jefe, Galactus. De hecho, se atisban pinceladas cósmicas al final de la pieza. Vuelve la fétida negritud de lo desconocido en "Ancient Knowledge Necromancy". Pero todo torna en una demente e imparable danza derviche de otro planeta. Donde hay cabida para polos tan opuestos como Peter Frohmader y el Dave Greenslade del "Pentateuch of the Cosmogony".
Magnitudes impresionantes de naturaleza fantástica dibujan "Wanderer of the Twilight Moon". Mundos imposibles que seguramente, existirán en algún rincón del multiverso. Mientras que "Monuments of a Bygone Era" vuelve a e- vangelis - zar, con supremos resultados de cosmogonía mental inabarcable. Si el griego se nos marca éste disco, le ponen una plaza en lo más céntrico de Atenas. Pero como Arillius / Khand no es nadie, no le pondrán ni una triste rotonda. Y menos con un cassette.
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