Hubo un momento en el tiempo en que el Hammond rugía como un dios herido y las voces parecían invocar tormentas eléctricas desde el más allá. Era el año 1979, y mientras muchos daban por muerto al rock progresivo, dos espíritus indomables se cruzaron en el umbral de lo improbable: Vincent Crane, el arquitecto del abismo sonoro, y Arthur Brown, el chamán teatral de la psicodelia. Lo que surgió de aquel encuentro no fue un simple disco...Fue un último hechizo, una despedida cargada de fuego, lirismo y gravedad. Corría el año 1979. El punk había pateado las puertas del rock con botas sucias y desprecio por el virtuosismo. El progresivo, herido y exiliado, se deshacía en mutaciones barrocas o caía al silencio. Muchos creían que los brujos de la psicodelia ya estaban gastados, encerrados en discos polvorientos. Pero el fuego no se apaga así de fácil, no cuando quedan brasas vivas como Vincent Crane y Arthur Brown, dos de las mentes más inquietas, teatrales y delirantes que nos dejó la ...
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CARLOS SANTANA & MAHAVISHNU JOHN MCLAUGHLIN - Love Devotion Surrender (1973, CBS/Columbia)
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Acababa de pisar la calle el LP de Santana Caravanserai cuando a Carlos se le ocurre una idea tan oportunista como esperanzadora en unos tiempos de nubarrones para su agrupación: Neal Schon y Gregg Rolie no volverían a grabar con él debido a que su futuro se materializaría en una nueva banda llamada Journey que tenían a punto de sacar del horno los dos instrumentistas, Santana como proyecto redirigía su sonido a otro espacio menos ácido del que ya esgrimiese en el primer vinilo homónimo o el excelso Abraxas, las enseñanzas del gurú Sri Chinmoy tenían obsesionado al artista que tituló con su apellido a una de las revelaciones que brillaron en el festival de Woodstock.
Carlos convencería a John McLaughlin, guitarrista al que adoraba por su trabajo con la Mahavishnu Orchestra, y que también estaba metido en el conocido como “path of the heart” de Chinmoy, para cocinarse un disco en el que, mientras jugaban a reinterpretar muy personalmente composiciones de John Coltrane como “A Love Supreme” o “Naima”, hacían campaña por el camino espiritual de su maestro hindú. Tan es así que al larga duración lo decidieron titular como la línea de enseñanzas de Chinmoy Kumar Ghose, Love Devotion Surrender (lo que se traduciría como “amor, devoción y entrega”).
“The Life Divine”, compuesta por McLaughlin, continúa en la senda rítmica de “A Love Supreme”, casi dotando al todo de un concepto base en cuanto a instrumentaciones y arreglos se refiere. La escena fusión que tanto proclamaba Carlos aparece en la transformación del tradicional “Let Us Go Into The House Of The Lord” y “Meditation” clausura cual bagatela acústica bastante atmosférica. Un hermanamiento en supergrupo con los músicos más selectos de Santana y la Mahavishnu para hinchar el ego de Sri Chinmoy, nominado al Premio Nobel de la Paz en el mismo 2007 que vería su fallecimiento.
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