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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

LITTLE TRAGEDIES - Return (2005)

En cinco años nuestro líder y compositor ya es oficialmente el miembro principal de Little Tragedies convertido en quinteto. Ya es un grupo en toda regla: Gennady Ilyin / vocals, keyboards, composer. Alexander Malakhovsky / guitar. Aleksey Bildin / saxophone. Oleg Babynin / bass guitar, vocals y Yuri Skripkin / drums. 


Fichan por la discográfica Musea en Francia y forman parte de su escudería, lo que les abrirá las puertas al mercado internacional y a participar en festivales siendo una buena alternativa para los amantes del género ya un poco cansados de las mediocridades neo prog que abarrotaron el mercado principalmente en la década de los 90´s. El nuevo siglo supone una mayor exigencia en los nuevos grupos. Los escandinavos concretamente como ya hablé de ellos en anteriores artículos de rockliquias dejaron el nivel alto y los rusos algo después igual. Muy alto para lo que se presuponía en un principio, qué, si bien jamás se alcanzaría el nivel de originalidad de los clásicos, al menos la música sí mantuvo la dignidad y una buena ejecución técnica, algo en lo hoy que fallan muchos porque no entienden el concepto progresivo y lo confunden con otros estilos que no pasan de ser rock, pop o mermeladas alternativas para desperezarse en el sofá o ponerse tapones en los oídos según sea el caso. 


“Return” posee 78 mtos de rock sinfónico a todo trapo y con una mayor presencia de producción cuidada. Han ganado en potencia sonora, en brillantez y si la técnica anterior ya era buena ahora deslumbra. Las referencias a la música clásica son constantes en la forma expansiva de la composición, en los múltiples detalles y arreglos y sí, naturalmente todo es muy ruso: las melodías, los ritmos, los contrastes, las tradiciones, el folklore, la riqueza y una ejecución técnica envidiable. “After The Dead” es la versión rusa en nueve mtos de como sonaban ELP en la época Powell y los teclados de Emerson en la pieza “The Score”, absolutamente rimbombante y pirotécnico, pero bastante más complejo que la época ochentera de Emerson y cía. Piensa en “Pirates” del Works Vol 1 y estarás más cerca de comprender lo que digo. Gennady es una bestia literal en los teclados. Apabullante virtuosismo y locura compositiva. Me encanta la grandilocuencia, no lo puedo evitar. El desahogo, el estallido sonoro, lo retorcido, lo complicado, la inmensidad de cambios constantes. Caviar con vodka, orgías en los salones romanov, los cosacos cargando y las puertas de Kiev ardiendo entre fanfarrias o machacando nazis en Stalingrado sin piedad. Todo agitado y bebido en sofisticado cocktail. 


“Credo” es otra barbaridad emersoniana de casi 13 mtos en la misma línea que lo anterior. Fuerza desatada. Pasajes sonoros bestiales para dejar a cualquier batería agotado. Más allá de lo épico y espectacular se encuentra la calidad musical y los complicados pasajes para poner a prueba al más pintado. Es muy difícil tocar esto con precisión y sin fallos y van a poner de los nervios a todo aquel que odie el rock sinfónico. Porque son lo más sinfo-prog salvaje que hayas escuchado nunca. La guitarra solista lucha a la par con los teclados y la exigencia es total. La voz aparece en contadas ocasiones en su peculiar forma de canto-narrativo y acabas por acostumbrarte. Las intervenciones de viento como el saxo están perfectamente acopladas a la composición más que un instrumento solista y lejos de lo que de forma previsible podría esperarse. El guitarrista está igualmente en los lugares precisos. La música de Little Tragedies, se fundamenta en la composición a gran escala. Es el entramado sonoro lo que importa. Hay partes solistas claro, pero perfectamente estudiadas. Nada se deja al azar. El programa es largo, pero te mantiene despierto y sin lagunas. La sarcástica “The Clever Demon” y el fantástico y deslumbrante hammond B3 o “Sobre temas de Grieg” prefiguran un álbum que necesita tiempo y cierta predisposición a músicas muy activas. A diferencia de los oscuros y dramáticos tres primeros álbumes de las tragedias, este es desbordante y espectacular y lo que vendrá.
Alberto Torró


 




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