The Cosmic Jokers – The Cosmic Jokers (1974 / OHR - Kosmische)
Para el año 1974, el escritor, periodista e intelectual influyente dentro de círculos kraut, Rolf-Ulrich Kaiser, pone en marcha una maquiavélica idea con la complicidad del ingeniero y productor, Dieter Dierks. Llevar a sus Dierks Studios a una serie de músicos de esa escena e invitarlos a unas temibles fiestas-jam sessions. En realidad, furiosos acid-tests psicotrónicos. Así pues, invita a Jůrgen Dollase y Harald Großkopf, teclados y batería respectivos de Wallenstein. Manuel Gŏttsching, guitarra en espiral de Ash Ra Tempel. Y a Klaus Schulze, teclista supremo que acababa de dejar a éstos hacía unos pocos años. La encerrona consistía en hacerlos tocar sin saber que Dieter Dierks estaba grabando todo para unas futuras ediciones sin permiso ni conocimiento de los implicados. Aquello traería cola a lo largo de los años.
Hasta cinco discos fueron apresuradamente editados en ése año 74. A la emboscada la bautizaron como Cosmic Jokers. Teniendo en cuenta que, los que de verdad importan, son los dos primeros. Este homónimo y "Galactic Supermarket".
Mientras que "Planeten Sit In" fueron temas cortos editados y escogidos, a modo de potpourri. Habría que añadir dos más, especie de samplers retocados en el estudio, "Sci-Fi Party" y "Gilles Zeitschiff", a modo completista. Este último llevaba a la entonces churri de Kaiser, Gille Lettmann, en una línea spoken word biográfico y narrando "la venida del mesías"del ácido, Timothy Leary, a Alemania. Sobrantes de aquellas sesiones que se aprovecharon a conciencia. Discos menores.
Cuenta la leyenda que Manuel Gottsching se enteró de este primer lanzamiento al entrar en una tienda de discos. Preguntó intrigado qué coño estaba sonando y le pasaron la carpeta. Su cara debió de ser un poema. Ahí estaba él, en pleno trance drogueril, junto al resto de incautos! De locos.
Las acciones legales duraron años. De ahí que salieran los cinco discos con tanta celeridad en aquel mismo año. Kaiser sabía que se estaba metiendo en un jodido jardín contractual espinoso. Pero aún así, aprovechó la coyuntura krautexploitation hasta sus últimas consecuencias. Menudo jeta.
Bien, al igual que en el segundo álbum, "Galactic Supermarket", un tema por cara completan el disco. Podrían ser perfectamente un doble. Alucinadas jams en pleno paroxismo y cuelgue, aunque en manos de expertos spaceheads que sabían manejar los controles......De instrumentos y mandanga. Lo normal es que hubiera salido un fiasco, puro mondongo sonoro, e imagino que entre tanta hora grabada, lo habría. Pero mire usté que no, que lo seleccionado tiene su razón de ser. Que se palpa "la armonía de las esferas psicotrópicas" es un hecho constatado. Pero les sienta muy bien, a estos Bromistas Cósmicos.
"Galactic Joke" (22'36) nos lleva en más de una ocasión a los delirios psíquicos de Pink Floyd pre-Ummagumma. Sin duda la banda que más influyó a éste sector del kraut. Manuel Gottsching se explaya en su característico estilo guitarrero, sonando todo muy early Ash Ra Tempel. Harald Großkopf ofrece el lubricante rítmico adecuado. El secuenciador orgánico necesario para una continuación estructurada de nebulosas sonoras de muy interesante logro. Mientras que los dos teclistas, Dőllase y Schulze, se muestran comedidos y acertados en sus casi tímidas intervenciones. Se diría que respetando mucho el espacio vital de cada uno. He aquí uno de los casos de improv-music, free rock y composición instantánea, más célebres y aclamados del cosmic rock. Respeto. Esa es la clave. Algo que ya no está en el diccionario de muchos. Los teclados no se molestan entre ellos. No se advierten choques de ego ni protagonismos egoístas. Todos están por la creación conjunta. Joder, las drogas, que eran muy buenas por entonces! Escuchado hoy, suena tan avant y futurista, tan ciencia-ficción, como hace 50 años.
"Cosmic Joy" (19'24) abarca la segunda cara. Su comienzo podría ser un álbum de Klaus Schulze por ésas fechas. También Rick Wright. Imagina los desiertos de Arrakis con sus gusanos trotones y su mística de película de Semana Santa.....No me negarán que "Dune" parece un interminable episodio bíblico de ésas fechas. Misticismo kosmische al más alto nivel.
Si en la cara A manda Gottsching, en la B lo hace Schulze (creo yo, puede que con Dollase en equipo). Así que una inmensidad espiritual de otro mundo lo envuelve todo en un manto de enigma y recogimiento.
Planante music de la que ya no se hace. De la atrevida. Sin clichés e indagando en el subconsciente. Ni los más actuales revivalistas del sintetizador vintage berlinés, capturan ambientes de tanta trascendencia. Lo dicho, que las drogas aquellas, y concretamente el LSD, era cosa fina.
Casi ausencia rítmica en esta cara, densidad sónica en burbujeante pandemonium analógico de fervor psicológico, casi religioso. Mucho más avant rock en éste lado del disco, que no difícil, loqueras, ni sin sentido.
Clamorosamente esencial y uno de los mejores exponentes del kosmische más histórico. Insospechada y para nada premeditada obra maestra de la que nadie en aquel momento, sabía de su existencia registrada en mesa. Para la eterna posteridad. Y bendita jeta la de Kaiser y Dierks. Sin su morro, nos hubiéramos visto privados de este valioso documento alienígena que sobrevivirá a todos nosotros. Un "happy accident" que salió rotundo y único. Será expuesto en museos.
J.J. IGLESIAS


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