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Bateristas en la sombra XVIII: Juan Ángel Sanchez

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 Warlock podrían ser considerados como el primer grupo español de Hard Rock con estética e influencia satánica y ocultista.  Su germen, Necrophagus, oscuro grupo surgió en Madrid en 1974 con Victor al frente quien estaba altamente influenciado por bandas como Black Sabbath, Lucifer’s Friend o Hawkwind y con un sonido que hoy sería considerado como Proto Doom. Durante su corta existencia que abarcó desde 1977 a 1979, Warlock fueron teloneros de la Ian Gillan Band en el Teatro Monumental de Madrid en 1979. También participaron en numerosos festivales y compartieron escenario con grupos y artistas de la época como Burning, Cai, Teddy Bautista & Canarios, Azahar, John Martyn, Eduardo Bort, etc. No obstante la historia de Warlock y el rescate de sus ensayos mediante el sello Guerssen forma parte de las reseñas discográficas de esta misma página Web.  El singular baterista Juan Ángel Sánchez se identificaba con el culto al satanismo en un nivel digno de ser consultado, pero su dislocada

BOOTSY COLLINS - The Funk Capital Of The World (2011, Mascot Records)

 Para comprender la importancia de un bajista como Bootsy Collins hay que tratar primero su relación laboral con el capitoste del funk norteamericano George Clinton y sus diversos proyectos musicales. La familia Funkadelic surge de las cenizas de los iniciales The Parliaments. Entrado en la segunda mitad de los años 60, George tira del carro de un grupo que parecía ser la respuesta negra a la psicodelia más luchadora. Pero problemas con el sello Revilot mandan a Clinton a un segundo plano, dejando a la discográfica con los mandos de la marioneta. Este carismático líder decide salir de estampida con el mismo proyecto pero diferente nombre. Funkadelic nace de una clara inspiración en la escena psicodélica y en lo que por aquellos días se conoce como el viaje alucinógeno. 



Para 1970 Clinton ya se ha hecho fuerte con una formación compuesta por Eddie Hazel, Billy Nelson, Tiki Fulwood, Lucius Ross y Mickey Atkins, grabando así un álbum homónimo que pone los basamentos de una realidad llamada Funkadelic. En esta primera mano victoriosa también ayudan otros fundadores de The Parliaments y diversos instrumentistas de sesión de la Motown. No tardarían en compararles con los The Temptations de Cloud Nine, aunque George bebía de aguas más ricas en influencias en las que hasta Hendrix podía estar presente. Comenzaba una historia que no tardaría en llegar a sus picos más altos. Ese mismo año aparece en las tiendas Free Your Mind... And Your Ass Will Follow, rematando la faena ya en 1971 con Maggot Brain. Es en este tercer trabajo donde se ponen a la altura de una The Jimi Hendrix Experience en pleno estado de genialidad.



El viaje no había llegado a su primera parada y Funkadelic ya se desmarcaban de una corriente moribunda. Y lo hacían por partida doble, pues los ahora reducidos a Parliament cabalgaban las notas del pentagrama con maneras muy en la onda y formación que compartía instrumentistas con la otra agrupación citada. Así llega a convertirse Collins –desde el segundo elepé Up For The Down Stroke (1974)– en el gran valedor al bajo de George Clinton, gerifalte que no pierde la oportunidad de lucirse en ambas iniciativas. El camino de Collins, en cualquier caso, pasa por funcionar desde el 76 como Bootsy's Rubber Band, siempre con sus inseparables y gigantescas gafas con forma de dos llamativas estrellas.

 


En 2011, y gracias a The Funk Capital Of The World, Bootsy consigue algo que han dejado en el camino los miembros de Black Eyed Peas: subir al ático del edificio el conocido cual urban funk y ponerlo a flotar sobre nuestras cabezas. Mientras los de Will.i.am, y tras conseguir importantes logros en esta disciplina gracias a Elephunk y Monkey Business, terminaron tirando por el camino más fácil –léase, enfangando su sonido en The E.N.D. y The Beginning con una corriente electroclash revolucionada y sin sentido para sus fines–, Collins se reúne con lo más granado de la modernidad para llevarse a todos a su terreno y hacerlos sonar a última generación –pero, ante todo, a funk de bases rítmicas como espinas dorsales que golpean las paredes con sus latigazos–. Hasta el actor Samuel L. Jackson ha tenido que pasarse para ver de qué trataba el asunto; y ahí le tenéis, reclutado para la causa. Nuevamente el cósmico bajista reinventa la pista de baile.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 








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Comentarios

  1. Sergio, miarma....que Bootsy tiene vida antes de Clinton. Te suena un tal James Brown?

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    1. Sergio Guillén Barrantes28 de septiembre de 2021, 18:04

      Por supuesto que sé que formó parte de The JBs (soy coleccionista de la discografía del Godfather), pero apenas fue un año. Y sí, en ese tiempo grabó por ejemplo "Sex Machine", pero el revuelo lo montó al conocer a Clinton. De hecho, hay un par de documentales de funk que así lo atestiguan.

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  2. Sergio Guillén Barrantes28 de septiembre de 2021, 18:17

    Quiero decir que, aunque los Pacemakers (en los que también estaba su hermano Catfish), terminaron como los nuevos JBs en la segunda mitad de 1970, fue realmente un movimiento de transición. Bootsy declaró que hasta encontrarse con George no había podido desarrollar su arte en la manera en la que él lo entendía (y eso que dejó sobresalientes partes de bajo en los meses que trabajó para Brown).

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