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STAGG - SWF Sessions (1974-2019 / Long Hair)
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Las grabaciones de radio de South West Broadcast (SWF) en Alemania, han sido con el paso del tiempo, salvadoras en el meritorio arte de herencia y legado de bandas impresionantes. Pero que no tuvieron acceso a publicar disco oficial.
Es el caso de los de Frankfurt, Stagg. Formados en 1973 y que en sus pocos años de existencia, dejaron un indeleble recuerdo de sus numerosas actuaciones en vivo. Las sesiones de SWF se han hecho sinónimo de calidad, y no por casualidad. Para acceder a ellas había una previa selección, un "battle of the bands" en forma de demos que llegaban a la emisora. Estamos en los 70 y la criba es implacable. Ahí estuvieron entre otros, Brainstorm, Puppenhaus, Missus Beastly, Papa Zoot o Cannabis India. Bandas con rasgos similares. También Stagg los tenían. O lo que es lo mismo, Freddy Hohn (saxo y flauta), Joel Weser (sintetizador, órgano Hammond, voz), Harald Wanka (bajo, flauta), Manfred Weisz (voz solista, guitarras) y Ulli Ost (batería). La emisión de su intervención radiada fue en 1974, y gracias a ella tenemos en la actualidad un álbum de Stagg. Que saldría en 2019 en Long Hair Records.
Absoluto jazz prog rock krautie fervorosamente progresivo y a la par que Thrice Mice, Thirsty Moon, Release Music Orchestra, Kollektiv o Kraan. De ése nivel hablamos. "Tortured Life" (5'45) ya exhibe naturalidad inspirada por Nucleus o Soft Machine. Con un Hammond de Auger-Emerson síndrome, y saxo canterburyano esplendoroso. Al que se une una infaltable flauta travesera deliciosa. Voz solista de tesitura bluesy (David Clayton-Thomas style), y rítmica lubricante desmesurada. Enamora al instante la exposición inicial de "Wallfahrt" (5'42), que hasta puede traer recuerdos laietanos al veterano oyente. Efectivamente, el "aura Zeleste" versión teutona está muy presente en éste tipo de bandas. Los escapes solistas son de trascendencia Camel-Tull, y de igual intensidad pasional. Adorable instrumental. Bajo en primer plano y saxo/guitarra como sustento prog, para que el órgano se desarrolle a su aire. Eso es "Restless" (6'26), con un resorte funk a la Oblivion Express y guitar solo tortuoso. Como un Fripp en clave blues rock. Como un Ian Anderson en Birthcontrol. Como dios. Vuelta al vinilo y "My Friend" (10'33) trae sabrosas progresiones, frescas e imaginativas. Competencia absoluta para british bands tipo Warm Dust, Riff Raff o If. Aunque éstas ni se enteraron de la existencia de Stagg.
Finaliza éste tardano, pero inmenso álbum, con "Rush Hour" (11'23). La inspiración del quinteto no cede un segundo. Teniendo en cuenta que esto era en directo en una emisora de radio, demuestra que ésta banda estaba engrasada al máximo. Tocaban con la precisión que sólo da el rodaje del directo casi diario. Sus cambios de ritmo e ingeniosos arreglos casi se atropellan. Sobraban ideas, y las ponían en práctica con avidez y deseo por el triunfo. Éste nunca llegó. Pero en el siguiente siglo, fueron rescatados con portada de Helmut Wenske, (Nektar, Dzyan y otros nombres del sello Bacillus), para poner las cosas en su sitio. Por fin se ha hecho justicia.
J.J. IGLESIAS
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