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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

GEORGE GARANIAN AND MELODIYA ENSEMBLE - Labyrinth (1974) (RUSSIAN PROGRESSIVE ROCK)

Pues rebuscando en el armario de curiosidades soviéticas me encontré con esta perla perdida en el espacio y el tiempo y al escucharlo sentí asombro y curiosidad. 


Georgy Aramovich Garanian de origen armenio resultó ser uno de los grandes del jazz y un precursor del estilo en su país de origen. Nació en Moscú en 1934 y falleció en 2010, llegando a ser un músico respetado por esas tierras heladas e intempestivas. Se formó en el conservatorio de Moscú. Fue de los primeros jazzmen soviéticos que comenzaron a tocar en la URSS nada más terminada la segunda guerra mundial con su saxo alto y las primeras Big Band. Su currículum es impresionante. Ha tocado con todos y en todos sitios y ha recibido varios premios internacionales. Su discografía es generosa y supongo que habrá de todo desde convencionales  standars de jazz a música propia así que lo dejo para los curiosos que quieran investigar. Pero lo que sí me ha picado la curiosidad es este disco de 1974 con su Big band llamada Melodiya Ensemble.



 Escuchando este vinilo me doy cuenta de la cantidad de riesgos sonoros y novedosos que se inventaron en aquella década independientemente del país de origen. He estado moviéndome por youtube para escuchar algo más de este señor, pero la verdad por lo poco que he oído es que la mayoría de sus álbumes entran dentro de lo predecible y bastante comercial. Por lo que me temo que esto debió ser una excepción en toda regla. 

El asunto de este disco no deja de ser curioso. La sonoridad es muy extraña. Es como si de repente a una banda de baile le dé por escuchar a Miles Davis a Zappa y al Soft Machine de los álbumes 3-4-5, lo agitasen todo bien y lo vomitasen en cuatro temas de 7 a 10 mtos de una enorme calidad instrumental dentro de la fusión y el free, pero con una estructura orquestal muy similar a los tiempos del Grand Wazoo zappero. Bajo con distorsión a la Hugh Hooper en “Labyrinth” la pieza título y curiosa mezcla con la orquesta apareciendo ocasionalmente, guitarra ácida y primitiva con la percusión selvática en primer plano. También me recuerdan algo a los primeros instrumentales de los Chicago Transit Authority. Sonido a la Coltrane y piano líquido protagonizan “Marina” con una sección rítmica a la Soft Machine pero sin perder un constante y extraño encanto melódico. 

Es jazz evidentemente, pero estamos en 1974 y las locuras del jazz rock y diversos híbridos espontáneos estaban en plena forma y estos rusos tomaron buena cuenta de ello. La alternancia de constantes solos, los típicos y peculiares cambios de tonalidad que encontramos constantemente en estilo Canterbury están presentes y todo es un agradable viaje. Los arreglos no obstante son los clásicos de una big band en toda regla. La tercera toma “Lenkoran” nos lleva por caminos funk pero se nota ligeramente la mano influencer de Ellington o Bassie en los lujuriosos arreglos. Los instrumentos de viento están pasados por pedales y efectos electrónicos de sordina que nos recuerdan de lleno en lo jazz prog más setentero y hasta experimental. Esos ecos procesados a lo Elton Dean inconfundibles y un swing irresistible nos meten en la cuarta y última pieza “Fiery River” donde Garanian se multiplica en garabatos sonoros absolutamente free mientras el ritmo funky con solo drum incluido, no cesa. 


En definitiva este es un álbum sin desperdicio tanto para amantes del jazz como para progres de la fusión rock. Me he salido de la línea sinfónica por esta vez, pero me apetecía comentaros esta rareza. No obstante, hay muchos discos de este jazzmen por la red así que vosotros mismos.
Alberto Torró 



Temas
A1 Лабиринт 9:39
A2 Марина 9:46
B1 Ленкорань 8:37
B2 Огненная Река 7:44





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