Oriol Perucho fue algo más que el alma libre de la interpretación por debajo del radar del propio 'underground' layetano, que en los últimos tiempos ha despertado una creciente fascinación, y en la que Oriol Perucho ejerció un papel destacado a través de su grupo de música improvisada, en su su lenguaje despojado de represiones y con cabida inclusive para los tránsitos cromáticos. Hablamos de su iniciativa Perucho’s. El baterista barcelonés había reactivado la banda en el año 2011 y planeaba nuevas grabaciones cuando un cáncer de pulmón se lo llevó la madrugada del dieciséis de Enero del año 2016 a los 61 años de edad. Llegando a sus dieciocho años, en 1972, creó Perucho’s siguiendo la máxima de la experimentación, entre la música progresiva y el free-jazz, con una formación heterodoxa: la guitarra de Jordi Graells, los saxos de Oriol Pons de Vall y Albert Subirats. Hijo del escritor Joan Perucho, mantuvo esa actitud desprendida, disidente, a lo largo de su trayectoria. Fue,
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PANDORA SNAIL - War & Peace (2015) (RUSSIAN PROGRESSIVE ROCK)
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Bueno una banda relativamente reciente con este disco en estudio y un directo de 2017. Pandora Snail se crearon San Petersburgo en 2008 y se trata de músicos completamente profesionales y con estudios académicos. Los miembros de esta increíble agrupación rusa son: Ulyana Gor a los teclados y composición. El violinista Artem Gareev. Oleg Gorgadze en guitarra y composición. Vsevolov Shuvalov en la batería y el bajista Kirill Klushin.
Como todo lo nuevo para mí, presto una atención especial en unas músicas bastante distanciadas del género actual al uso, pero muy próximas a lo clásico contemporáneo adaptado a lo que en parte se ha dado en llamar “rock de cámara” primo hermano del sinfónico progresivo pero con unas bases mucho más intelectuales y refinadas. No es fácil definir así a primeras de cambio la música de esta gente y mucho menos empezar a buscar referencias que es un vicio malo que tenemos los que escribimos sobre música porque, no nos engañemos, resulta más cómodo y fácil. Salvo que un grupo base su trabajo copiando a los de siempre, yo siempre intento buscar el lado más original del asunto. Es complicado porque por mucha música que hayas oído y tengas un buen archivo referencial nunca aciertas del todo realmente, pero al menos si te aproximas lo mejor y más cerca posible, realizas tu trabajo lo más honestamente posible. A día de hoy escuchar algo que sea completamente novedoso es una tarea imposible a todas luces. Todo está exprimido hasta la extenuación, pero al menos siempre hay alguien que arriesga y te da alguna alegría. Yo intuyo que las bandas del este guardan sorpresas conforme pasa el tiempo y tiene su lógica. Ahora los rusos pueden hacer cosas con libertad sin tener que pedir permiso ni copiar a occidente. Es un mundo por descubrir de un país inmenso y es bueno que hagan las cosas a su manera.
Escuchándolos y sin que sirva como precedente puedo acordarme de los japoneses Asturias en sus dos vertientes acústica y eléctrica y también a la mejor época de Isildurs Bane o ya más alejados los húngaros After Crying. Es lo más cerca que se me ocurre para definir las composiciones de Pandora Snail, que son y lo digo sin duda alguna absolutamente maravillosas.
Con guerra y paz su único disco de estudio y desconozco si hay alguna alusión a la famosa obra literaria de Tolstoi, hasta el momento quizás sea apresurarme demasiado, pero lo que oigo me parece sencillamente extraordinario, hermoso y bello. La música es compleja, pero de un gusto y lirismo exquisito y esto para mí es más que suficiente. Pasan del clasicismo modernista al jazz más refinado y lo combinan con un perfume folk eslavo lleno de líneas de violín y trazos de fusión rock evolucionado hacia formas tremendamente amables. Hay ciertas partes más densas y agresivas en la pieza más larga del disco “James Pont” que pueden recordarte en algo a los Crimson época David Cross pero sin tanta histeria sonora. El órgano nos dice que tampoco por ahí van los tiros y las intervenciones de la pianista me recuerdan tremendamente a Serge Rachmaninoff. La argumentación es rica en el aspecto técnico instrumental. Alta elaboración y recursos inteligentes. De momento no aparecen voces, aunque están acreditadas y estamos ante un interesante cúmulo instrumental. No hay concesiones a lo fácil y directo pero cuando se ponen líricos y melancólicos recorre cierto escalofrío. Ya veo que a esto le llaman prog ecléctico. Que yo sepa el progresivo siempre ha sido tremendamente ecléctico y diverso en sus fundamentos y en sus estructuras musicales que siempre encauzaban el agua de distintas fuentes.
Música de alquimia y orfebrería quizá sería más preciso. Es curioso también que ningún tema se parece a otro. Lo han hecho francamente bien. Músicos de verdad que saben llevarte y mantenerte el interés hasta el final. El violinista es realmente fascinante escucharlo al igual que los arreglos meticulosos de la instrumentación en general. Merecen la pena en serio y la última pieza “Satori” es una perla de animados contrastes musicales donde aparece algo de voz coral y delicadeza a partes iguales. Hacía días que un disco no me levantaba la moral como este. El live en Babooinumfest en san Petersburgo es igual de bueno y como tocan los tíos.
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