Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...
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MELODIC ENERGY COMMISSION - Stranger in Mystery (1979 / ENERGY)
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Si eres fan de Hawkwind y alguna vez te preguntaste donde diablos se metió Del Dettmar tras su marcha, aquí tienes la respuesta. En las montañas de British Columbia, Canadá, fue a parar tan ilustre personaje donde sería recibido con los brazos abiertos por éste combo de maravillosos majaras.
Parece que le gustó la experiencia y corrió la voz entre sus colegas ingleses. Porque en algún momento, Paul Rudolph (Pink Fairies, Hawkwind) también colaboró con los canadienses. Incluso hubo conversaciones con Bridgett Wishart (cantante de Hawkwind en la época de "Space Bandits").
La Comisión de Energía Melódica eran aquí, además de Del Dettmar (synths, electronics, y guitarra eléctrica como sorpresa), Don Xaliman ( voz, guitarras, teclados, gong, vibrafonos, kalimba y otras percusiones), Mark Franklin (bajo, percusión), Paul Franklin (sintes, órgano, percusión), Randy Raine-Reusch (dulcimer, khaen , gong, flauta) y George McDonald (guitarras, theremin, electronics). Con invitados al doble bajo, voz femenina, tabla, congas.....un grupo sin batería, pero que prestaban mucha atención a la percusión de toda índole. "Stranger in Mystery" fue su primer album, una rodaja psicodélica al más alto nivel, que ahora se cotiza a partir de los 100 pavos. Imagino que también su continuación, "Migration of the Snails" (1980), recientemente reeditado en vinilo. Aunque los dos fueron lanzados en un sólo cd, felizmente para el bolsillo. En realidad, ésta fue toda discografía de MEC en sus tiempos jóvenes y bellos. Aún a pesar de que nunca se disolvieron, y que continúan tocando hasta el presente.
La "First Side", como reza el vinilo, se inaugura con "Silver Spider" (4'18), en una especie de conexión canterburyana sección cósmica - fumeta. Con voz femenina como un instrumento más, y bellos fondos de graves sonidos similares a un cello electrónico. Gong con Steve Hillage vienen a la mente en su continuación, o la "Crystal Machine" de Tim Blake, para ser más exactos. "Scientific" (5'50) goza de la "stoned voice" de Xaliman, en un delicioso entorno acústico - percusivo de totales intenciones jipilondias. The Incredible String Band con juguetones teclados y órgano a la Ratledge. Lo siguiente es que se van por orientación krautie, en Emtidi - Mythos - Yatha Sidhra onda. Continúan los narcotizantes efectos en "Stranger in Mystery" (8'56), con recuerdos Gong que incluyen guitarra planeadora y cuidadosa improvisación. MEC son muy sensibles en sus arriesgadas aventuras siderales, y ahora se inclinan por la música tradicional japonesa, o una especie de teatro kabuki greñudo extremadamente fino y delicado. La inspiración los ahoga en ideas. El final recuerda a unos alucinados Embryo en simbiosis con los primeros Tangerine Dream. Un onírico sueño grabado para la posteridad. "Day in Gate Street" (4'14) iría por pautas similares a lo anteriormente dicho. Y uno se imagina que esto es una pequeña porción de extensos mantras nocturnos en éxtasis creativo. Otra maravilla más.
En la "Next Side" aparece "No Familiar Planets Tonight" (4'18), en otra delicada jam de acústicas y pellizcos percusivos, junto a pequeños amagos eléctricos que inspiran una inquietante aventura extraída de un libro de Stanislaw Lem. Sin parecido, Shakti sería un simil que se acerca en sensaciones. Otro relajante pasote es "Song of the Delatron" (7'47), que es como una drogada jam entre el órgano microbiano de Terry Riley, la colgada voz de Damo Suzuki, las acústicas elficas de Jimmy Page y el libertinaje electrónico de Conrad Schnitzler. Una ensalada cerebral bien condimentada con mucha cebolla y demás hierbas aromáticas. Termina la odisea en el espacio con "Revise the Scene" (5'37), otra visita turística al "bosque animado" donde todo es posible. Y el kraut llegó a Canadá con la más auténtica de las propuestas. Hasta el Captain Beefheart gozó de sus alucines como apertura a alguno de sus conciertos. Buen sarao.
En el siglo XXI, MEC se animaron a lanzar algún capítulo más de su saga "folkosmische" : "Time Is a Slippery Concept" (2005) y "Wave Packet" (2013), como complementos más recientes a sus clásicos discos. Material insuficiente, teniendo en cuenta que sus archivos guardan cientos de posibles discos no editados a lo largo de los años. Deberían rescatar ése tesoro, y quizá algún día lo hagan, porque el grupo continúa en activo. Estupenda guía del autoestopista galáctico.
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