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Panna Fredda - Uno (1971)

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 Hay discos que no nacen: se invocan. Uno de Panna Fredda es un espejo roto donde se refleja el fin de la inocencia prog. Es el sonido de un grupo que vio el fuego de los 60 apagarse y decidió prender su propio incendio, aunque fuera el último. Aquí no hay paz ni complacencia: hay Mellotrones como cuchillas, voces que parecen oráculos y guitarras que cortan el aire como un ritual de medianoche. Si el rock progresivo italiano tuvo un momento oscuro, fue este. Y se siente glorioso. Cuando salió en 1971, Uno fue como un conjuro lanzado en una plaza vacía. Pocos lo escucharon. Menos aún lo entendieron. El disco quedó flotando en el limbo, mientras las luces de los 60 se apagaban y el rock italiano se metamorfoseaba en algo más grande, más extraño. Panna Fredda no tuvo tiempo de convertirse en leyenda en su momento: el servicio militar, la censura y la maquinaria de la industria los trituraron antes de que el humo se disipara. Pero los discos malditos no mueren, solo esperan. Con los añ...

FREE RIDE - Ácido y Puto (2024/ Small Stone)

 Título explícito para el segundo de los madrileños Free Ride2019 vio el debut homónimo como indiscutible tortazo-tarjeta de presentación  heavy psych. Ahora lanzan su continuación nada menos que en la internacional Small Stone, label ideal para sus diabólicos planes de dominación mundial.



Borja Fresno (voz, guitarra, percusión,  synth), Víctor Bedmar (bajo) y Carlos Bedmar (batería). Ácido y Puto power trío. 

Lo demuestran desde el minuto uno de "Space Nomad" (8'33), en mágica progresión desde la caverna perdida del tiempo, lisergia kraut a la Gila en acústica textura percusiva y stoned vocals del más allá. Wah wah funk entrando en materia hasta la inevitable explosión sónica que revienta cabezas sin compasión alguna. Agitation Free con Conny Veit en jam onírica descendiendo a un placentero Hades del mejor stoner psych posible. Torturado e inmenso.

Bola de demolición rítmica e insolente fuzz para "Outsider" (4'27). Primer Monster Magnet con el abrazo del oso Stooges, en cruce de épocas y opiáceos. Sacudida eléctrica  en la silla del sacrificio Ácido (y Puto). Que tocan de pelotas es poco. Que la actitud es más que adecuada, innecesario decirlo. 

Plantean vuelos interdimensionales directos con "Kosmik Swell" (9'37), con agilidades psicodélicas preciosistas que re-crean, porque creen en ello, en hendrixianas exhibiciones equilibristas sobre la cuerda floja de la pasión y la completa entrega. Silberbart revividos desde Madrid en pleno siglo XXI. Si no lo oigo no lo creo. Extasis sagrado de afilada wah wah en forma de blues-cuchilla oxidada, dispuesta a rebanar gaznates. Sin palabras. Sólo sangre. Y vicio. "Vice" (3'52) avanza con la pesadez macabra de una División Panzer. Corrosión vocal y sacudida corrompida en lascivia y degeneración instrumental. Iggy babea en estado de shock.

Una playa bañada en radiactividad surf trae "Nazaré" (9'32). Y tienes que estar en coma (o en punto final) para no sentir los espasmos electrocutantes de éste pedazo tema, donde los Tres Jinetes del Apocalipsis cabalgan en Free Ride modo, mientras invocan de nuevo a Stooges con un attrezzo space rock, de doctrina sacerdotal "dedos cortados" Iommi. Bru-tal.

"Steamroller" (4'33) (homenaje a Poobah?) escupe mala hostia a toneladas. Te dan la del pulpo a cada embate. Vaya tres.

"Joy" (4'30) parece la Alice Cooper Band con Frank Marino.



"Blackout" (3'41) vale por todo el disco de los "MC5 de pega" con que éste año nos castigaron. Y "Living for Today" (4'24) cierra en casi southern-punk tabernario,  ésa adorable forma de expresarse que exhiben éstos brutos mecánicos.  El disco ideal para esta Nochevieja. Y otro indispensable del año. 

J.J. IGLESIAS



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