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CONRAD SCHNITZLER - Electronegativity (1977-1980/1995/ Artgallery)
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Llevamos camino directo de nuestro año XII en Rockliquias y siento como que no le hemos dado suficiente homenaje a un gigante de la electrónica alemana como fue Conrad Schnitzler. Un músico que cursó estudios artísticos en Staatliche Kunstakademic. Siendo el primer pupilo del artista radical y escultor Joseph Beyss. Pasando luego a estudiar teorías de vanguardia con KarlHeinz Stockhausen.
Así que en 1969 ya estaba más que preparado para el terrorismo sonoro de Tangerine Dream y Kluster. Pone su base de operaciones en Berlín y edita su debut "Schwarz" (1971). Se da a conocer en directo mediante galerías de arte, perfecto hábitat para su onírico mundo surrealista. En años posteriores utiliza la cassette como formato reivindicativo y mensaje social frente a la industria discográfica. "Electronegativity" se editó dentro de "The Cassette Concert Series" siendo ésta la número 3. Contenía el cd dos de aquellas cintas editadas originariamente por el sello Transmitter. Una procedía de 1977 y constaba de dos largos temas de 20 mts. La otra era de 1980, con piezas más breves y concisas.
"Solar Cells" (20'54) incluía viejo material live de los 70. De cualquier modo, la paranormal abstracción de Schnitzler hace que sea imposible discernir épocas ni etapas. Nunca sujeto a ningún código. Es el personaje que recomendaría a un novato como ejemplo a seguir, si quisiera iniciarse en la electrónica avant. No hay reglas. Buscando el surrealismo y la reacción del oyente. Que es de lo que se trata. Aquella inicial Berlín School cumplía éstos preceptos como una filosofía a respetar. Demasiado esquematizada (previsible?) en muchos practicantes actuales.
Las electronics & effects de Con nunca andan sujetas a ninguna lógica ni tecnología de último modelo. Se las arreglaba para hacer con menos, mucho más. Y por eso sus discos son tan apasionantes. Puede que fuera excéntrico, pero también el más imaginativo y ocurrente de la tríada formada por Schulze-Froese y él mismo, dentro de la Mandarina Dormilona. Ahí se lleva el premio y mención honorífica.
Imagino "Solar Cells" como hilo musical (los más jóvenes ni sabrán qué es eso!), dentro de un ovni, uap, fany o como diablos llamen ahora a ésos trastos que nos sobrevuelan desde el inicio de los tiempos. Sólo hay que relajarse y dejarse llevar en abducción voluntaria, por los sinuosos laberintos mentales de éste genio que la electrónica perdió en el 2011.
Cuando crees que todo va a ser una sucesión inexplicable y anarquista de cybertrónica libertaria, te encuentras con un molde secuencial de naturaleza barroca. Directamente inspirado en Scarlatti, Albinoni, Telemann o Purcell. Que en su (falsa) repetición metamórfica, adapta nuevos estados sonoros igualmente impredecibles o de inexplicable resolución cuántica.
"Solar Collectors" (21'51) es otro pequeño universo dentro del multiverso schnitzleriano. Con su particular e incluso identificable sello vanguardista, que lo tiene, contra todo pronóstico. O es que yo lo tengo muy asumido, tras cientos de escuchas de aquel fascinante "CON" (1978/Egg), que me tragué de adolescente incontables veces.
Siempre dominó muy bien los ambientes opresivos y desasosegantes, sin necesidad de histrionismos ni agresiones sonoras violentas. Tahur experimentado en el póker electrónico, imprevisible e impenetrable. Un misterio en sí mismo. Insisto, un GENIO del arte sonoro abstracto.
La otra cassette añadida en ésta edición cd de 1995, comprende material de 1980. Son piezas cortas, pero igual de intensas. Schnitzler editaba k7s vía mail order, casi cada semana. Se calcula que habrá como unas 1000 grabaciones circulando por ahí. Así que hay que tomárselo con calma.....o no escuchar otra cosa en la vida!
"Boiler's Heart" (3'08) es la típica viñeta cibernética que cobra vida propia, en la soledad de una nave industrial. "Potencial" hit en discotecas venusianas. De imposible descripción.
Un parto clandestino entre engendros IA me sugiere "Hard Soldering" (4'38). Cuidado que no estoy hablando de fantasía ni ciencia ficción. Y los primeros pasos del amenazante bebé sería lo que sale en "Electron Beam Welding" (3'55). Torpes y afilados borbotones analógicos que no presagian nada remotamente feliz. "Welding Heat" (2'56) es una posible y acertada descripción de lo que realmente debió de ser, la música industrial. Puede que la inventara él mismo. Hablo como acepción explícita, literal. Y no ése montón de ruido metal pasado por filtros de mesa de mezclas. Farsante, decadente y mediocre. A años luz de lo que propone con gran criterio, Schnitzler.
Otro brillante exponente, "Shot Blasting" (4'24) representa tecnología modelada por el hombre. De aspecto robótico, pero de inequívoca alma.
Por último "Fused Zone" (4'08) instala escenas cósmicas de calado dadaísta con sonidos thereminescos y mucha antigravedad frente a la vida. Repito, anti- gravedad. No me refiero sólo a la levitación. Todo se minimiza hasta lo micro si uno se adentra en el universo mental de éste coloso psiconáutico.
Marino psíquico y explorador sónico como no ha habido otro.
J.J. IGLESIAS
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