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Neal Morse - One (2004)

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 Tras el lanzamiento de un álbum tan grandioso como Testimony en 2003, muchos, incluyéndome, nos preguntábamos cuánto tardaría Neal Morse en alcanzar de nuevo semejante nivel de excelencia musical. La respuesta, sorprendentemente, llegó en tan solo un año, o mejor dicho, un año y un mes. Con One , Morse regresa con una obra maestra del rock progresivo, donde cada tema resulta verdaderamente inspirador y resalta todos los aspectos positivos del género. La épica "The Creation" abre el álbum con una atmosférica introducción de teclado y arreglos orquestales. La música cobra energía con la batería de Mike Portnoy , acompañada de teclados y guitarras que se entrelazan en una vibrante estructura sinfónica. El dinamismo en la interacción entre guitarra, batería y teclado es impecable. La voz de Morse, cuando entra, fluye de forma continua y nítida, apoyada por una batería dinámica y teclados bien posicionados. El uso del Mellotron en algunas transiciones añade una capa extra de sofi...

OCEAN COLOUR SCENE - On The Leyline (2007, Moseley Shoals Records)

 Todavía puedo enfocar en mis recuerdos aquella etapa de la escena musical rendida a la esencia beat en la que no eras nadie si no sacabas un calco en tu sonido entre los Small Faces y los australianos The Easybeats. La cosa ya no era sonar retro, directamente tenías que parecer recién escupido de un pub británico en plena mitad de los años 60. Ocean Colour Scene patearon en las horas de grandeza del indie pop con un estilo que intentaba emular a las glorias desaparecidas del rítmico elemento. No querían ser Oasis, ni siquiera Suede, lo suyo tenía otra elegancia más cercana a las patillas, los flequillos y una buena pinta en mano recordando cuando Rod Stewart aún se sabía atar los zapatos sin tener que recurrir a versiones de crooner de postín.



En 2007, y calmada aquella explosión, podrían no tener sentido esos Ocean Colour Scene que editaron años atrás algunas de las canciones más vibrantes del panorama eléctrico –“The Riverboat Song” sigue teniendo un poder cautivador incuestionable en cuanto sale por tus altavoces–. Sin embargo, Simon Fowler cree en su capacidad más allá de modas y conforma un álbum extraño en su orden pero cristalino en su propuesta. La rareza viene del arranque paisajístico que muta en incendiario rock añejo y de excitantes estribillos, macerando finalmente en un caldo de medios tiempos entre campestres y de últimas horas de la tarde. 

De ahí que sea entretenido pasear por “I Told You So”, que lo mismo podría ser de Crowded House como de Paul McCartney –aunque siempre he dicho que Neil Finn le debe su chispa al bajista ex The Beatles–. “Two Lovers”, y la primera parte de “Ramble On” zeppeliniana con gotas del estribillo marcado en el “Dreadlock Holiday” de 10CC. Y así hasta terminar de enumerar todo lo juntado en este CD.



Un espacio para aquellos que disfruten del pop delirante de rock o de las guitarras sajonas con anzuelo coral. Cinco músicos que pasan y hacen pasar un buen rato, dejando en el olvido complicaciones y necesidades de atravesar aros estúpidos para llevarse una sardina a la boca. Ocean Colour Scene tienen ya una edad, así que no están para que los mangoneen. Lo suyo es punto y aparte.

Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



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