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Sfinx - Zalmoxe (1979)

 Rumanía no es un país en el que se piense mucho cuando se habla de rock progresivo, ni siquiera de música en general. Sin embargo, en 1979, una banda rumana lanzó uno de los mejores álbumes de rock progresivo de finales de los 70, desafiando las expectativas y mostrando el talento musical oculto en Europa del Este. Zalmoxe es  un álbum conceptual que profundiza en la historia y la mitología rumanas, con letras escritas por el poeta Alexandru Basarab y basadas en la figura folclórica de Zalmoxe , un líder religioso divino bajo el reinado del rey Burebista . Sin embargo, no sé nada más allá del concepto, ya que no tengo ni idea de qué tratan las letras. 



El álbum enfrentó dificultades políticas en su momento, siendo censurado y lanzado tan solo tres años después de su grabación. Aun así, su relevancia e impacto fueron innegables, consolidándose como una gran obra en el universo progresivo. Los teclados juegan un papel preponderante a lo largo del álbum, creando un sonido rico y complejo que, en ocasiones, puede recordar al oyente el sonido de Genesis .

El álbum arranca de forma impresionante con "Ursitoarele", un popurrí impresionante con una introducción barroca, casi gregoriana. Sin embargo, tras unos segundos, esta introducción se transforma en un ritmo sinfónico, con un ritmo progresivo intenso, con múltiples cambios y excelentes riffs de guitarra. Un inicio que ya muestra la riqueza y versatilidad del álbum.  "Blana de Urs" sigue con una larga sección introductoria que evoluciona hacia un pasaje dominado por el órgano, que casi inmediatamente recuerda a Yes . La batería y el bajo son excepcionales, complementando a la perfección el trabajo creativo de guitarra, teclados y voz, con un sonido deliciosamente cohesivo. El tema también se transforma en una especie de rock clásico, con teclados que, aunque aparentemente sencillos, resultan muy interesantes.

"Mierea" es una canción que puede recordarte a las bandas argentinas de los 70, por la forma en que la banda logra que una canción elaborada suene tan simple. Casi una balada suave, pero con sorprendentes fugas de teclado que la embellecen, manteniendo al oyente atento y sumergido en la experiencia.  "Pestera" es uno de los temas más impactantes del álbum. Aunque no entiendo ni una palabra de rumano, la belleza y complejidad de la canción hacen que el idioma no sea una barrera. El instrumental es robusto y cautivador, especialmente en el descanso instrumental de dos minutos, donde un sonido que parece provenir de un instrumento de viento nativo se mezcla con teclados exuberantes y crea una atmósfera única.

"Epifania" es otra balada tranquila que parece fluir con fluidez. Sin embargo, como es habitual en el rock progresivo, la banda sorprende con un cambio drástico, redirigiendo la canción con un teclado fluido.  "Furtuna Cu Trup de Balour" marca un punto de inflexión en el álbum. Si las canciones anteriores eran suaves y melódicas, aquí el sonido se vuelve frenético e incluso pesado, con estructuras inusuales y secciones de órgano que realzan la ya excelente composición. Esta canción muestra el lado más audaz y experimental de la banda.

“Cãlãtorul Prin Nori” es una fascinante mezcla de sonidos étnicos, música electrónica y un toque de Vangelis . A medida que avanza la canción, el componente folk toma protagonismo, creando una atmósfera nostálgica y cálida, mientras que la batería y el bajo añaden un toque de misterio, manteniendo al oyente en suspenso.  “Kogainon” es uno de los temas más memorables del álbum, comenzando con un extraordinario trabajo vocal que fusiona coros de monasterio con influencias de Queen . La guitarra recuerda a Brian May  y el tema aumenta en intensidad hasta llegar a un punto álgido, donde se detiene de repente, preparando el escenario para el gran final del álbum.  “Epilog” cierra el álbum con una combinación inusual de sonidos y estilos, que van desde voces suaves hasta pasajes más oscuros y misteriosos. Es un tema corto, pero con un final atmosférico y alentador.



Zalmoxe es un álbum que merece ser redescubierto y apreciado por todos los amantes del rock progresivo. Destaca la versatilidad, los sonidos autóctonos y la habilidad de músicos escondidos en una zona poco explorada del continente europeo, y es un testimonio del talento musical que floreció en Europa del Este durante la década de 1970. ¿Una obra maestra? No, pero sin duda relevante.

Tiago Meneses



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