No soy muy proclive al prog moderno, aunque reconozco que a veces hay cosas interesantes. Una de las peculiaridades del estilo es que con los años se ha ido abriendo cada vez más por cauces más variados, eso que llamamos ecléctico que bien puede acabar en un puzzle indefinido o en un nuevo resultado de la química sonora. Como ya dije la semana pasada en los tiempos distópicos y desagradables que por desgracia nos tocan vivir, es fácil encontrarnos con músicas que así lo reflejan. Cada vez la música es más áspera y más infeliz y uno que contempla la degradación humana a diario y el camino hacia la locura que tanto por la política deshumanizada del negocio y poder, así como por la disminución de inteligencia global y aumento de la maldad en el planeta se da cuenta que ya no hay vuelta atrás. Cada día será peor que el anterior, bien sea por el clima y cambios naturales o por guerras en todos los frentes. No me toca decir a mí si la inteligencia artificial será algo mejor o peo...
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THE ARTWOODS - Art Gallery (1964, Decca)
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The Artwoods dan sus primeros pasos en 1964, momento a partir del cual empezarían a ser conocidos como una de las mejores formaciones de directo dentro del panorama inglés –rivalizando ocasionalmente con The Animals–. Arthur Wood era la figura destacada de un grupo que no estaba falto de estrellas en cuanto a calidad como instrumentistas se refiere. Este músico no había perdido el tiempo en el año anterior al nacimiento de la criatura, ya que en el 63 compaginaba las tareas de cantante junto a Alexis Korner’s Blues Incorporate con los desesperados intentos de sacar adelante su Art Wood Combo. Por otro lado, el teclista Jon Lord –futuro fundador de Deep Purple– y el guitarrista Derek Griffiths, ambos ex miembros del conjunto de acompañamiento de Bill Ashton, formaban parte por aquellos días del Don Wilson Combo (posteriormente conocido como Red Bludd’s Bluesicians).
No fue hasta que Red Bludd’s Bluesicians deciden contratar los servicios de Arthur Wood, el punto en el que empiezan a existir The Artwoods como tales. En un primer momento The Artwoods se centran en presentar un escaso material propio –escaso en cantidad, que no en calidad– mezclado con versiones del blues que llegaba al Reino Unido desde Chicago. Estas sesiones, casi siempre en el 100 Club londinense, llamaron la atención del cazatalentos de Decca que no tardó en meterles en la plantilla de la casa. Todo esto se traduce en apariciones por diferentes programas televisivos; además de ayudarles a ser uno de los elegidos para actuar en la primera edición del Ready Steady Go Live, compartiendo cartel con músicos como The Kinks, Donovan o Tom Jones. Las cosas no podían empezar mejor para los cincos Artwoods.
En aquellas fechas ya estaban promocionando su single “Sweet Mary”, el primero de seis que irían apareciendo en las tiendas en el periodo de tiempo entre 1964 y 1967. Y aunque muchos afirman que fueron sus sencillos el único mérito que hicieron para ganarse el respeto inglés, The Artwoods también dejaron dos huellas más: un EP y un LP. El primero contenía sólo cuatro temas, canciones entre las que se encontraba el “This Boots Are Made For Walkin’” popularizado por Nancy Sinatra, mientras que el larga duración estaba cargado de composiciones totalmente nuevas, dejando a un lado la provechosa idea de juntar todos sus singles de la época.
En cualquier caso, tanto su extended play Jazz In Jeans como su disco Art Gallery lograron subir bastantes puestos a la banda frente a sus contemporáneos. Cuando se adentran en “If You Gotta Make A Fool Of Somebody” son menos jocosos que la visión de Freddie And The Dreamers y en “Work, Work, Work” logran vaticinar el beatleliano “All You Need Is Love” en su arrastrado estribillo totalmente parsimonioso. El raspón sensitivo y casi de plegaria aflora en “Down In The Valley”, dejando el patinaje twist para “Don’t Cry No More”. Necesarios.
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