PROGRESIVO DEL SIGLO XXI-25: Poor Genetic Material (Alemania)
Esta va a ser la última entrega sobre “modernidades progresivas” para acabar este 2025. Me canso de buscar “santos griales” Empezaré el año entrante en un regreso al pasado y a las efemérides de movimientos como la Escena de Canterbury original, intentando dar una visión personal sobre la época que me tocó vivir. El futuro de la música, si es que lo tiene, ya pertenece a un total desinterés por mi parte y también por cansancio y desilusión.
El frenopático generacional ideológico previsible, básico y superficial, las pseudo-tendencias revisionistas sonoras agresivas y/o aburridas nunca fueron para mí. Entender la música rock como tribu en una pelea callejera y una estética de exaltación constante a la bronca y ruido de barra de bar mucho menos todavía. Energía desperdiciada. Es como discutir con tu cuñao el día de navidad. En un mundo polarizado y odioso como este donde la razón y la lógica están fuera del tablero, que no cuenten ya conmigo. Observar y no pertenecer es la clave. Ahora mucho menos con las ideologías conservadoras y retrógradas en auge reivindicando regímenes totalitarios. Como una broma pesada. Paradójicamente y con toda la tecnología IA en boga en lugar de avanzar en libertades y conocimiento parece más que hayamos retrocedido un siglo. Un dislate.
En lo que queda en el convento me apetece más ser un mero historiador del pasado en mi inexpugnable zona de confort, que un actual corresponsal de guerra rencoroso enfadado con el mundo. Este ya no es mi tiempo. Ian Anderson ya dijo aquello de “Living In The Past”. Si a los más jóvenes les interesa “aquello que pasó y desgraciadamente ya no es” será suficiente para mí.
Me hizo gracia el nombre de esta banda porque definir claramente de que estamos hechos los homínidos es todo un detalle. Según la ciencia compartimos ADN con los chimpancés en un 98% para ser exactos. Un 85% con las ratas y un 90% con los cerdos pero también un 60% con algunos insectos. Curiosamente con las bacterias no compartimos nada de lo que se deduce que son una especie superior a nosotros.
Risas, sarcasmo, chiste malo y broma aparte también va a ser una excepción en este caso de que solo hable de algunos discos de su ya amplia discografía por la sencilla razón de su inconsistencia en el estilo y probablemente debido a que ellos mismos se definen como “material genético de mala calidad” deben hacer honor a su nombre. Me agrada su sentido del humor y también porque en lo personal solo media docena del total de sus 17 álbumes me parecen dignos de comentar. Eso no implica que luego cada uno decida lo que quiera. Allá cada cual.
Estos alemanes de material genético discutible se inician en 1999 como trío electrónico más dentro de una onda ambient sintetizada que de prog al uso y de hecho casi la mitad de su discografía está más cerca de la onda electrónica alemana que con el tiempo me resulta cada vez más aburrida de escuchar y que conste que tuve mi época snob “berlinesa school”. Ahora soy incapaz de meterme 20 mtos monótonos de “secuenciadores planeantes” sin que empiece a bostezar.
A lo que vamos. Los discos que destacaría dentro del prog sinfónico muy cercano al neo de estos alemanes serían “Island Noises” de 2011, “A Day in June” de 2013, “Absence” se 2016, “Here Now” de 2020, “Possibilities” de 2024 y el reciente “Pastoral” de 2025”. Dicho esto, seguramente hay canciones en alguno más que sería interesante recalcar, pero eso os lo dejo a vosotros si tenéis tiempo y paciencia.
Una curiosidad de esta banda es el cantante Philip Griffiths al parecer es hijo de otro cantante que formó parte de los escoceses Beggars Opera, una banda setentera no demasiado famosa pero que formó parte de aquel llamado early prog británico. El que esté en una banda alemana lo dejo para los que les guste el marujeo biográfico. Suelo decir a menudo que pocas voces masculinas aguanto en el prog. Prefiero a las chicas cantando porque me resulta más lírico y agradable, aunque no obstante tengo que reconocer que el cantante de estos genéticos es realmente bueno y tiene una voz intensa y muy personal perfectamente afinada. Con buena proyección, cosa que no es muy habitual en el prog actual. Se les dan muy bien las estructuras destinadas a canción-prog melódica con desarrollo instrumental muy equilibrado. No es el temido AOR tranquilos, aunque a veces parecen rozarlo y la razón para ello es que las melodías son emotivas y muy bien compuestas. Las progresiones de acordes no están muy lejanas a lo que harían unos IQ, Pallas o Marillion en sus mejores días y vuelvo a repetir lo importante que es tener un buen cantante con gancho para el neo-prog porque de lo contrario se arruina la música por muy decente que esta sea. De todas formas, no entiendo muy bien los giros y cambios de estilo de estos señores de un disco a otro. Si es cierto que los efectos y arreglos “ambientales” están en todos sus trabajos que solucionan me manera efectiva por la alta calidad de su teclista que se maneja bien con pianos, sintes y mellotrón y le da el sentido melódico que esta música necesita para prestarle la necesaria atención. También hay hermosas partes de flauta y bastantes momentos acústicos que evitan que la música sea una masa de pan indigerible en cuanto los argumentos metaleros entran en acción. No es este el caso. Tienen el suficiente estilo y delicadeza para hacer las cosas bien. Cuidan mucho el sonido y la producción lo cual siempre es un alivio. “A day in June” por ejemplo es un trabajo tranquilo, tremendamente melódico y agradable con sugestivos cambios de tempo y canciones perfectamente estructuradas que se quedan en la memoria. No hay agresividad, pero tampoco melosidades cursis previsibles y que difícil es encontrar un balance en música para la intensidad “correcta”. El peligro del aburrimiento lo solucionan en cada disco de los que os recomiendo y la verdad es que lo hacen muy bien. El resultado es música elegante, sinfónica en su concepto natural y muy bien desarrollada. Otro tanto podríamos decir de “Absence” cuyas dos partes homónimas nos llevan a una suite de 30 mtos que se distribuyen entre partes relajantes, encantadores pasajes instrumentales y una sensación de paz que a día de hoy es más que necesaria con hermosas melodías y ese trasfondo sonoro que todo amante del estilo espera encontrar. La música fluye y el cantante, insisto es un tipo que lo hace estupendamente. En la misma onda podría comentar con mayor o menor acierto del resto de los discos mencionados. Si los 17 trabajos de este grupo tuviesen la misma línea melódica de música hermosa y sugerente ya sería perfecto. Pero como suelo decir siempre: tú decides. Feliz navidad (es broma)
Ah… y que el año que comienza nos sea leve a todos, cosa que dudo.
Alberto Torró


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