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Walter Rossi – Walter Rossi (1976 / Aquarius)
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Uno no da abasto con tanto obituario y claro, a veces pongo el filtro y sólo me guio por mis sentimientos y recuerdos hacia el finado. Sino esto es un no parar.
Walter Rossi no podía ser pasado por alto. Monstruoso guitarrista-cantante italo-canadiense de Quebec, con carrerón desde los 60. De Wilson Pickett a Buddy Miles Express alquilaron su destripante Les Paul. Sus propias bandas fueron avanzando a la vez que lo hacía el rock : Influence, Luke & The Apostles y los definitivos Charlee. Con un único disco de epifanía hendrixiana digno de compararse con el de Mariani, Morly Grey o Randy Holden. Una obligación para buscadores del Edén eléctrico.
Reniega de tocar con Bowie en la gira de "Ziggy Stardust", y en 1976 se inaugura en solitario. Mucho nombre histórico del rock canadiense en créditos. Bob Lemm es el responsable del arte de portada (habitual en las de Mahogany Rush). King Biscuit Boy (Crowbar) es invitado con su armónica. Billy Workman está entre los coros, (otro guitarrista canadiense histórico). Doug Riley en los teclados. Bobby Fisher (batería) y Leon Feigenbaum (bajo) respaldan al jefe. Abren fuego con una tremenda revisitación del "Goin' Down" de Don Nix. Con gran aportación de aplomo en arreglos y guitarra. La producción de George Lagios y Michel Pagliaro es de Oscar al mejor sonido posible en mid 70s hard rock.
Rossi es un músico interesado en el sentimiento por encima de pirotecnias (que también). En "Chasing Rainbows" es como un musculoso Terry Reid. Coral femenina soul y precioso psico feel 60s. Hay que añadir su agradable voz en diálogo con una divina guitarra forjada por el dios de la portada. Piensa en Tommy Bolin, en cuanto a intención de sus dos trabajos solitarios.
Boogie honky tonk para "Little Miss Evil" en onda Derringer/Winter, con la definitiva aportación harp de King Biscuit Boy. Los días de Charlee no se han olvidado y en "Get Goin' Fast" ofrece un combinado Mountain-Hendrix-Steppenwolf (ése Hammond), de pegada fabulosa. Tal como empezaba la cara, cierra con otra versión al modo Rossi. El "Rock Me Baby" de B. B. King, pero más cerca de Frank Marino que del propietario de Lucille. Demoledora.
No baja la tensión sexual bien resuelta en el otro lado. "Dance with me" le mete un glam touch al asunto, con talk box y sólo electrizante de zarpazo felino. Johnny Winter influye en "Hey Serena", con el mismo apabullante resultado que el albino más hard rockero. Incandescencia hard blues que derrite Polos en un bombástico final de súbito corte. Los casi seis minutos de "Woman, Sweet Woman", son otro ejemplo del cuidado que Rossi presta a la elegancia en la rudeza. Con zeppelinescos aires a lo "Phisical Graffitti" y galáctico crescendo final. "Ripdad" es el instrumental final en el que se despide de su padre. Y es otra pequeña joya a la Jeff Beck.
No fue Walter Rossi poseedor de una extensa discografía (apenas mitad de una decena), pero aseguro que no desaprovechó el tiempo grabado. A partir de los 80 se dedicó a la producción, y en 2005 editó un álbum de regreso, "Secret Sins".
El rock canadiense lo tiene en el altar que le corresponde.
J.J. IGLESIAS
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Comentarios
joya de disco
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