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The Cosmic Jokers – The Cosmic Jokers (1974 / OHR - Kosmische)

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 Para el año 1974, el escritor, periodista e intelectual influyente dentro de círculos kraut, Rolf-Ulrich Kaiser, pone en marcha una maquiavélica idea con la complicidad del ingeniero y productor, Dieter Dierks. Llevar a sus Dierks Studios a una serie de músicos de esa escena e invitarlos a unas temibles fiestas-jam sessions. En realidad,  furiosos acid-tests psicotrónicos. Así pues, invita a Jůrgen Dollase y Harald Großkopf, teclados y batería respectivos de Wallenstein. Manuel Gŏttsching, guitarra en espiral de Ash Ra Tempel. Y a Klaus Schulze, teclista supremo que acababa de dejar a éstos hacía unos pocos años. La encerrona consistía en hacerlos tocar sin saber que Dieter Dierks estaba grabando todo para unas futuras ediciones sin permiso ni conocimiento de los implicados. Aquello traería cola a lo largo de los años. Hasta cinco discos fueron apresuradamente editados en ése año 74. A la emboscada la bautizaron como Cosmic Jokers. Teniendo en cuenta que, los que de verdad im...

QUAD - Quad (1997/ Acme)

 En 1990 el mundo psicodélico experimental, en su pequeño pero fuerte búnker,  se convulsionó con la salida del debut de Sundial, "Other Way Out". Algo que todos los amantes del género  (sí,  los había! ), estaban esperando. Se convirtió en un Grial reeditado numerosas veces. Al frente estaba Gary Ramon,  un guitarrista, voz y ocasional teclado loco por un tiempo inolvidable. Que ya trataba de revivir con su anterior intento, The Modern Art. Sundial siguió alegrando la escena UK underground psych de aquella década  (muy fecunda) con "Reflector" (1992), "Libertine" (1993), "Return Journey" (1994) o "Acid Yantra" (1996). 



En el spin-off Quad,  Gary Ramon se nos pone kraut galore pregonando una mística profunda desde ensoñaciones astrales y bilocaciones lisérgicas de pura devoción. Originalmente se editaron 500 píldoras vinílicas  absolutamente transparentes, incluida funda. Ahora será muy normal, pero no en los días de los cenizos grunges.

El álbum lo hizo a ratos sueltos entre 1993 y 1997 él sólo. Acompañándose de guitarras, Vox  Continental órgano, batería,  tablas, sitar,  moog, bajo, stylophone, vibrafono, pedales e inventos varios. Una experiencia menos ácida  que Sundial, pero de indudables y lógicos desarrollos psicodélicos, decididamente  más teutones. "Temple" (16'00) con sus grillos y grabaciones de campo, sitar en delay,  tablas y electrónica en repetitivo bucle, ofrecía un perfecto marco explorador de oriental mantra y obligado recuerdo hacia Embryo o Popol Vuh. Cuando la guitarra eléctrica hace su aparición, el homenaje a Gilmour o Gottsching es rotundo. Y hasta esperado. Recuerda, son los 90 y eso es nadar contracorriente. Algo siempre necesario. Gary Ramon consigue un efecto de banda nada fácil en sus circunstancias, y uno se transporta a Pompeya sin esfuerzo alguno. Con puesta de sol y silueta de melenudo enloqueciendo con un gong gigante. Música ya visitada dos décadas antes, pero valiente para aquellos días que ya profetizaban la sequía creativa del siglo XXI y su boom revivalista. El bastión underground cósmico estaba de celebración.  

Sin silencios, "Projection" (8'25) se adentra sin prejuicios en los primeros Ash Ra Tempel, y consigue ésa misma sensación  marginal de escape terrenal necesario. Drogas opcionales, no necesarias. El trance psico lo domina todo, y hasta una frippiana y subliminal guitarra, aporta acidez junto a un vetusto y polvoriento órgano macabro. A Jess Franco le hubiera encantado. El viaje kosmische de "Revisitation Mantra" (23'00) en la segunda cara, consigue entusiasmar al space cadet curtido en aquellas incursiones al hiperespacio de los Cosmic Jokers en los 70. Agujero de gusano que el británico traspasa con convicción y perfectamente tripulado, eludiendo su campo de fuerza estrictamente alemán. 



Existen dos secuelas, "Q" (1998) y "Live" (2004) que también son destacables. Pero "Quad" es ya un pequeño clásico. 

J.J. IGLESIAS



Comentarios

  1. No sabes cómo celebro esta entrada siendo, como soy, un fan a muerte de Sun Dial. No hace mucho escuché de nuevo su "Other Way Out", ¡Qué gran disco!, que sentimientos a flor de piel, la mejor psicodelia inglesa moderna. Retazos imbatibles del "Siddartha" en un ambiente pub de Earls Court.
    Tomo cumplidísima cuenta de esta obra del gran Gary Ramon.
    Saludos,

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