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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

IN MEMORIAM ALAN WHITE "El Ritmo de una Era"

 En éste imparable carrusel de nombres que nos han acompañado durante toda una vida, y que van desapareciendo como ley de ésta,  le toca ahora a Alan White. Batería de mi banda de siempre, Yes. Antes, con los Downbeats en los 60. Poco después,  George Harrison, Plastic Ono Band (el ritmo de "Imagine"!), Joe Cocker, Terry Reid, Ginger Baker's Air Force (el orgulloso Baker cogiendo otro batería! ), Balls  (Denny Laine), Alan Price Set,  Steve Winwood, Gary Wright, Paul Kossoff, Jesse Davis, Eddie Harris...



Sustituir a Bill Bruford en Yes no era trabajo para cualquiera. Y en tiempo récord. Estrenarse con "Yessongs", triple en vivo. Y "Tales from Topographic Oceans" , quizá el doble de estudio más complejo y laberintico del prog 70s. Pocos baterías se hubieran atrevido a hacerlo. Alan White fue el auténtico motor percusivo de Yes en toda su carrera. En tiempos dulces y difíciles. Como los últimos, donde todos sabíamos que Jay Schellen (Unruly Child, World Trade), era ya el verdadero hombre tras el kit. Aunque aceptábamos de buen grado que todavía se pusiera en su batería como histórica  presencia testimonial.



Tan sólo hizo un álbum en solitario en 1975, "Ramshackled", que no fue entendido en un momento de desfases prog propios de su linaje. Tal vez el disco más desligado y desprejuiciado del sonido afirmativo, en todo aquel pack que por entonces hicieran sus miembros en solitario. El más original y por ello, el menos valorado. No por mí. Recientemente me comentaba Jesús Filardi, cantante y líder de Galadriel, lo mucho que lo había vuelto a disfrutar tras leer una reseña que escribí como justa reivindicación. Participó en discos de Claire Hammill o Donovan, tanto como en los de sus compañeros en solitario. No olvidemos que era uno de los músicos de sesión más reputados de Inglaterra. A punto estuvo de zarpar la nave XYZ (x-Yes/Zep), junto a Chris Squire y Jimmy Page. Aquello pudo ser grande. Para recoger de nuevo una triunfadora racha en los 80 con los renovados Yes-Cinema. Ayudó a mantenerlos a flote en los 90 y aún hasta el presente. 



Estuvo en aquel curioso y atractivo proyecto familiar de su bajista,  Esquire, en 1987. Y en la bonita revisitación que el propio Squire hizo de sus The Syn de los 60. Así como en el spin-off yesmaníaco, Circa. Banda que merece más atención de la que se le ha prestado. Y en otra ramificación directamente implicado, la banda White (si, a su nombre), con un álbum de portada Roger Dean como mandan los cánones y Geoff Downes a los teclados.



Con la también desaparición del inolvidable Chris Squire, nos quedamos sin la sección rítmica clásica de la banda. Sustituida por la de World Trade, un grupo claramente derivativo. Y eso dice mucho de los actuales tiempos.

La pérdida de Alan White supone un paso más,  al borde de ése abismo que se niegan a reconocer. Quizá el penúltimo. Steve Howe tendrá la última palabra. Por muchos años.

J.J. IGLESIAS

 

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