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PROGRESIVO DEL SIGLO XXI-25: Poor Genetic Material (Alemania)

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Esta va a ser la última entrega sobre “modernidades progresivas” para acabar este 2025. Me canso de buscar “santos griales” Empezaré el año entrante en un regreso al pasado y a las efemérides de movimientos como la Escena de Canterbury original, intentando dar una visión personal sobre la época que me tocó vivir. El futuro de la música, si es que lo tiene, ya pertenece a un total desinterés por mi parte y también por cansancio y desilusión.  El frenopático generacional ideológico previsible, básico y superficial, las pseudo-tendencias revisionistas sonoras agresivas y/o aburridas nunca fueron para mí. Entender la música rock como tribu en una pelea callejera y una estética de exaltación constante a la bronca y ruido de barra de bar mucho menos todavía. Energía desperdiciada. Es como discutir con tu cuñao el día de navidad. En un mundo polarizado y odioso como este donde la razón y la lógica están fuera del tablero, que no cuenten ya conmigo. Observar y no pertenecer es la clave. Ah...

CUAC! - Cuac! (2009, Miedito Records/Disconsonancia)

 En 2009 la agrupación asturiana Senogul presenta Disconsonancia, una iniciativa con forma de sello privado al que vincular los diversos proyectos paralelos pergeñados por sus cinco componentes. El trabajo que estrenó la apuesta de casa abierta con diversas habitaciones resulta el disco compacto homónimo de la banda Cuac! El conjunto no es realmente invento pasajero, ya que su historia se remonta a diferentes años, nombres, etapas y componentes. El guitarrista treintañero Pedro A. Menchaca, de hecho, se vinculó a la apuesta cuando aún era un adolescente y todavía no se les conocía con la onomatopeya anátida. 



Finalmente, y tras evolucionar el pop hacia unos horizontes despejados, el álbum representa el punto más brillante de unos creadores exquisitos. Una auténtica extravaganza musical que aletea entre sirenas luciendo mostacho, infantas antropófagas y juegos con red y pelota para mayores de la edad temprana. Por ello la lógica impera cuando las atmósferas envolventes del relajo calmo se ven interrumpidas por un pseudo funk experimental de taquicardia (“No te conocía ese jersey”). La bossa pop patina sobre lounge saltarín en “Anika Pistophen” y “Voleybol para adultos” quisiera ser reggae si no fuese por la inquietud de unos instrumentistas que le inyectan de todo y por su orden, aunque en pequeñas dosis esquizofrénicas. Michel Camilo pareciese personificarse en el arranque de “Tumbaos”, para en pocos compases untar pop con calypso y tropicalismos varios. 




Y para las delicatessens minimalistas incluyen “Marlene”, un regusto afrancesado para una mujer que vivió a caballo entre Berlín, Hollywood y París –la Dietrich estaría orgullosa–. Los rangos de Dagmar Krause (Slapp Happy, Henry Cow), Petronella Nettermalm (Paatos) o Ute Lemper se marcan a fuego en la voz de Laura Pire, sublimando cualquier vago intento de nombres como Marlango. Lo más excéntrico y genial es que la cantante aborda una lengua inventada para escribir cada uno de los textos, dotando al resultado final de esa aura mágica que convierte la grabación en única. Cuatro músicos, Eduardo G. Salueña, Luis Miguel García Con, Pedro y Laura, que conjugan el verbo entretener con la sapiencia de un académico.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



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