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JONESY - No alternative (1972)

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 Debutarán en el mundo del rock con un álbum que se puede considerar conceptual. Adelantados en el tiempo se consideran concienciados con el medioambiente y los problemas de contaminación que produce el mundo del siglo XX, no hay más que mirar el diseño de portada para darse cuenta.  Tras la expedición de 3 Lp's , el grupo acabó disolviéndose y dio señales de vida nada menos que 3 décadas después y siguen en activo con dos nuevos vinilos a sus espaldas. Su rock es eminentemente progresivo con regusto por las atmósferas crimsonianas de los primeros álbumes (Epitaph, A talk to the wind, Moonchild, etc), percusiones de platillos sigilosas, silencios expectantes, atmósfera intimista, profusión por el mellotrón y riffs de guitarras repetitivos y rígidos con solos desgarrados (Pollution, Heaven). Formula que utilizarán en la mayoría de sus tracks condicionados siempre por un bajo demoledor que establece pautas a seguir (No alternative). Pero sus referencias no quedan ahí, las influencias

SNAKECHARMER - Snakecharmer (2013, Frontiers Records)

 La labor de sacrificio y amor que llevaba haciendo el guitarrista Micky Moody desde 1998 a 2013 por reivindicar la otra cara de Whitesnake, la de la primera etapa, más ligada al classic rock y al blues, se estaba convirtiendo en su particular travesía por el desierto. Pero Moody no flaquea, no desfallece, y gracias a eso toman cuerpo estos Snakecharmer y su homónimo disco compacto. 



Pero será mejor que recapitule para poner al lector en situación. En el 98 Pony Canyon edita Once Bitten, primer álbum de la formación The Snakes, grupo que Micky y Bernie Marsden, inolvidable doblete de mástiles de los años dorados de la Serpiente Blanca, se inventan junto a Jørn Lande (Johnny Lande, para aquellas grabaciones). Este proyecto no termina el año sin sacarse de la manga un Live In Europe que ofrece más que una esperanza a los que queríamos ver de actualidad a estos dos guitarristas británicos, al tiempo que escuchar el sonido añejo de aquellos Whitesnake recordados con el mismo empaque que entonces.

 


En 1999 se rompen The Snakes, acto tras el cual The Company Of Snakes, otra vez con Moody y Marsden, saltan a la palestra. Ahora hay otro “serpiente” en la casa, el entrañable bajista Neil Murray. Steamhammer, subsidiaria del sello SPV, les permite un nuevo directo revisando piezas inamovibles de Whitesnake (Here They Go Again, 2001); a la par que en 2002 les deja expresarse con propiedad, o lo que es lo mismo, publicar nuevas canciones escritas por ellos, por esta apetecible Compañía. Stefan Berggren pondrá su voz en el álbum Burst The Bubble, mientras Don Airey toma los teclados y John Lingwood las baquetas. Saltemos ahora a 2013, cuando Bernard John Marsden (el hombre que perteneció a Cozy Powell’s Hammer, Wild Turkey, Babe Ruth, Alaska o los ya citados Whitesnake, entre muchos otros proyectos y bandas), a sus 61 años, se desvinculaba de las andanzas de su camarada Moody. Por lo que son el propio Micky y Neil Murray los que lo intentan una vez más, deseando creer en aquello de “a la tercera va la vencida”. Y la verdad es que se merecen ya ese apoyo masivo y ese reconocimiento al trabajo realizado como “snakes” encubiertas.

 


Si Burst The Bubble (etapa The Company Of Snakes) era un muy buen disco, Snakecharmer no se queda atrás. Adam Wakeman, Harry James, Chris Ousey y Laurie Wisefield se unen a la causa para pasar a limpio piezas como “My Angel”, “To The Rescue”, “A Little Rock And Roll”, “Stand Up” o “Nothing To Lose”, demostrando aquello de: “el que tuvo, retuvo”. Hay mucho classic rock con toques de blues aquí, al igual que riffs ligados a la historia de Moody. Ahora bien, cada disco necesita de un tiempo total de reproducción acorde con lo que quiere ofrecer; y aquí el asunto está en que con algunas piezas se han acercado a los cinco o seis minutos cuando la tonada, en su núcleo principal, no daba para más de tres minutos y medio, cuatro a lo sumo. Aun así, esto no afea una grabación acertadísima, perfectamente producida por la propia banda y llena de instantes para el recuerdo o estribillos que corear.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com










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