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PROGRESIVO DEL SIGLO XXI -16: Infinien (USA)

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 La música que llamamos “moderna” en los tiempos actuales surge de una paradoja que la mayoría desconoce y qué, aunque de alguna forma pueda parecer un punto de vista particular mío, se acaban atando cabos siempre y cuando uno se interese por la musicología e historia de la música en general.  Hasta bien entrada la década de los años cuarenta la gente acudía a las salas de conciertos para escuchar música clásica. Hoy esto puede parecer  algo inconcebible y de hecho lo es y si además os digo que el jazz, el blues y la música de baile swing eran considerado algo popular y poco serio alguno se quedará perplejo. Pues curiosamente fue la propia música culta que, con la llegada del dodecafonismo, el serialismo, la atonalidad y la incipiente música electrónica de vanguardia la que se cargó el interés del público mayoritario a asistir a conciertos. Esto ocurrió en los inicios de los años 50 y efectivamente el resultado fue curiosamente la aparición del rock and roll y los ritmos ...

EL PROGRESIVO DEL SIGLO XXI - 7: The Chronicles of Father Robin (Noruega)

 Los que estamos metidos en el estilo sabemos perfectamente de la importancia de los países escandinavos en las últimas décadas. Los que crecimos a la par del estilo y tuvimos la suerte de comprar los vinilos recién editados en su año de creación, es decir, en el momento en que rock progresivo estaba en su plenitud y los que formamos parte de la generación original, somos conscientes de que aquello pasó una vez y de que ya jamás volvería a ser igual. No debe sorprender el hecho de que la originalidad solo la poseen o mejor dicho la poseyeron aquella docena aproximada de bandas de inicios de los años 70.  A partir de entonces no vas a encontrar ya nada original. Solo continuación del estilo o copia. Es así y decir lo contrario es una actitud más propia del deseo o del idealismo romántico ya que la poesía y la ilusión utópica a tiempos que corren son una ingenua gilipollez. Siempre lo fue en realidad.



Todas las bandas actuales parten de la madre original, aunque lo que sí es cierto es que la calidad y el interés serán muy diferentes y dependerá de sus alumnos aventajados. Puede parecer un detalle sin importancia, pero dependiendo del país de origen la calidad de la música va a ser muy diferente, ya no solo por el idioma o las referencias culturales propias de cada sitio sino por la actitud que se tenga hacia este estilo de música.

Tal es el caso de Noruega. País que por el motivo que sea salen bandas con un nivel muy superior a la media. Lo mismo se podría decir de sus fronteras vecinales, pero en concreto, en lo personal compruebo que una cantidad ingente de bandas modernas provenientes de ese país siempre tienen calificaciones muy altas por parte de los melómanos progresivos y la verdad sea dicha con toda la razón. Hay unas cuantas que espero incluir en esta sección y tal es el caso del curioso nombre de Las Crónicas del Padre Robin. En realidad, se trata de lo que antaño nosotros denominábamos “supergrupo” cuando figuras de bandas importantes creaban una franquicia superventas. A unos les fue mejor que a otros desde luego.

The Chronicles of Father Robin son el resultado de otras bandas como Wobbler, Tusmorke, Jordsjo o The Samuel Jackson Five. Cada una de estas bandas ya tienen un potencial importante y un nivel alto, así que el resultado positivo era de esperar.

La particularidad de esta banda es que su trabajo hasta la fecha es un boxset de tres discos bajo el nombre de “Canciones y Cuentos de Airoea” libros 1 a 3. Posteriormente a este capricho la banda o “proyecto temporal” se separó en 2023 y la realidad es que esto se ha quedado como una pequeña joya discográfica para la posteridad. Si uno escucha esta caja de progresivo sinfónico vintage comprobará que nos hemos quedado entre 1971 a 1975. Todo el sonido es un paseo a los tiempos analógicos y a la nostalgia de una música que “murió sola” no sin algún que otro empujón. Para los amantes de la arqueología musical aquí encontraran, mellotrones, órganos Hammond, clavinets, pianos eléctricos, sintes, strings “de los de antes”. Voces a la “antigua” tanto masculinas como femeninas y todo el paquete afín. Bajos creativos, guitarras acústicas, instrumentos de cuerda y viento variados como mandolinas y flautas y en general un sonido retro increíblemente conseguido. Si lo que te gusta es la tralla moderna del acero valirio progresivo, olvídate de esto. Conceptualismo a la vieja usanza añadiría. Portadas muy cuidadas y en general una estética muy alejada a los tiempos que corren. Un auténtico desfase temporal. Como si hubieses viajado en una dimensión cuántica desde los setentas y hubieses aparecido espontáneamente en 2023. La peña de músicos es generosa y no me hagáis escribir sus nombres que me da mucha pereza y trabajo y los detalles tipo prensa del corazón o marujeo detallista y biográfico lo dejo para quienes gusten de hacerlo. Yo no. Ya lo hice de más joven y entusiasta y ahora me aburre.



Esta caja es un regalo perfecto para los “jubilados progresivos” y señores con canas, artrosis y prostatitis que deseen recordar antiguas gestas y epopeyas y viejas novias progresivas de cuando los tiempos no eran tan malos, vulgares y desastrosos como ahora.

Alberto Torró



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