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CHRISTOPHE POISSON - Music Sky (1985-1997/ Gazul)

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 Nada se sabe del francés Christophe Poisson y nada se hubiera sabido, si no se hubiera rescatado a título póstumo éste "Music Sky" que grabó en 1985. En 1986 Poisson muere brutalmente a los 33 años. Dejando éste legado para la posteridad, que Gazul desempolvó con todo acierto. Le acompañaban Alain Gaubert (guitarra), Philippe  Gisselmann (saxo soprano), Gil Garenne (synths, computadora, drum machine) y Christophe Poisson en composición,  arreglos y ejecución (imagino que de teclados). El inicio de "Messe K" (12'07) induce tenebrismos experimentales muy cinemáticos. Con marcada influencia contemporánea que puede ir de Stockhausen a sus paisanos Heldon. Conseguidas percusiones, guitarra en vuelo rasante y fondos de oscuridad no apta para flojos de mente. Es una sensación grupal equivalente a Embryo, Popol Vuh, Kluster, Peter Frohmader, Dissidenten o Brave New World. Teclados y guitarra tejen una telaraña krautie de sorprendente calado emocional. Muy sugerente. &q

PATRICK MORAZ - Patrick Moraz (1978 / CHARISMA)

Era 1978, y J. C. Miñana preparaba una incursión por el área de Andorra en cuanto reunía  una cantidad de pasta aceptable para pellizcar maravillas en Transbord o Commando. Ambos solíamos hacerlo. No sólo estaban los vinilos más baratos que aquí,  sino que tenías  acceso al mundo real, tal como era. Con sus carátulas sin censurar, prensajes auténticos,  insertos, contraportadas a color, pósters  (como el caso que nos ocupa)....Discos de importación a precios mucho más bajos que los nacionales. Aquí nos vendían mierda a precio de oro. En la línea de un país analfabeto y tercermundista. Luego estaba ésa sensación liberadora de "salir a Europa", aunque fuera viajar a la vuelta de la esquina. Recuerdo que en aquella ocasión, (nunca nos pediamos títulos concretos, nos fiabamos del buen gusto de cada uno, y así  la sorpresa también era mayor!), me trajo tres discos como tres soles. El "Live" de Jan Akkerman, "Listen Now!!" de Phil Manzanera / 801 y el homónimo,  realmente tercero, de Patrick Moraz. Aún los conservo como el primer día. Y ése último me marcó profundamente,  colocándose en mi particular galería VIP de discos preferidos.


Fue el año en que el suizo se alistó en las filas de The Moody Blues, tras la aventura Yes que daría como resultado mi álbum favorito de éstos,  "Relayer". Antes ya había estado en Mainhorse y Refugee, (una especie de The Nice puestos al día ). Su amor por el sonido autóctono brasileño ya se había dejado notar en su debut , "The Story Of I" (1976) y en "Out in The Sun" (1977). Unido al jazz y a su prodigiosa técnica pianistica adquirida en el Laussane Conservatory, hacen de Moraz un teclista tan descomunal como Wakeman, al que sustituyó y volvió a cederle el puesto. 

Éste tercer disco fue el primero que escuché y sigue siendo mi favorito. La historia conceptual de un planeta remoto ,(o el mismo Brasil? ....), en el que conviven un mundo tribal y primitivo, que está tan ricamente y a su bola. Representado por las percusiones étnicas de Djalma Correia y los percusionistas de Río de Janeiro. Y otro tecnificado, que simboliza la "evolución" y el "mundo civilizado", que representan los sintetizadores de todo pelaje (casi una veintena, incluidos Mellotron, Hammond, MiniMoog o el monstruoso y novedoso Yamaha CS80 Polyphonic) del señor Moraz. La cosa no pinta bien y entran en conflicto, con batalla incluida y posterior fin de las hostilidades, con ambos mundos condenados a entenderse. Puedes verle hasta un sentido "Gates of Delirium" al asunto, pero más desarrollado y al modo Moraz. 



La cara A, con "Jungles Of The World", "Temples of Joy" y "The Conflict" describen el paraje de jungla virgen, naturaleza salvaje y libertad en su más amplio sentido. Las percusiones brasileñas desempeñan un papel "teclistico" increíble,  sonando tan melodiosos como los sintetizadores. Aquí Moraz interpreta a la marimba y vibrafono, dando ése fino toque jazzistico a todo lo que toca, que recuerda a unos Modern Jazz Quartet rebozados en harina bossa o samba. Su piano acústico no envidia a Chick Corea en una linea similar latin - jazzy. Con un sentimiento descriptivo espectacular. Se me eriza la piel ahora que lo vuelvo a escuchar. En "Temples Of Joy"  entra un magnifico Hammond y sintes presentando ése mundo moderno e industrial tan odiado y temido, en gozoso baile con las salvajes percusiones. Una maravilla absoluta. Sus viajes por Colombia, Bolivia, Chile, Argentina y Brasil dieron unos exóticos frutos dignos de éste paradisíaco edén musical. Flashback : A los 16 años es el músico más joven en recibir el Best Soloist Award en el Zúrich Jazz Festival. Sumese todo al mejor prog rock 70s y obtendrás un talento único y superdotado. La juerga percu - tronica  entra en mal rollito en "The Conflict". Con subdivisiones temáticas como "Fuerzas Opuestas", "La Batalla", "Disolución" y "Victoria". Pura peli imaginaria al estilo "Avatar", que le vendrá muy bien como entrenamiento a sus futuras bandas sonoras. Incluso para la productora de filmes de su hermana, Patricia Moraz (sus padres no le dieron mucho a la cabeza). La batalla entre electrónica y el "sambodromo mutante" es un highlight que incluye marcha militaresca cuasi - napoleónica. Todo éste follon transcurre en tu cerebro a toda claridad y visión,  y a un mismo nivel que el rifirrafe del Manticore con tío Tarkus. Y no exagero. De hecho aquí Moraz está más cerca de Emerson que de Wakeman, a pesar de que fue el único tío capaz de sustituir a los dos.

La segunda cara nos trae ésa convivencia forzosa entre ambos bandos con "Primitivisation". Sonidos electrónicos que hasta hoy suenan novedosos. Y una especie de canto-vocoder-funk a la Stanley Clarke que nos cuenta la obligada asociación.  El disco sigue sonando extraordinario , porque la producción del propio Moraz junto a Neil Slaven (overdubs y remezclas) me parece una obra maestra en modulación de sonido.
Joy Yates canta la bellísima "Keep The Children Alive", cargada con un peso emocional fuera de éste mundo.



En "Intentions" saca el jazzmen reflexivo que lleva Moraz dentro, y que no anda lejos de un Keith Jarrett, en un tema a piano solo absolutamente divino, (éste hombre tomó lecciones con Stephane Grappelli, ojito). Finalizamos como empezamos. "Realization" es el triunfo de la paz, la tolerancia y la convivencia entre pueblos de distinta procedencia. Vamos, que me sé de unos cuantos impresentables líderes de partidos políticos que lo tirarían a la basura sin dudarlo. Samba electrónica para un final feliz con moraleja y que se me antoja un álbum inmenso, redondo, atemporal y que utilizaría de forma didáctica para los niños en la escuela.


Como Edgar Froese, Patrick Moraz también conoció a Salvador Dalí en Cadaques, en 1964. Algo de su locura maravillosa impregno a teclistas tan excepcionales. Tenía poderes, el bigotes locuelo, no me cabe duda.
J.J. IGLESIAS


Temas
 Jungles Of The World
A1a Green Sun 
A1b Tribal Call 
A1c Communion 
Temples Of Joy
A2a Opening Of The Gates 
A2b Overture 
A2c The Feast (A Festa) 
The Conflict
A3a Chamada (Argument) 
A3b Opposing Forces 
A3c The Battlefield 
A3d Dissolution 
A3e Victory 
B1 Primitivisation 
B2 Keep The Children Alive
Lead Vocals – Joy Yates
B3 Intentions 
B4 Realization




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Comentarios

  1. A parte de lo acertado del texto para un personaje tan interesante, un par de apuntes que me vienen a vuelo:
    1.- Recuerdo perfectamente la portada del Melody Maker en la que presentaba a Moraz como nuevo teclista de Yes tras la salida de Wakeman, él sentado en el césped, se diría que escuchando con reverencia la conversación de sus nuevos compañeros.
    2.- Leyendo el magnífico libro de David Stubbs sobre el krautrock estos días, hay una referencia a la visita de Froese a Cadaqués y a su muy posterior obra "Dalinetopia", fruto de la surrealista experiencia con el pintor y su entorno.
    Saludos,
    JdG

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    Respuestas
    1. He visto ésa foto de la que hablas, es curiosa. Al parecer la primera opción para Yes no fue Moraz, sino Vangelis. Pero este no cuajó en los ensayos. En cuanto a Froese,cuando conoció a Dalí ya había estado en algunos grupos beat, pero el catalán le abrió los ojos sobre cómo tenia que plantear su próxima banda. Casi se puede decir que Tangerine Dream fue obra indirecta de Dalí. Tengo Dalinetopia y es algo decepcionante, por ser ya una obra de la última etapa artística del alemán, más centrado en composición tirando a comercial. Una dedicatoria así implicaba una obra del calibre de el debut, Alpha Centaury, Atem, o cualquiera de los 70. Eso sí que hubiera agradado al genio de Cadaques. Un placer, como siempre!

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