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LOS ESTANQUES - IV (2020/ Inbophonic)

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 Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista.  En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días.  "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta

LA COSCIENZA DI ZENO - Una vita migliore (2018)

Su último trabajo por el momento nos es relativamente reciente y representa un pleno al cuatro rotundo e irreprochable. La Coscienza Di Zeno se encuentra ese escasísimo 1% del panorama progresivo actual con un historial intachable de calidad musical. En absoluto es fácil un currículum así. 


Cualquiera de sus cuatro trabajos en estudio se pueden escoger a ciegas sin ningún problema. Es un pequeño privilegio de que en nuestra época se graben discos de rock sinfónico de este calibre y esto puede resultar anecdótico. Si tenemos en cuenta que la práctica totalidad de grandes compositores clásicos han desaparecido en la bruma de los tiempos, no hay música nueva que pueda trascendernos y no me vale eso de que: “la música de hoy son los clásicos del futuro”. Si los clásicos del futuro es lo que escuchamos hoy deberíamos pensar en términos de vergüenza y de hacérnoslo mirar por algún especialista. Es curioso que se renieguen de las hermosas creaciones artísticas del pasado y en los aspectos políticos y sociales se quiera volver a un renacimiento de lo casposo y cutre. Un antagonismo contradictorio que personalmente no me sorprende porque la educación y el humanismo han sido vetados a las nuevas generaciones.

“Una vida mejor” reza el título del último disco de los Zeno. Ya me gustaría que así fuese, pero no creo en absoluto en ello. Sin ánimo de crear polémica las últimas décadas han sido un ejercicio de desmantelamiento cultural creando tan solo reductos mínimos de lo poco válido que tiene la vida. Desde el nacimiento del Rock & Roll la música solo pretende un grito de protesta, de rabia, de desesperación, de negatividad, de realismo y por supuesto de decadencia. ¿Que ha habido signos de brillo e imaginación?  Por supuesto que sí. El rock progresivo es un ejemplo de ello y otras formas de música novedosa al menos nos han brindado diversión. Pero la emoción en la música es otra cosa y para mí solo es válida aquella que nos haga más inteligentes y mejores personas. Hay una magnífica entrevista en la página de The Tangent con Andy Tillison, que habla de estas cuestiones y de la importancia de hacer música imaginativa en los tiempos que corren. Habla de la falta de humanidad hacia el que es diferente y por supuesto hacia la castración de la individualidad y del pensamiento libre. La crueldad de los que lo tienen todo hacia los que no tienen nada. Está muy bien que se denuncie porque es asqueroso. Sin embargo, lejos de que se pueda considerar antagónico, siempre he dicho que la música debe representar lo contrario a lo que somos los seres humanos. No tiene ningún sentido en el arte airear nuestras miserias y mezquindades pero si ofrecer alternativas. Tchaikosky fue un ser depresivo amargado y atormentado y sin embargo su música es maravillosa. Ahí tenéis el ejemplo de lo que os quería decir. 

“Una vita migliore” representa ese lado humano a veces sorprendentemente bueno y generoso que llevamos: nuestro “alter ego”. Que un género animal tan despreciable como el nuestro sea capaz de hacer música es un misterio en los insondables caminos de la evolución, pero así es.  La música de este disco habla de todo lo que os estoy relatando, con lo cual ya estaría la crítica hecha, pero para certificar lo que os digo debéis escuchar como los instrumentos y las melodías de esta maravilla reflejan y miman nuestros sentidos de principio a fin. La riqueza de medios empleados como siempre ocurre en estos italianos es desbordante: diecisiete instrumentistas en su gestación se ofrecen como una pequeña orquesta que pasan de lo barroco y lo renacentista al jazz, de lo clásico romántico al rock inteligente rubricando todas las líneas sonoras con una exquisitez suprema, con un sentimiento de bondad positiva. Anti-negatividad musical solo para tu placer personal. Si la poesía escrita me aburre, la poesía sonora me eleva hacia mundos de posibilidades cuánticas. ¡Jajajajaja…! ¡soy un moñas sexagenario sinfónico y me encanta!.
Alberto Torró











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Comentarios

  1. Don Sinfo rides again!😁😁😁😉😉😉

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  2. Ya quedamos pocos. Una especie en extinción y futuro estudio para la antropología imposible.

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