Entrada destacada

PROGRESIVO DEL SIGLO XXI – 21: Wobbler (Noruega)

Imagen
Ya sé que las tierras vikingas aparecen asiduamente por estas páginas y tampoco sabría explicar el motivo por el cual un estilo tan exclusivo y especial como es el prog sinfónico tiene tanto arraigo por esas frías tierras del norte cuya apariencia siempre se nos antoja como fría y dura.  De una música “en apariencia” tan emocional y entretenida podría pensarse más propia de países cálidos, afables, comunicativos, sonrientes como más mediterráneos. Pues no. Seria curioso hacer un estudio antropológico y psico-social de las formas y raíces musicales. La historia nos lo desmiente. Curiosamente la música más profunda, lírica y compleja no viene de sociedades “animadas, festivas y felices”. Al revés de lo previsible las mejores músicas siempre surgen de la tristeza, la inquietud, la soledad, la pérdida de algo y hasta de la amargura. Por supuesto también de la inteligencia. Pero no os confundáis. Esto no quiere decir que la música surgida de la desgracia suene precisamente a desgracia. ...

CHRIS DUARTE AND BLUESTONE CO. - 396 (2009, Provogue)

 Para 2009, The Savoy Truffle, la agrupación nipona de blues y southern rock, llevaba un tiempo funcionando como Bluestone Company. Ellos, extraños adalides del rock rural yanqui en la Tierra del Sol Naciente, conforman uno de los nombres más seguros en cuanto a música del terruño se refiere. Toshihiro Sumitomo era en ese momento, para muchas revistas especializadas en las seis cuerdas, el clon japonés del personal Warren Haynes. Con esto y un buen fajo de álbumes sobresalientes editados desde 1998, The Savoy Truffle sufre un cambio de chaqueta en nombre, que no en intenciones.



Chris Duarte recibe con los brazos abiertos a una banda que no sólo lo acompaña, igualmente trabaja codo con codo y aporta un cincuenta por ciento. 369 incluye tanto temas compuestos por la agrupación como por el músico tejano, al tiempo que algunos de los cortes se pergeñaron a pachas en esa comprensión que todos poseen dentro de la tradición estadounidense. 



La obra es fácil de resumir en tres vías bien delimitadas: blues rockerizado, funk rock y algo de manduca southern rock en la línea de Gov’t Mule. Sin embargo, este escueto tratado de entendimiento directo con el que catalogar el disco es mera pegatina, si lo que realmente se busca es toparse con la savia del robusto árbol. Duarte y sus nuevos compañeros ofrecen un talento tan desbordado que imposible resulta medirlo con adjetivos superfluos. Esculpen la simpleza de lo bien hecho en un estilo que seguramente no dará para muchos cambios experimentales, aunque sí para inagotables satisfacciones.



Un viaje por la Norteamérica del pasado, de cuando los trabajos discográficos se horneaban con cariño artesanal. Estos instrumentistas le ponen la pimienta de los últimos recursos y Mike Varney una producción a la altura de la casa Mascot. Es hora de enfundarse en los vaqueros desgastados, subirse a un imaginario 1965 Ford Mustang Fastback y apretar el acelerador.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com










                     Notasi te gusta el artículo compártelo (Facebook, Twitter, g+, etc) pulsando en                                                                                      
que está al final del artículo, de esta forma contribuirás a la continuidad del blog. Gracias








Comentarios