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Faun - Wondrous End (1997)

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 Hay casos en el mundo de la música que causan perplejidad pero que por otra parte son bastante comunes cuando las decisiones sobre qué camino tomar y en que estilo se hace no siempre acaban bien. La fortuna es una probabilidad matemática que se da cuando una serie de circunstancias encajan. El azar en todo en esta vida es imprevisible. Yo no he creído nunca en la buena o mala suerte y mucho menos en el destino porque pienso que la mayoría de las cosas negativas que nos ocurren en esta vida es culpa nuestra. Bien sea por malas o equivocadas decisiones o por formas determinadas de carácter personal. Acertar es difícil. Una probabilidad que depende siempre de factores que en un momento dado encajan. Nadie puede controlar eso pero la mayoría de las veces que algo sale mal casi siempre es por nuestra culpa o por nuestra estupidez innata como seres humanos. La suerte es algo muy relativo. Muchas buenas ideas en la música se fueron al traste por malas decisiones. Sorprendería saber cuántos c

CHRIS DUARTE AND BLUESTONE CO. - 396 (2009, Provogue)

 Para 2009, The Savoy Truffle, la agrupación nipona de blues y southern rock, llevaba un tiempo funcionando como Bluestone Company. Ellos, extraños adalides del rock rural yanqui en la Tierra del Sol Naciente, conforman uno de los nombres más seguros en cuanto a música del terruño se refiere. Toshihiro Sumitomo era en ese momento, para muchas revistas especializadas en las seis cuerdas, el clon japonés del personal Warren Haynes. Con esto y un buen fajo de álbumes sobresalientes editados desde 1998, The Savoy Truffle sufre un cambio de chaqueta en nombre, que no en intenciones.



Chris Duarte recibe con los brazos abiertos a una banda que no sólo lo acompaña, igualmente trabaja codo con codo y aporta un cincuenta por ciento. 369 incluye tanto temas compuestos por la agrupación como por el músico tejano, al tiempo que algunos de los cortes se pergeñaron a pachas en esa comprensión que todos poseen dentro de la tradición estadounidense. 



La obra es fácil de resumir en tres vías bien delimitadas: blues rockerizado, funk rock y algo de manduca southern rock en la línea de Gov’t Mule. Sin embargo, este escueto tratado de entendimiento directo con el que catalogar el disco es mera pegatina, si lo que realmente se busca es toparse con la savia del robusto árbol. Duarte y sus nuevos compañeros ofrecen un talento tan desbordado que imposible resulta medirlo con adjetivos superfluos. Esculpen la simpleza de lo bien hecho en un estilo que seguramente no dará para muchos cambios experimentales, aunque sí para inagotables satisfacciones.



Un viaje por la Norteamérica del pasado, de cuando los trabajos discográficos se horneaban con cariño artesanal. Estos instrumentistas le ponen la pimienta de los últimos recursos y Mike Varney una producción a la altura de la casa Mascot. Es hora de enfundarse en los vaqueros desgastados, subirse a un imaginario 1965 Ford Mustang Fastback y apretar el acelerador.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com










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