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Dennis - Hyperthalamus (1975)

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 Era el año 1973. Frumpy se disolvía. El baterista original Carsten Bohn (1970-1972), quien también tocaba la percusión en AR & Machines, decidió empezar un proyecto, una nueva banda. Así que fundó DENNIS. El nombre de la banda era en honor a su hijo, que, por supuesto, se llama Dennis. Luego convocó a su colega de Frumpy, el guitarrista Thomas Kretschmer, así como a Michel Kobs en teclados, quien también tocó en Thirsty Moon, y al teclista Manne Rurup, ex miembro de Release Music Orchestra, Tomorrow's Gift y AR & Machines. También reclutaron a Klaus Briest al bajo, ex miembro de Xhol Caravan, y al bajista Jim Wiley, junto con Olaf Casalich en percusión, quien tocó en Ougenweide, Tomorrow's Gift y AR & Machines. Finalmente, Willi Pape se unió al saxofón, clarinete y flauta, quien también había tocado en Thirsty Moon. ¡Y así se formó la banda!  Eran la flor y nata de la escena krautrock, pertenecientes a las bandas pioneras del estilo. Su sede era una antigua escue...

CHRIS DUARTE AND BLUESTONE CO. - 396 (2009, Provogue)

 Para 2009, The Savoy Truffle, la agrupación nipona de blues y southern rock, llevaba un tiempo funcionando como Bluestone Company. Ellos, extraños adalides del rock rural yanqui en la Tierra del Sol Naciente, conforman uno de los nombres más seguros en cuanto a música del terruño se refiere. Toshihiro Sumitomo era en ese momento, para muchas revistas especializadas en las seis cuerdas, el clon japonés del personal Warren Haynes. Con esto y un buen fajo de álbumes sobresalientes editados desde 1998, The Savoy Truffle sufre un cambio de chaqueta en nombre, que no en intenciones.



Chris Duarte recibe con los brazos abiertos a una banda que no sólo lo acompaña, igualmente trabaja codo con codo y aporta un cincuenta por ciento. 369 incluye tanto temas compuestos por la agrupación como por el músico tejano, al tiempo que algunos de los cortes se pergeñaron a pachas en esa comprensión que todos poseen dentro de la tradición estadounidense. 



La obra es fácil de resumir en tres vías bien delimitadas: blues rockerizado, funk rock y algo de manduca southern rock en la línea de Gov’t Mule. Sin embargo, este escueto tratado de entendimiento directo con el que catalogar el disco es mera pegatina, si lo que realmente se busca es toparse con la savia del robusto árbol. Duarte y sus nuevos compañeros ofrecen un talento tan desbordado que imposible resulta medirlo con adjetivos superfluos. Esculpen la simpleza de lo bien hecho en un estilo que seguramente no dará para muchos cambios experimentales, aunque sí para inagotables satisfacciones.



Un viaje por la Norteamérica del pasado, de cuando los trabajos discográficos se horneaban con cariño artesanal. Estos instrumentistas le ponen la pimienta de los últimos recursos y Mike Varney una producción a la altura de la casa Mascot. Es hora de enfundarse en los vaqueros desgastados, subirse a un imaginario 1965 Ford Mustang Fastback y apretar el acelerador.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com










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