Creo recordar que ya tuvimos por aquí a Crayolaser como sinónimo de originalidad dadaísta y estupendo-desconcertante álbum. De allí saldría Iñigo Bregel (voz, teclados, guitarra) y se juntarla con otra panda de vulcanianos, ahora desde Madrid, dando forma a Los Estanques. En 2017 editaron su primer pecado contra la realidad, "Contiene Percal". "II" y "Los Estanques" le siguieron, siendo aclamados como los nuevos Marx Bros del pop psych & prog surrealista. En el Año Oficial de las Idas de Bolo, 2020, editaron "IV". Y claro, estaban en forma, para tan alocados días. "No hay vuelta atrás" atrae recuerdos del rock arg spinettiano, en mi "molesta" opinión. Fernando Bolado sujeta riendas de bajo imperante junto a una batería sorpresiva, la de Andrea Conti. Mientras que ésa sibilina wah wah funk del guitarrista Germán Herrero construye un armazón donde una brass section se adueña de un excelente feeling zappero. Bregel canta
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ADDICTED RECORDS UNDERGROUND # 2 (@NoNameRecZ )
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DISEN GAGEN
"The Big Adventure" (2019)
Una caliente novedad del catálogo. Disen Gagen son Konstantin Mochalov (guitarras e ingeniero de sonido), Eugeny Kudryashov (batería), Nikolai Syrtsev (bajo) y Sergei Bagm (guitarra, synth). Cuentan con invitados al acordeón, cello o piano.
Todo comienza con "Shiroyama" (2'31) en instrumental escape de rara belleza y que recuerda a Amon Düül II, con una lánguida guitarra adornada por efluvios dronicos de escapista electrónica.
"Adventures" (5'21) tiende hacia Samla Mammas Manna y Astor Piazolla, pues el acordeón de Igor Bukaev imprime una fuerte personalidad, entre porteña, folk autóctono y de feria gitana itinerante del siglo XIX. Se puede equiparar pues, a muchas bandas progresivas argentinas por intención parecida, (Alas, Arco Iris, Soluna, Mia, Huinca....). Algo que se repetirá más adelante también en "Selfish Tango" (7'28).
En "Chaos Point" (7'00) aprecio trompeta (no acreditada), quizá sea una guitarra-midi, en un raro híbrido entre metal prog y Miles Davis de los 80. Un piano acústico se lleva la pieza hacia terrenos jazz sin que el fuzz deje de amenazar. "Enough" (4'39) es un paseo reflexivo entre guitar/keys espaciales y ritmos jazzy, con influencia (folk?) de su tierra, y el cello acentuando un dramatismo que explota en un sólo de guitarra de gran emotividad.
Todo el álbum transcurre por parámetros igualmente originales, con puntuales similitudes a los referidos SMM, Ensemble Nimbus, Myrbein o Kultivator. Se requiere una atenta escucha para no perderse nada. Vale la pena.
La portada de "Kiddy", de los Pree Tone, refleja fidedignamente su interior. Un collage dadaista entre el naive, el retro-futurismo y el caos gamberro que parece ser la misma ilógica cuántica del multiverso. O sea, que vivimos en un inabarcable todo que va a su bola en continua expansión, y nosotros no somos mas que unos juguetes más, dentro del cubo lleno de ellos de algún caprichoso "niño omnipotente ". Una anarquía más que disfrutable. Esa es la sensación que me dan Pree Tone y su hiperactivo space rock.
"Treasures Fall" (6'32) entra de lleno en la Confederación Galáctica Halconiana, con el seguro beneplácito del comandante Dave Brock. Un mismo proceder, pero más punkero, lleva "Maze of 60 Ticks" (7'05), confirmando la conexión de los del pelo pincho del 77 y los alucines hippies de Notting Hill Gate. Hasta en Rusia lo saben, claro que la anarquía es universal. El muro rítmico de "Safe and Sound" (8'36) conecta en algo más que espíritu con Pink Fairies, Deviants y demás sospechosos habituales de aquel fumeta barrio londinense. Sólo que estamos en la fría Rusia, chaval. Dirty-space-rock'n'roll escupido como lava volcánica. "Token" (7'40) también guarda algo del after-punk-goth de primeros 80, sonidos emparentados con la histórica "Máquina de Plata". "Diadem" (7'35) marca un hipnótico ritmo + rifferama de precisión alienígena. Seguro que éste grupo sabe qué pasó en Tunguska....O fueron ellos mismos, en un ensayo desmadrado que se les fue de las manos. Final de trayecto con "Bricks" (7'16) en otro alucinatorio manifiesto cósmico lleno de echoed vocals, guitarras llameantes en hiperpropulsion, efectos directamente robados a Ovnis accidentados y ritmos propulsores de una nave vagando en constante fiesta por el cosmos. Astounding Sounds, Amazing Music!
"Automat of The Past" en inglés, tiene que ver con la ley de la causa-efecto, también conocida como Karma. Ese arma infalible que sienta tan bien cuando está de tu lado. Y Ciolkowska son Yegor Svysokihgor (guitarra, voz, letras), Alesya Izlesa (ukelele), Vano Ayvazyan (bajo, coros), David Aaronson (batería) y Aleksey Gorshkov (trompetas). Alesya y David ya aparecieron por aquí con los magníficos Transnadeznost. Otra banda space éstos Ciolkowska, con rasgos de ciertos históricos, en una curiosa simbiosis de Ash Ra Tempel y Michael Mantler. O géneros como el kraut y el sonido ECM, dicho de otro modo. Pero con su propia visión del asunto. Lo que los hace, en realidad, difícilmente comparables con nadie. Tan sólo a rasgos.
"Thereabouts" (7'33), "End of Action" (6'49), "At Trees Height" (8'10) o "About Lord and Buddah" (9'08) nos sumergen en su casi instrumental música onírica, donde conviven células jazz, cosmic rock, feel germanico 70s o melódicos soundscapes a la Eno, con su misma atractiva y enigmática naturaleza. Exponen ideas, desarrollan planteamientos, y tienen especial cuidado en mostrar ante todo, belleza estética de alto nivel. Un grupo perfeccionista y que estudia cada segundo que interpreta con paciencia infinita. Es necesaria en una búsqueda de tal envergadura. A mí es lo que me transmiten. Sinceridad y honesta experimentación, con notables logros y muy positivos resultados. Justo lo que aquí tenemos.
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