Tolo Marton es uno de lo mejores guitarristas en el panorama musical italiano; sin embargo, para muchos, es un perfecto desconocido. Hoy intentaremos aportar algo de luz a su vida y obra. Tolo Marton nace en 1951 en Treviso, Italia. A los quince años comienza a tocar la guitarra de su cuñado. En 1968 conoce a Francesco Spinelli (guitarra) y forman Blues Matter, donde Tolo toca el bajo. Dos años más tarde, se integran en la banda La Nuova Generazione. En 1971 deja el grupo y, junto a Alberto Martinuzzi (batería), funda BESTIA, una banda dedicada a realizar versiones. Durante la década de los 70, Tolo pasa por diversas formaciones (I Puppies, Le Impressioni) hasta formar parte de Le Orme. Con ellos, participa en la grabación de "Smogmagica" (1975). Poco después de su publicación, Tolo deja la banda. En 1978 se incorpora a Blues Society, con quienes graba un EP y dos álbumes de larga duración. Tras dejar el grupo, Tolo decide iniciar su carrera en solitario y publica su primer
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THE FLOWER KINGS - Stardust We Are (1997)
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Cuando salió este doble CD y tercero de la banda, casi todos los que formábamos el equipo progresivo de la época coincidimos con unanimidad en que nos encontrábamos con la piedra filosofal sinfónica de los 90´s. En esa década para mí, el otro disco fundamental al lado de éste fue el “Ever” de IQ y sigue siéndolo.
Por aquel entonces también andaban pisando los talones otra banda interesante como los norteamericanos Spock´s Beard y también de como se colaron en el género los ultra duros Dream Theater. Yo no sé como explicar esto: Los Theater son un grupo de metal ultra técnico muy profesional pero no son rock progresivo. No existe eso que llamamos metal progresivo. Lo siento. O se es metal o se es progresivo y por esa razón anda la gente tan equivocada hoy día. Ahora bien, si me dices que es rock altamente evolucionado estaré de acuerdo contigo. Puedo admitir que esa etiqueta sea “metal inteligente” por contener mayor riqueza musical en la composición. Tienes ejemplos como los excelentes Opeth con las mismas características y en ambos casos es música potente de calidad pero no es rock progresivo. Genesis que fueron unos ingleses pijos decían que lo suyo no era prog rock sino baladas primaverales. En casa del herrero sartén de palo. Ahhh! pero curiosamente lo que menos hay en el progresivo es “rock”. Ya os habíais dado cuenta…? Perfecto. ¿Os viene algún trío canadiense a la memoria que no es prog?... Que listos. Dicho de otra manera: cuanta más dosis hay de rock menos hay de progresivo. Un prog mira mucho más lejos: hacia la clásica, el modernismo principios de los XX, el jazz, la fusión, la electrónica, el renacimiento, lo folk, lo céltico, y en últimos extremos la experimentación o la vanguardia. El rock está. Sí, incluso el pop, pero no es el ingrediente principal. Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de clasificar un estilo y saber musicalmente a qué grupo eres afín y a quienes no. Aunque lo cite es solo como un dato. Esto no es importante a nivel social ya que en las amistades no tiene por qué haber coincidencias o gustos similares (por experiencia te llevarás mejor si no las hay) Yo casi nunca hablo de música con gente cercana, amigos o conocidos (J.J. lo sabe) y las excepciones son rarísimas. Por eso lo hago en estas páginas. No te puedes imaginar lo aburrido que es poder imaginar a otra persona igual que tú. Que coñazo. De joven me encantaba ahora no tengo el más mínimo interés porque, aparte de aburrir a todo el mundo, es una pérdida de tiempo y una ridiculez. Lo normal es que en gustos estés completamente solo y oigas la música exclusivamente para ti o incluso la hagas para ti. Ese es el final del camino para todos los que nos gusta la música de cierto nivel: la bendita soledad y la autosuficiencia. Bastante cruz lleva ya uno solo. Pero la música sigue siendo entretenida siempre que seas consciente de que eso solo está en tu cabeza.
Cuando me llegó “Stardust We Are” aún tenía la edad de sentirme un privilegiado. La vanidad de ser un “sinfónico” de tener un gusto exquisito. Cosa seria por entonces que enarbolabas con el engreimiento y la prepotencia propia del imbécil pedante. Pero a cierta edad y yo entonces ya era cuarentón cuando ocurrió, los castillos se derrumban como los naipes porque todo lo que sientes, sabes y conoces no sirve absolutamente para nada. La vacuidad de la vida es absoluta. Existe un dato curioso y es cuando a un músico nadie lo conoce seguramente estará haciendo su mejor música, pero en el momento de la fama irremediablemente su creación será inversamente proporcional a su talento. No es el ejemplo exacto quizás en The Flower Kings pero el problema es que en “Stardust” subieron muy alto. La música era soberbia, las melodías estupendas y las composiciones extraordinariamente complejas y trabajadas. Tocaron techo muy pronto y los siguientes discos serían sin duda muy buenos, pero nunca superarían, al menos a mi juicio, lo conseguido en este tercer disco. Da igual que canción o tema elijas en este disco. No voy a nombrarlas porque si lo empiezas debes terminarlo de la primera a la última nota. Le dije a Tomas Bodin en Barcelona: ¿Tocareis la suite de 25 mtos entera? Y me dijo algo gracioso como que no la tenían suficientemente ensayada para tocarla en directo y sería algo reducido. Así fue. Pero en absoluto me dio la sensación de falta de ensayo lo que es probable que fuese cierto. Tocaron como un reloj. Fríos como buenos suecos pero claro unos tíos así que dominan a ciegas cada instrumento para que cojones van a ensayar me dije.
Con “Stardust We Are” necesitas mucho tiempo, lo siento es así. Hay tal cantidad de detalles cambios y melodías que es imposible hacer una minuciosa crítica tema por tema. Ahí lo tengo. Al lado del Tales, el Selling, el The Lamb, el Thick, el Subterranea y unos cuantos más. Si no has oído este disco y te gusta el rock sinfónico creo que ya has esperado demasiado. Éramos polvo de estrellas. Yo ahora solo veo el polvo encima de mi mesilla y mi señora con sensatos argumentos me lo recuerda.
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