Continuamos hablando de actuales formaciones, porque cuando se trata de underground, un disco reciente se convierte en "rockliquia" al instante. Vocokesh se formó en 1989 en Wisconsin, tierra no muy apta a priori para psicodelismos. De los anteriores F/i, Richard Franecki (bajo, guitarras, teclados, electronics y ruidos varios) ideó éste instrumental proyecto que ha tenido un nutrido plantel de colaboradores a lo largo de los años, además de casi una veintena de álbumes. En éste en particular, le acompañan John Helwig a la guitarra solista y Rusty en batería y percusión.
De primeras, me encanta el título del disco, que homenajea el primer viaje de LSD de la historia, por el sorprendido, "dazed and confused", Dr. Hoffman. Cuánto le debe la música a éste señor. Que no sé si habrá tenido algo que ver en "Born Losers" (3'27), pero si no es así, lo mimetizan muy bien con su garage retrofuturista psych. La fiesta de colorines ya no para en toda la audición.
"Texas Asphalt Blues" (4'15) conecta igual con leyendas de los 60 (Hendrix), de los 70 (Hawkwind), o de los 90 (Melting Euphoria). Como expertos en "cinematic psych", "The Cruising Song" (8'36) podría ser un muy buen soundtrack para peli de ciencia ficción estilo John Carpenter. Tampoco se aleja del kraut más histórico de Ash Ra Tempel, por su fuerte implicación guitarrera.
"Kesh # 10 (Improvisation)" (11'03) incide todavía más en esto último. Con ambientes teclisticos sobrecogedores adornados de viciosos feedbacks y delays que invitan a viajar a Pompeya sin salir de tu habitación (toma viaje low-cost!). Para relajar el ambiente, "Pretty Acoustic Piece " (5'20) es puro cosmic rock de superior factura. Con pastoral acústicas y burbujeantes moogs, melodía romántica de un string -sinte y clima de película vampirica-lesbiana a lo Jess Franco. Exxxtupendo corte.
"The Highway Song" (4'53) me hace reflexionar que de haber vivido lo suficiente, Hendrix hubiera sido feliz haciendo space rock. Porque casi lo inventó él, y además era un freak de la ciencia-ficción. Qué más se puede pedir.
Lo mismo ocurre con "1000 Pictures in one Word" (5'32), y es que John Helwig gusta de recrear momentos psicofonicos made in San Francisco. Y para ello invoca a las ondas sonoras del espacio propiedad de Cipollina, Holden, García, California o Kaukonen, en alegre ouija/radio receptor acidote.
La total-ida-de-olla-pero-mola que es "Dr. Hoffman's Bicycle Ride" (14'58) pone fin a éste instrumental ejercicio space, con referencias a toda ameba viviente (o no) del gremio, sita en la Casa de los Kolokoides (reimaginando Dune). Vocokesh resulta un estupendo combo espacial con los que difícilmente puedes aburrirte, porque bailan nuestro mismo mambo. Ese que comenzó en los 40 en un alucinado y colorido viaje en bicicleta.
Oooops! Carril-bici no necesario.
J.J. IGLESIAS
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