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BATERISTAS EN LA SOMBRA XXVI: Luis García

 Me enorgullece poder hablar de un gran amigo y no menos ejemplar camarada de oficio, del que durante largos años he aprendido a intentar ser un poco mejor persona, y a musicalizar el sentido común.



Luis García ha sido siempre conocido por ser uno de miembros fundadores de Sobredosis y por su militancia en otras bandas como King Kong, Ñu, el vocalista Ramoncín, La Oquesta Mondragón o Super Funky Express- Proyectos que forman una pequeña suma de las diversas aportaciones con las que el madrileño ha contribuido a la evolución de Rock español. Al mismo tiempo Luis García sigue siendo uno los bateristas más queridos y respetados por el amplio despliegue de alumnos que se han formado con el distinguido maestro desde la década de los ochenta hasta prácticamente nuestros días. Entre ellos se encuentran Javier Morgado, Juan Tarodo, Saray Sáez, Dani Pérez, Joaquín Arellano El Niño, Juan Carlos Novel… Y un extenso suma y sigue, que en su mayoría son profesionales de la música en la actualidad.



A sus catorce años de edad Luis García algo irrumpe de forma positiva en la vida de Luis durante la práctica de unos ejercicios espirituales con los curas debido a que estudiaba en el colegio de curas en San Viator. Durante una semana de convivencias en un monasterio les pidieron que acudiesen con algún instrumento musical. Él no sabía tocar nada y, una vez allí, le llamaron especialmente la atención los bongós. Comenzó a tocarlos hasta que consiguió adquirir cierta habilidad. Poco tiempo más tarde llegaría a su vida la batería para instalarse definitivamente en única razón de ser durante su longevo recorrido profesional. Fue convocado para hacer prueba para Trilogía, el grupo de Fernando Valdés, pero no salió adelante. Así que se puede decir que su primer grupo serio fue con unos amigos de su barrio, que culminaría convirtiéndose en Sobredosis durante la recta final de los años setenta. Aquella banda inicialmente se llamaba Dosis. 



En aquellos años tenían un amigo, el productor de Los Pecos que les habló de alguien que buscaba bandas de Rock para publicar un disco, que sería “Unidos Por El Rock”.  La idea era conseguir a cuatro bandas y que cada una enlatase dos canciones. Luego, al grupo que más aceptación tuviera optaría a la financiación de la grabación de un álbum. Fue el tristemente fallecido Javier Gálvez quien apostó por Sobredosis en el registro del debut discográfico de los de Carabanchel y en moverlos por todos los rincones de Madrid para dar a conocer a los amantes del Heavy Metal menos popular de Madrid a una prometedora formación de corta pero intensa trayectoria, contemplada por dos trabajos discográficos que fueron grabados en Musigrama y los estudios Mediterráneo de Ibiza. La soga del sello discográfico Chapa y su rastrera fórmula de escupir veneno, publicó el primer esfuerzo de Sobredosis, cuyas demos tenían mucha más calidad y potencial de registro que el más final. Este hecho sumado a otras cuestiones de inevitables rivalidades entre músicos, provocaron la disolución de un grupo de colegas que entre otras muchas descargas electrizantes desplegadas por la capital de España, muy pocos olvidan la acontecida en el Pabellón del Real Madrid cuando en el año 1984 fueron teloneros de los Británicos Judas Priest, durante el paso de los ingreses por nuestro país presentando el álbum Defenders Of The Faith. De cualquier manera, Sobredosis solo fue la antesala de la prolífica trayectoria de Luis García. 



En pleno auge de Ramoncín en la recta final de los ochenta y entrando con fuerza en 1990 con el disco en directo Al Limite con Luis García en el pulso clave de la banda del vocalista, cuando Robert Plant llega a Madrid para presentar el álbum Manic Nirvana en el añorado Pabellón del Real Madrid, Luis García y José Carlos Molina se encuentran en aquel evento, en el que el excepcional músico de Legazpi le propone a Luis García unirse a Ñu en plena renovación de la banda. Muchos consideramos que después de la segunda formación de Ñu, aquella renovación de 1990 ha sido la más sólida y enérgica. El mítico disco en directo Imperio De Paletos y su consecuente gira de presentación, ilustraron que Ñu estaba inmerso en el segundo mejor momento de su singladura después de época de álbumes como Cuentos de Ayer y hoy, A Golpe de Látigo y Fuego del año 1983. Y es que Luis García como baterista ha sido uno de los músicos más persuadidos durante tres largas décadas por pretendientes del Rock, el Pop e inclusive del Jazz Eléctrico próximo a la Fusión. 



En aquella época inauguró su propia escuela de batería Drum City Rocker, que después pasó a llamarse Progressive Drummers, con un éxito espectacular, lo que colocó a Luis entre los más prolíficos y reputados profesores de batería en España. Y es que desde sus inicios como músico, Luis García se ha sentido altamente atraído por las músicas avanzadas e innovadoras. Los Beatles al Rock Progresivo clásico o los expansivos Average White Band, han sido entre otros referentes como Yes, Iceberg, Guadalquivir, Camel o Colosseum II entre una extensa lista, notables referentes en el desarrollo de Luis García. Andy Ward, Billy Cobham, Antonio El Tacita y quienes han estado al servicio del pulso rítmico progresista y preciso, han influenciado a Luis García para curtirse destacando por poseer un estilo definido y personal caracterizado por su inigualable aplicación del sticking, un extraordinario desempeño de las dinámicas o la resolución de compases de amalgamas dentro de un coherente contexto de inicio y cierre preciso de desplazamientos que siempre han caído dónde cientos de miles de canciones que éste sobresaliente barrista ha interpretado a lo largo de su historia. Con un tempo perfecto y renegando de los excesos y los frentes que apabullan la anti musicalidad. 



A pesar de que como tantas cosas en desarrollo del cuarto arte han cambiado en exceso, la batería no ha sido excluida de un presente más competitivo que musical. Pero de cualquier modo, Luis García es, fue y será uno de los bateristas más distinguidos como músico y docente que ha dado la historia de la música contemporánea de nuestro país. Un artista eficaz, comprometido y con una metodología de enseñanza como profesor, que todavía desarrolla ocasionalmente y de la que absolutamente nadie ha salido insatisfecho durante más de treinta y cinco años. Leal amigo de sus amigos, fiel a sus principios como ser humano y músico ejemplar, en el año veinticinco del presente siglo, Luis García es un ejemplo muy difícil de superar musical y personalmente.
Luis Arnaldo Álvarez (Baterista  y Locutor profesional independiente


 





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