Entrada destacada

Covenant - Nature's Divine Reflection (1993 / Syn-Phonic)

 Éste es uno de mis discos de cabecera del renacer progresivo de los 90. Cuando todavía era algo hiper-underground y nos miraban como a una secta peligrosa (ojalá!). Y venía,  increíblemente,  desde Texas. Más increíble, el único miembro era un batería de thrash metal procedente de la banda Rotting Corpse, Dave Gryder.



En realidad, un loco coleccionista de prog 70s que "salió del armario" con su maciza batería y abrumador arsenal analógico de museo : Hammond B3, Mellotron, ARP Solina, Prophet 5, Korg X-1 y M1. Todo de verdad, nada de simuladores ni mierdas. Un tío que sale en el cd con camisetas de Anglagard y Kansas ("Hybrid" y "Leftoverture"). Que le da las gracias por la inspiración a éstos,  a Cathedral, Yezda Urfa, Quill, Chakra, Earthrise, Ibis, Ethos, Polyphony, Il Balletto Di Bronzo, Shadowfax, Nektar, Providence, October, Mirthrandir, Happy the Man y Harlequin Más.....Me tenía que caer bien a la fuerza.

El disco lo grabó en 1992 en Fort Worth, Texas, en los estudios Eagle Audio, con la ayuda de Jeff Ward a los controles. Y suena a sueño de Oppenheimer.

Es.....desproporcionado. Ahí radica su total encanto. Un tipo asalvajizao a la batería,  además de muy técnico. Y metiendo cera a los teclados como un poseso, sobrándose a conciencia, el cabronazo. Pero con cabeza y raciocinio. Todo muy planificado. Hulk a veces fue inteligente.

No puedo más que estremecerme cuando escucho las primeras notas de "Premise of Life" (17'05). Durante muchos años, fue la sintonía de mi programa de radio, "Las Puertas del Delirio". Aún puede escucharse como podcasts de Rockliquias. 

Podría decir que no hay nada de su anterior etapa thrash aquí,  pero en cierto modo, sí que lo hay. En cuanto al nerviosismo por el que transcurre la música de Covenant. Tranquilo, es puro prog old school de teclados, pero existe una fórmula nueva en él, y que viene del metal extremo, aunque sin rozarlo siquiera. Todo muy a bocajarro y a pelo. Como debe ser.

Gryder es tan buen batería como teclista de la vieja escuela. De preponderante órgano,  que invoca a Keith Emerson igual que a Rick Van Der Linden. O a Triumvirat, Sixty-Nine o Tritonus. Con la potencia renacida de Anglagard en los 90. 

Las distintas partes van determinando una suite pensada al más mínimo detalle. Con la participación aquí de su amigo, el guitarrista Bill Pohl (Underground Railroad). Los MiniMoogs escupen metralla calibre Wakeman. El Solina envuelve en elegancia la esquizofrenia reinante. El Mellotron lo abarca todo en su siniestro manto.....El secreto de ésta pieza está en su enloquecida urgencia. Pareciera que al fulano le faltara el tiempo para soltar todo lo que lleva en mente. Que no quisiera que se le escapara nada. Y ése frenetismo crea el desasosegante ambiente que necesitaba. Estremece,  algo tan colosal y brillante. Todavía no me explico cómo no ha sido resucitado éste álbum. Podría caber muy bien en un renacido vinilo. Que alguien haga algo!!!

Mientras, clama el Mellotron como una coral romana en el anfiteatro de un Peplum. Y la guitarra de Pohl pone un punto Holdsworth que encaja de maravilla. TODO es de diez aquí.  Una pieza irrepetible.

"Eschatolic Covenant" (5'41) conserva aura siniestra de escandi-prog distópico/apocalíptico. El final del mundo como banda sonora. Así hasta daría gusto presenciarlo. El Hammond rinde homenaje a Jon Lord a mitad, mientras se lía en luchas y duelos de solos contra el Mellotron, batería palmeriana y ráfagas de ametralladora mooger. Unas cuerdas Solina ejercen de cortafuegos. Es otro corte que desbarata el ánimo más templado.

Final de fiesta con otra exageración instrumental, "Sunchild's Spiritual Quest Through the Forest of Introspection" (19'47). Wakeman en anfetas. Constante ataque nervioso como estructura variante. Algún pasaje simula falsa felicidad como equilibrio de lo imposible :  Un desequilibrado cerebro que roza la genialidad a base de espasmódicos ataques de brutal percusión y a analogía radioactiva sin moderación alguna. Me encanta.

Son diez partes subtituladas para vencer en las Termópilas. Una desproporción maravillosa que, aún a día de hoy, después de tantas escuchas, me sigue fascinando como el primer día.  Un despliegue pavoroso de ideas excéntricas (ríase usted de Vincent Crane), de una loca lógica constante. Una obra que no tuvo continuación y no me extraña. Apaliza su escucha. Te deja grogui y hecho una piltrafa. Hacerla le tuvo que dejar exhausto. Aunque Gryder es un tío al que le van las emociones fuertes. 



En 1999 pone en marcha el power trío Storm at Sunrise, junto al guitarrista de los legendarios Hands, Ernie Myers y el bajista John Chesterfield. Gryder al frente de mil teclados, batería y, esta vez, voz solista muy a la Ozzy. Stoner prog entre Deep Purple y Atomic Rooster, con el alma esquizoide de Covenant.  Dos discos como legado, "Storm at Sunrise" (1999) y "The Suffering" (2001). Y en éste último, como feliz anécdota, (ni lo recordaba hasta ésta reseña!), mi inclusión en sus créditos como "J. J. "Storm" Inglesias (sic) and The Gates of Delirium Magazine (Spain)". Para qué negarlo, me ha hecho mucha ilusión de nuevo!

Blood of the Sun y Dave Gryder Band son algunos de sus posteriores proyectos.

El único álbum de Covenant es de lo más extraordinario que ha dado el prog USA en los últimos 30 y pico años.

Inexplicablemente, sigue en el limbo.

J.J. IGLESIAS


Temas
1. Premise Of Life (17:05) 
2. Eschatolic Covenant (5:41) 
3. Sunchild:s Spiritual Quest Through The Forest Of Introspection (19:47)

¿Te gustó el artículo? No te pierdas de los próximos artículos 



Vuestros comentarios son nuestra energía





Comentarios