Reordenando cds rusos de prog-electrónica y demás ramificaciones, me topo con el archivo discográfico del sello "Electroshock", propiedad de Artemiy Artemiev. Quién también produce éste álbum. No todo eran rusos allí, por lo que compruebo. Descubro con sorpresa que Oőphoi era el seudónimo del italiano Gianluigi Gasparetti (1958-2013). Sintetista y multiinstrumentista que editó su primer álbum en 1996, "Static Soundscapes: Three Lights at the End of the World". Siempre tan optimista. En un total de 25 trabajos, antes de su prematura muerte a los 55 años. "Bardo" fue su octavo disco, y es unánimemente visto como su obra maestra. Cinco estrellas en todas partes. No es lo habitual éste tipo de consensos aplastantes, y menos en música de fuerte abstraccionismo. Oőphoi se presentaba solo, a los sintetizadores y electronics, flautas, gongs, percusiones, arcos, cantos tibetanos y voces. Difícil localizar cada instrumento, puesto que lo orgánico va muy fusionado...
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Lonesome Sundown – Been Gone Too Long (1977)
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Cuando la Gran Depresión comenzaba a desandar su triste derrotero, el joven Cornelius sabia de antemano que las cosas se pondrían difíciles, un prospero futuro no lo encontraría en su Luisiana entre plantaciones de algodón y la segregación que nunca faltaba.
Tal motivo hizo que a su mayoría de edad marque como rumbo New Orleans; floreciente centro de posibilidades musicales y artísticas donde conectaría con su mayor influencia ,un tal Guitar Slim.
Su pericia a las seis cuerdas lo remolcaría a transitar todos los tugurios del Baton Rouge, pero la paga seguiría siendo escasa y Port Arthur en Texas seria su nuevo destino. Por el momento, la guitarra en su estuche ya que las ganancias como chófer de camiones en las refinerías del Golfo alcanzarían para llenar el refrigerador.
Aun así, la música endemoniada pudo mas y la frecuencia por los locales de blues se hicieron mas a menudo a tal punto que entablo amistad con Philip Walker, una persona que se convertiría en muy importante para nuestro bluesman, juntos e inseparables fueron contratados por el rey del zydeco Clifton Chenier hasta el año 1956.
Después de allí Cornelius Green intento revelar su oficio en solitario asociándose con un pseudo productor llamado J.D. Miller que lo persuadió para cambiar su nombre y grabar algunos blues de pos-guerra para el sello Excello.
Como a muchos de sus colegas, el síndrome del éxito fugaz toco su puerta y sus discos fueron perdiendo popularidad llevándolo al olvido y la desilusión. Un pormenor que determino sus próximos pasos con dirección religiosa como predicador con alternancia en el ramo de la albañilería hasta la comparecencia de su viejo camarada en los Ramblers Zydecos. Walker lo lleva a Joliet Records, una subsidiaria de Arhoolie para recrear sus glorias pasadas con un nuevo lavado de cara ,sus clásicos "They Call Me Sundown",Just Got To Know y la maravillosa "Dealin' From The Bottom Of The Deck" hacen de este disco una pieza fundamental del swamp blues que no debes pasar por alto.
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