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Puppenhaus – Jazz Macht Spazz (2009)

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 Una bestialidad de álbum que emerge de lo profundo del suelo para deleite de todos los amantes del Jazz Rock más desenfrenado e irreverente. Alemanes de pura cepa, gestores de los ritmos más intensos, vibrantes y creativos van entregados en copas de LSD mostrando su talento a tutiplén con una puesta asombrosa con mucho Crimson, con mucho Zappa, con mucho Colosseum. Cuna de la fecundidad progresiva en cuestión de arreglos. Entonados tributos de latón/bronce que hacen el viaje suculento. Flautas que cohabitan con los saxos dando ramalazos al cuerpo y el sabor dulce del ácido y el eclecticismo más puro logran producir al cuerpo una sensación muy cercano al éxtasis profundo, llámenlo "orgasmo máximum". Jazz Macht Spazz es una de esas obras que logran desprender virtuosismo de cabo a rabo Entre nosotros tenemos una exquisita obra maestra compuesta por una performance esmeradísima en donde se aprecian 3 puntos bien marcados: 1) Cambios de ritmos, 2) Arreglos virtuosos y 3) Pasajes

Fumitaka Anzai – Kyrie : Canto Cybernetico (1999/ Apricot Systematic)

 Os presento a un teclista japonés del que la red no suelta prenda. Al menos no mucha. O lo hace en japonés y es lunes, tuve un finde vikingo, y no estoy para traducciones cuneiformes. Sé que se desenvuelve por el mundo del anime, los video-juegos y film scores. Suficiente para asegurarse el plato de alubias holgadamente. He contado como una decena de álbumes propios, desde su debut en 1982. 



"Kyrie : Canto Cibernetico" es, como deja claro su título,  música sacra o procedente de ésa inspiración. Pero en temática místico- electrónica,  como bien refleja la introducción  de "Asperges Me" (4'31), dentro de una frondosa ensalada analógica  llena de sabrosos condimentos. Y la importante voz de una soprano de la que desconozco su nombre. Pero que brilla en todo el disco, y aquí entre una enredadera secuencial de tentáculos sintéticos de instantánea y magnética melodía. No tiende en exceso a lo oriental y me sorprende, lo hace de un modo muy subliminal. 

En "Vidi Aquam" (5'34) el Rhodes hace imponente acto de presencia con efecto phaser e inmenso gusto en el planteamiento kosmische. La voz de la soprano se funde en un nirvana electronic-space y es un instrumento más en la masa sonora cibernética. Sin ser lo mismo, un ejemplo sería el "Odes" de Irene Papas y Vangelis. También los teclados traen al recuerdo a Tim Blake. Imagino la sonoridad de "Kyrie Eleison" (7'40) en una catedral, como hicieran Tangerine Dream en Reims en los 70, y se me eriza y empalma todo. Un templo cualquiera con buena acústica también podría valer. Que lo de las religiones es optativo y en mi caso, absolutamente irrelevante. El secuenciador de graves motoriza y ofrece un perfil de modern synth-rock, adelantado a su tiempo. La grandiosidad es vangeliana.....pero de otra manera. La escapada solista torna más por Wakeman, y éste Anzai lo ha escuchado algo más que poco.

Majestuosidad coral imponente para "Gloria" (3'38), con gruesa analogía Mooger a la Wendy Carlos. Barrocotrónica galopante que recuerda totalmente a los "Switched on Bach". Una gozada de interpretación  virtuosa a los arcanos sistemas modulares.

Como un aterrizaje de una gran nave extraterrestre, así suena "Credo" (5'12), con un diabólico computer-rhythm y voz masculina,  ahora en plena invocación a Cthulhu, (qué pasa, cada uno piensa en sus deidades!). Un solo de piano de cola absolutamente emersoniano y de orientación jazzy. Éste Fumitaka puede con todo. Y aquí se vuelve majara  entre teclas asilvestradas y enloquecedoras. 

"Sanctus" (4'52) parece en su entrada un tema disco de Pino D'Angio, pero no asustarse, que pronto se presta al recogimiento sympho-místico jazz rockoide. Tanto, que podría ser San Jon Anderson contando nuevas hazañas del gran Olias, por ésos mundos de Dios. Vuelve la kosmische más ortodoxa, de invariable pulso schulziano, para "Agnus Dei" (8'39). Con la magnífica voz de la soprano anónima,  nos lleva a los tiempos en que Klaus Schulze montó alianza artística  con Lisa Gerrard. Belleza y sofisticación orquestal grandiosa a base de inmensidad teclística en puro romanticismo. Estoy ahora mismo escuchando otro disco de Anzai, ésta vez con gran orquesta, y doy fe que éste hombre no se amilana ante tamaño reto. Simplemente maravilloso. "Ave María" (1'51) es un canto "a capella" angelical por ésta divina cantante.



Cierra éste "Magnificat Electrónico", "Offertorium" (4'57) en una ambientación más futurista que va de Kraftwerk y Yellow Magic Orchestra a Banco de Gaia o Eat Static. El único corte de sabor étnico, aunque mas arábigo que japonés. Un entusiasmante álbum éste,  que sorprende por su variedad y buen gusto, sin perder las formas para lo que fue diseñado.

Hay que investigar más a Fumitaka Anzai.

J.J. IGLESIAS


 
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