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ANALOG SUNSHINE - The Mountain (2023 /AS)

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 Que "la buena música es siempre buena música" empieza a ser un término relativo. Cuestionable. Si se produce fruto de IA (Inteligencia Artificial), es música engañosa. Música tramposa. Hecha a partir de datos HUMANOS previos, manipulados algorítmicamente. Fraude. Todo esto me viene a la mente cuando tengo que hablar de los norteamericanos Analog Sunshine. Para empezar, prácticamente sin información.  Que un tal Tom Bolton lo hizo él sólo a partir de una convalecencia por accidente grave. Hay un batería que le ayuda, Glenn Welman, dicen. Esto puede rebajar la sospecha, de ser cierto. Las dudas más fuertes vienen cuando se asegura que cada tema viene acompañado por un trabajo visual hecho por Inteligencia Artificial. Y quién no me dice a mí que la música también? Éste tipo de dudas llevan tiempo asaltándome.  Hasta el punto de que, de no tener plena seguridad de que sea música humana, hecha por el hombre,  me dedicaré a hablar de obras de anteriores décadas. O me pondré un top

Bo Hansson – Attic Thoughts (1975/ Charisma)

 Hay personas que son perfectamente conscientes de que estuvieron en el tiempo y el lugar oportuno. Y se retiran agradecidas, sabiendo que su momento ya pasó. Pero fue único. Es el caso de Bo Hansson. Teclista sueco que comenzó con una de las primeras bandas de rock de su país en los 60, Rock-Olga.



En 1966 ve en un club de Estocolmo al legendario Brother Jack McDuff, hecho éste que le cambia la vida. Adquiere un Hammond como si le fuera la vida en ello. Se une al batería Janne Karlsson y montan el famoso dúo Hansson & Karlsson. 1967 será el año de su debut, "Monument". Abren para Cream y Hendrix. Y con éste último no sólo hacen jams, sino que forjan una amistad que dará como fruto el tema "Tax Free".

Bo Hansson se independiza y debuta con el archiconocido "Music inspired by  Lord of the Rings". Biblia del prog & psych sueco, aunque no creo que sea su mejor álbum,  sin estar mal. Le seguirán "The Magician's Hat" (72) y "Attic Thoughts" (75), en una trilogía inolvidable. Rune Carlsson (batería), Kenny Häkansson (guitarra), Joran Lagerberg (bajo y acústicas), Gunnar Bergsten (saxo) o Mats Glenngärd (violín) entre otros, lo acompañan. Lo distribuye mundialmente Charisma, sello prog por antonomasia. 

"Attic Thoughts" (5'33)  lo abre en tres partes diferenciadas. Delicioso progresivo  en una suerte de nórdico Canterbury que embelesa los sentidos. Hansson es el claro líder , pero no el dictador. El sentido grupal está muy arraigado y cohesionan como banda muy ensamblada. Todo funciona con un equilibrio lleno de fantasía escapista excepcional. Quizá con Camel como aproximada orientación.  Ensoñación instrumental paradisíaca.  Hansson no sólo está a los sintes, órgano, Mellotron y demás poli-teclados. También en guitarras, bajo y efectos.

"Time and Space" (1'39) o "Waiting" (7'34) recuerdan a la sobriedad espacial de Absolute Elsewhere. El secreto mágico de Hansson no es el virtuosismo exhibicionista,  sino la composición en bloque, que suene a grupo. Y maravilla. Otros contemporáneos como Alan Parsons Project o Happy the Man son aquí adelantados por éste sueco tocado por los dioses de Asgard.

"Waltz for Interbeings" (3'26) se aproxima al exotic jazz rock de Osibisa o Demon Fuzz, sin salirse del prisma multicolor propio de Bo Hansson.

Damos la vuelta para escuchar "Time for Great Achievements" (3'11), otra muestra de su humilde genialidad. Sin grandes pirotecnias,  consigue cabalísticos arreglos de un alto nivel progresivo. "The Hybrills" (1'24) derrocha imaginación no comparable con nadie. Tal vez su sonido de órgano nos remita a los brujos de Canterbury. O a la delicada cosmogonía de Jade Warrior.

"Rabbitt Music" (6'30) sería un buen adjetivo a su música,  por su surreal trazo Lewis Carroll. En sus dos partes exhibe más fantasía en la que zambullirse y olvidar éste aburrido plano existencial. Tensión diaria expone en su comienzo "Day and Night" (4'33) . Con un primer momento de urgencia atenazante y posterior remanso cercano al atmo- avant-jazz del mundo ECM. Absolutamente delicioso. Finalmente "A Happy Frank" (3'17) no sé si va dedicada al genio bigotudo. No tiene mucho que ver con él.  Y nuevamente la veo más Canterbury, en una bonita construcción fluída y melódica. 

Sólo habrá un álbum más en el 77, "Music inspired by Watership Down". Hasta el 85 con "Mitt i Livet", sólo editado en Suecia. Luego colabora esporádicamente con músicos locales.



Rumores (infundados) hablan de mendicidad......pero lo cierto es que alguien con un tema de su autoría tocado por Hendrix, (sin contar su propio material editado), parece improbable que acabara de ése modo. Falleció en 2010 en la habitación  del hotel donde se alojaba. Algo hubo.

Aprovechó bien su tiempo.

J.J. IGLESIAS



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