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Groovector - Ultramarine (2000)

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 Evidentemente la portada de este disco es un claro guiño a las tubulares oldfianas, que aquí por simpático capricho son dos grifos retorcidos. Es cierto también que mucha música de Mike Oldfield en alto porcentaje pasados los años 70´s y con alguna excepción de piezas sueltas es tan aburrida como escuchar el agua que sale del lavabo y muchas veces con residuos de agua sucia amarronada. El sonido Oldfield dentro del rock progresivo es un punto y aparte lleno de antagonismos. Unas veces genialidades, otras un aburrido rugir de tripas bucólicas de new age. Ha habido de todo en un estilo en sí mismo, como lo es el de este señor. Culpable muchas veces de que exista la nueva era y el sonido new age.  La música tiene muchos objetivos: cabrearte, excitarte, ponerte nervioso, maravillarte, emocionarte, hundirte en la miseria, deprimirte y lo peor de todo ello que es aburrirte. Nada es peor que el aburrimiento en música. El famoso británico nacido en Reading si mal no recuerdo ha tenid...

STARDUST REVERIE - Ancient Rites Of The Moon (2014, Foque / Avispa)

 ¿De dónde sale este proyecto? ¿Cuál fue la primera chispa de Stardust Reverie? El propio Víctor Banner, padre de la criatura, lo explica de la siguiente manera en el portal oficial del grupo: «Todo esto comenzó con un tema musical que escribí para mi mujer titulado “Catina”. En aquel momento me era imposible llevarlo a los escenarios, así que me olvidé de todas esas melodías y las dejé durmiendo en el regazo de los dioses a la espera del día en que tuviese la oportunidad de convertirlas en realidad». Banner también explica que trece años tras este suceso, y mientras leía Cartas Desde Mi Celda de Bécquer, halló la bendición esperada, la melodía que daría el primer soplo de aire a “Conqueror Of Both”, pieza que ha terminado situada cual corte de apertura de este Ancient Rites Of The Moon.

 


Pero, ¿a qué suena el disco de Stardust Reverie? Los que se dejen guiar por las apariencias, por esos cambios de tesituras, por las partes bucólicas, campestres y un tanto medievales de algunas de las canciones entonadas por las voces femeninas de este álbum, y lo enfrenten al potente sonido de guitarras metalizadas de las otras partes, enseguida creerán que se sitúan ante un remedo de Rhapsody. No necesariamente, aunque los arreglos más tranquilos a veces nos los quieran recordar –también a Blackmore’s Night, y poco tiene que ver la visión de Ritchie con Luca Turilli–. Este es un álbum con un buen número de colaboradores, nombres como Graham Bonnet, Bill Hudson, Lynn Meredith o Melissa Ferlaak, y entre ellos te podrás dar de bruces con un instrumentista cuya militancia musical natural da una más que clarificadora pista. Hablo de Zak Stevens, ex miembro de Savatage, un grupo al que en más de una ocasión parecen evocar las creaciones de Víctor; y hablo tanto de la etapa más heavy del conjunto de Jon Oliva como de la marcadamente progresiva en pasajes.

 Aun así, y aunque hay ganas, buenas maneras e ideas más que aceptables, a algunas composiciones les falta ese picante, esa pizca de pimienta que las redondee. Es, a fin de cuentas, un trabajo idóneamente aposentado y que de seguro servirá para alzar una interesante carrera internacional sobre el mismo.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com


 

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