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BUDGIE -Deliver Us From Evil (RCA, 1982)
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Esta es la segunda parte del artículo de la pasada semana con Nightwing, aunque estén en distintas secciones.
Budgie pudo meter cabeza en la NWOBHM como ellos y otros muchos, y de hecho lo hicieron....tímidamente. Recorrieron los mismos clubs y compartieron las mismas listas del Sounds o NME. Pero hay una diferencia. Los galeses eran una banda importante (que no grande), veterana, y sobre todo, influyente en el movimiento. Es como decir que Gillan perteneció al círculo chatarrero, y durante una temporada así fue, pero nunca lo hubiera sido Deep Purple.
Formados en Cardiff en el 67, la formación original integrada por Burke Shelley (bajo, voz solista), Tony Bourge (guitarra, voz) y Ray Phillips (batería), funcionaban por los habituales antros con nombres como Hill Contemporary Grass o Six Ton Budgie. En 1968 se lo acortan definitivamente, y en 1971 sale su homónimo debut en MCA. Considerados "padres" del heavy metal, creo que eso es hilar muy fino. Tanto, que dudo de esa manera fácil de hacer "historia del rock". Hasta cuando dicen que lo "inventaron" Black Sabbath. A) No estaban solos en el mundo. Y B) Iommi siempre ha sido, (y más entonces), un guitarrista de blues. Hard blues prog sería la etiqueta apropiada, para una banda que en sus comienzos hacía psicodelia y jazz en sus canciones. Bueno, pues con Budgie, parecido. Contribuyeron a la solidificación del género, indudablemente. Que ya es bastante, en aquellos caóticos días en que se estaba creando todo.
Su hard rock power trío siempre se diferenció por la "periquita" voz de Burke Shelley. No a todo el mundo le entra. Conforme van pasando los 70, Budgie va sofisticando su propuesta. Así llegamos al caso paradójico de que en pleno NWOBHM, son un cuarteto con teclados.
"Night Flight" (81), ya era un prodigio melódico en toda regla, liderado por el superviviente Burke Shelley, que ya había abandonado su característico timbre agudo.
Pero en el siguiente, su décimo álbum "Deliver Us From Evil", el cambio se produce del todo. Entra un reputado teclista conocido en los círculos progresivos, Duncan Mackay (Alan Parsons Project, 10CC, Kate Bush, Camel); poseedor de tres discos en solitario, de los que el primero, "Chimera" (74), es una obra de arte prog a la ELP. Y el segundo, "Score" (77), es producido y cantado por John Wetton. No terminamos con las conexiones melódicas.
El primer tema del disco, "Bored With Russia", ( acreditado a un tal Bo Hill), no es otro que Beau Hill. Al parecer el productor Don Smith se trajo de USA una demo de Airborne (banda de Hill en los finales 70), incluyendo ésa canción. Trata sobre la guerra fría y chungueces de esos tiempos. El ovillo se fue haciendo más grande, hasta convertirse en un disco temático casi conceptual. Un temazo de puro AOR al que Styx no le hubiera hecho ascos. Los asqueados fueron los fans de Budgie, que no entendieron nada. Metallica a la cabeza. Que se jodan. Esto es verdaderamente, una maravilla power pop con guitarras más que robustas. Lo mismo digo de 'Don't Cry", en onda City Boy y con una instrumentación superlativa. Con teclados apuntalando unas incisivas guitarras de gusto intachable. "Truth Drug" es arrebatadora, parece Aldo Nova o MSG, derrochando clase, sí señor. "Young Girl" es otra composición foránea con regusto a Cheap Trick, The Cars y Tommy Shaw.....increíble. Cierra la primera parte "Flowers in the Attic" , un medio tiempo perfecto para el "Pyromania" de Def Leppard.
Cambio de cara y "N.O.R.A.D. (Doomsday City)" vuelve a insistir en el Hard Pomp a la Styx, Morningstar o Trillion. El sonido yanqui es tan marcado, que en "Give Me the Truth" diría estar escuchando a Q5. Duncan Mackay se luce a gusto en "Alison", en un ejercicio pomper de barrocos arreglos, digno de Jeff Cannata. "Finger on the Button" pone el punto final con otra "extravaganza" melódica que asombraría al propio Ozzy. En líneas generales, éste disco suena PODEROSAMENTE a Angel. La voz de Shelley ha dejado los globos del gas de la risa y suena muy, muy parecida a Frank DiMino. La más similar que he oído nunca. Une la caña guitarrera de Thomas, al más puro estilo Punky Meadows. Y los sinfo-teclados de Duncan "Giuffria" Mackay dando la majestuosidad requerida. El condimento power pop es la guinda perfecta para "angelizar" al Periquito. Como ustedes podrán resolver, tanta finura y buen gusto iban a ser penalizados. Éste sería el último disco de Budgie en vida. En posteriores resurrecciones zombi, ha caído alguno más, como "You're All Living in Cuckooland" (2006). O anomalías temporales como girar con Craig Goldie como guitarrista (al final...conexión Angel al canto), en una maniobra bizarre propia de "El Experimento Filadelfia".
Mal que les pese a sus "fans incondicionales ", (miedito con éstos ), "Deliver Us From Evil" es una delicia melódica para finos paladares, que mereció mejor suerte.
Y Budgie también.
J.J. IGLESIAS
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