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Esqueixada Sniff – Ocells (1979/ Edigsa)

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 Barcelona 1975. La de las húmedas Ramblas llenas de puestos con flores y cardelinas enjauladas,  kioscos con prensa internacional y turismo. La del Barrio Chino. No el Raval. La del rock laietá y sus esforzados artistas aperturistas sobreviviendo. Josep M. París pasa las noches en La Enagua en fervientes jams con otros ex-Maquina! como Enric Herrera. Miquel Farrero admira a Paris y no se pierde ni una de ésas noches locas. Canaletas es su grupo, de poca vida. Pero invita al local a su héroe y acaban forjando una buena amistad. De ahí saldrá Esqueixada Sniff, que comienza a rodar por aquel 1975 lleno de ilusión, cerca de la Rambla, precisamente. Por entonces le va a salir sana competencia a Zeleste, con la sala Magic. Y los Sniff van a ser residentes, desarrollando repertorio, técnica,  improvisación y conexión mental entre sus miembros. Entra Riqui Sabates  y también su hermano Jordi durante un tiempo. Putas milis traen inevitables cambios de personal. Hasta que a comienzos del 79 sal

CITY BOY - The Day The Earth Caught Fire (1979, Vertigo / Atlantic Records)

 En 1978 el single “5-7-0-5” de los ingleses City Boy se convierte en todo un éxito. El Top 10 de las listas británicas recibe el tema con los brazos abiertos y el grupo aparece en el reputado espacio televisivo Top Of The Pops para presentar la canción. En los medios se afirma que en Book Early, el álbum al que pertenece la pieza, el grupo ha logrado desarrollar todo su potencial. Era éste su cuarto vinilo tras su obra homónima de presentación (1975), Dinner At The Ritz (1976) y Young Men Gone West (1977). 



Como en aquel momento la industria discográfica exprimía con premura a sus pupilos, los City Boy siguen fieles a la cláusula del contrato que exige un larga duración por año. Así que si Book Early era el exitoso asalto de 1978, el siguiente movimiento de la banda debía posicionarse a iguales alturas. La calidad de The Day The Earth Caught Fire quedó más que demostrada en sus ocho cortes –uno de ellos, “Ambition”, consistía en una suite de cuatro partes–, pero las ventas fueron a medio gas.

Con Robert John Lange “Mutt” Lange a la producción, City Boy completan un redondo original como pocos donde hay influencias de los primeros Queen, 10CC y hasta de la Electric Light Orchestra, pero de igual manera con asientos para un pomp rock que podría rivalizar con el de popes norteamericanos como los Styx de aquellos días. El tema título se clava en la imaginación del oyente y lo hace volar de una manera realmente especial. Ellos, músicos que venían de la escena del british folk, al formar esta banda dieron el necesario golpe en la mesa para hacerse oír. Con tres cantantes que se turnaban frente al micrófono principal y se acompañaban a los coros (Lol Mason, Steve Broughton y Roy Ward) y un guitarrista del talento e ingenio de Mike Slamer, siempre sabedor del gancho con forma de riff que mejor le va a cada composición, el sexteto City Boy era en 1979 una auténtica fuerza de la naturaleza.



En alguna que otra entrevista se prometió una actualización del sonido del combo, un cambio de chaqueta; paparruchas, que diría Ebenezer Scrooge. Seguramente todo aquello era cebo en el anzuelo para plumillas a la última moda que ansiaban que todo grupo que sonase en la FM británica se adscribiese a la new wave. Lo cierto es que City Boy no se salieron de sus firmes estatutos, ordenamiento que los obligaba a ser libres cual creadores de ese tipo de canciones que siempre terminaban por descolocar al neófito, pero que encantaban a los que de verdad sabían lo que era el pomp rock y el auténtico rock melódico de segunda mitad de los 70.

por Sergio Guillén

sguillenbarrantes.wordpress.com



 

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